Encarna García Presidenta de la Asociación Contra el Acoso Escolar
Encarna García se muestra "muy preocupada" por los numerosos problemas de bullying que la asociación que preside tiene detectados "sobre todo, en Bizkaia"; las denuncias en Plentzia y Gaztelueta son solo dos de los ejemplos que han salido a la luz pública, asegura
Marta Hernández
BILBAO. A Encarna García le tocó sufrir en sus carnes el calvario de que un hijo sea acosado en el colegio. Su pequeña, con solo 9 años y medio, fue víctima de bullying y llegó a dejar escrito a sus padres que les quería mucho, pero que se iba de casa porque no tenía amigos en el colegio. En 2004, ella y otros padres que habían pasado por su misma pesadilla y, sobre todo, tras el suicidio de Jokin en Hondarribia, decidieron crear la Asociación Contra el Acoso Escolar (ACAE), con sede en Asturias, pero que actúa en todo el Estado. Desde ella, informan sobre los pasos que debe dar una familia afectada por este problema y ponen a su disposición a abogados y psicólogos. "Los padres quieren hablar con gente que haya sufrido como ellos. No es lo mismo dirigirte a un administrativo de alguna organización que a alguien que padeció lo mismo que tú, que te entiende, y que, sobre todo, te va a escuchar", opina García.
¿En qué situación está Euskadi ante el acoso escolar?
Lo de Euskadi me desconcierta porque no se está haciendo nada. Conozco al Ararteko desde hace años y siempre le digo que hay que hacer algo con el acoso en Euskadi. Y ahora se lo voy a pedir al nuevo Gobierno vasco. Voy a mandar una carta a Urkullu y solicitar una entrevista con él. Quiero hacer un llamamiento al lehendakari, a la consejera de Educación y a Erkoreka para que hagan algo. Me consta que Erkoreka está muy sensibilizado con todo este asunto y quiero decirles que nosotros estamos a su disposición para lo que quieran.
¿Cuántos casos de acoso en centros educativos tiene contabilizados la asociación en Euskadi?
En estos momentos hay más de 200 casos de acoso en Euskadi y una parte muy alta de ellos, en Bizkaia, aunque no sabría decir la cifra exacta.
¿A qué se puede deber?
No lo sé. Pero sinceramente me preocupa mucho. Ayer (por el viernes) cuando salió el caso del niño del instituto de Plentzia recibimos un montón de llamadas de familias de Bizkaia pidiendo ayuda e información. Hace poco estábamos en una reunión con la psicóloga, la abogada y unos docentes jubilados que nos ayudan y me dijo la psicóloga: "¿Qué pasa en Euskadi?".
Y qué pasa.
Pasa que son muchos años sin hacer nada con este tema. Que cuando sucedió lo de Jokin iban a hacer todo; se iba a revolucionar el mundo de la enseñanza y quedó en nada. Se sigue mirando hacia otro lado cuando hay un problema de acoso. No se quiere afrontar y luego pasa lo que pasa: que hay que denunciar ante la Ertzaintza, que hay que sacar a los niños volando del colegio o pasan cosas mucho más graves.
¿Cómo describiría el supuesto acoso en el instituto de Plentzia?
Los casos de homofobia son mínimos, al igual que los de racismo. Y tenemos datos muy concluyentes al respecto. Lo ocurrido en Plentzia es lamentable. El niño ha sufrido un acoso psicológico fortísimo y encima sufrió un acoso físico. Eso no se puede tolerar. En este caso tengo que dar las gracias a la Ertzaintza de Getxo por cómo actuó con la familia. Actuó rápido y eso es buenísimo. Es inadmisible que a cualquier niño o niña que vaya a clase y sea diferente, bien porque es gótico, porque no le guste jugar al fútbol, porque se peine de otra manera o lo que sea se le insulte.
Este mismo mes también salió a la luz pública que, supuestamente, un menor sufrió acoso por parte de sus compañeros y que, además, padeció abusos sexuales de un profesor del colegio Gaztelueta de Leioa.
Que en los colegios del Opus Dei siga pasando lo que está pasando es una aberración. Lo que tenía que hacer el Gobierno vasco, ya como medida preventiva, en el caso de Gaztelueta es quitar la subvención que les dan, porque no olvidemos que reciben mucho dinero público, hasta que todo se aclare y la cabeza del supuesto abusador aparezca. El Gobierno debería exigir una investigación fuerte y, por supuesto, tendría que haber medidas contundentes con el acoso.
¿Está de acuerdo con la decisión de la familia de no poner una denuncia hasta que el joven esté mejor de salud?
Por supuesto. Es lógico. Sobre todo, tienen que preservar a su hijo. Hasta que el niño no esté bien no pueden denunciarlo, porque hay que estar muy preparado para recordar todo ante un juez.
¿Qué condena recibe un menor que ha sido declarado culpable de acosar?
Algunos jueces con un par dictan órdenes de arresto o dos años de trabajos sociales; pero la mayoría de los acusados, por el hecho de ser menores, no reciben castigo. Hay un pasotismo total con este tema y es igual que el del maltrato a mujeres, o peor, porque estamos hablando de niños.
¿Es habitual que el acosado cuente por lo que ha pasado años después?
Hay gente que lo cuenta a los 27 años. Pero yo siempre insisto en que nuestros hijos están emitiendo señales y que tenemos que ser capaces de ser receptores. Hay que preguntarles: "¿Qué tal hoy?" Y el simple tono de voz nos indica cómo va todo. También hago hincapié en que hay que estar atentos al tiempo en el que están colgados de internet, que eso es muy perverso y a través de la red se hace mucho daño.
¿Se debe empezar a hacer más para luchar contra el bullying desde los colegios?
Sí, desde luego. Los colegios no quieren ver lo que hay. Pero los docentes no pueden seguir obviando el tema, hay que ser valientes. Sin embargo, ante todo, no olvidemos que en el Gobierno hay una Consejería exclusiva de Educación. Además, en todo este tema, los inspectores son una parte fundamental. Yo conozco a excelentes inspectores en Euskadi, pero también hay otra parte de ellos que no mueve el culo del sofá. Esto se soluciona en conjunto y desde luego hay que legislar y la Consejería tiene que estar atenta ante estos problemas. Esto debe ser como la medicina: que si lo que te pasa es grave te atienden en urgencias. Requiere actuar de inmediato y dejarse de ese protocolo de actuación que se demora en el tiempo y de mientras puede pasar de todo en el colegio.
¿Cómo vive un capítulo así la familia del acosador?
Salvo contadísimas excepciones, para esos padres su hijo siempre es el mejor. La inmensa mayoría lo niega: "Mi hijo no hace esas cosas". Escucho cada día un montón de veces esa frase.
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Mi hijo sufre acoso escolar
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