Vagabundo
2 de mayo: Día contra el acoso escolar o bullying
A tener en cuenta:
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Sólo 1 de cada 5 niños reconoce haber sufrido
acoso escolar; es decir el 80 % de víctimas y, por tanto casos, son
ninguneados.
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De ese 20% de casos, “teóricamente” tenidos
en consideración por el estamento educativo, apenas un 5% finalmente son
estudiados y llegan a los juzgados con ciertos visos de “justicia”.
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El propio poder judicial, con fiscalía a la cabeza, sistemáticamente
ignorante funcional de este cáncer socio-educativo, archiva multitud de casos.
Lo mismo sucede con el mobbing y relacionados.
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Apenas un 1% de casos de maltrato
infanto-juvenil en el entorno escolar, salen adelante y son perseguidos por la
denominada Justicia. En esos excepcionales casos favorables a la víctima, la condena
apenas da para terapias psicológicas, que desgraciadamente somatizan y afectan de por vida en la actitud, autoestima, personalidad social, individual,
laboral, salud mental y un largo etcétera de los afectados; y por ende, de su
entorno familiar más próximo, que son penalizados, vilipendiados, acosados y
derribados por bulos y rumorologías sibilinas por el noble hecho de verse
obligados a denunciar al entramado educativo y sus múltiples peones implicados por acción u omisión.
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En definitiva, en este país involucionista de
boina y pandereta, el 99 % de víctimas (hablamos de población infanto-juvenil)
son ninguneadas, maltratadas, excluidas, marginadas, marcadas de por vida y
serias candidatas a engordar la enorme lista de pacientes que serán enviados a
salud mental, donde por cierto, poca ayuda tendrán, dado el lamentable estado
de desarrollo psicoterapeútico de una especialidad: psiquiatría infanto-juvenil
que, a fecha de hoy no existe en la práctica, ya que España es uno de los
poquísimos países de Europa que aún no tiene reconocida dicha especialidad
médica, por mucho letrero que nos publiciten en las consultas.