Acoso escolar e institucional (Pincha en la imagen)

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ACOSO ESCOLAR E INSTITUCIONAL (Pincha en la imagen)

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lunes, 29 de julio de 2013

Acoso en la red social (cyberbullying). Película

 

Taylor Hillridge es una adolescente que recibe un portátil para su cumpleaños de parte de su madre. Taylor está muy entusiasmada por la independencia de estar en línea sin su madre que siempre le observaba. Sin embargo, Taylor pronto se convierte en una víctima de acoso cibernético durante su visita a un sitio web social.

Fuente: Youtube

viernes, 26 de julio de 2013

El acoso como espectáculo

Beto

Siempre me gusta decir que comencé a vivir de verdad cuando entré a la U.

De hecho, si alguien podía haber sido objeto de estudios profundos en asuntos de acoso y ataque escolar y colegial, era yo. En esas épocas era además de "diferente" y "bicho raro", alguien proclive al mal genio y de combustión espontánea, lo que me convertía en blanco perfecto y preferido de los matones y jodedores de turno en los recreos y salidas de clases, y fui protagonista de incontables peleas de escuela y colegio, más por defenderme que por pretender demostrar alguna especie de fortaleza inexistente. Y claro, hubo muchos días en los que las ganas de querer ir a clases eran nulas.

Sin embargo, tales desventuras comunes a tantos jóvenes que nunca encajamos en los cánones establecidos de popularidad o "normalidad" a través de los tiempos jamás eran objeto de titulares de prensa. La concepción de nuestros padres era que eso era una fase más de la inevitable condena de crecer, y que con el tiempo iría quedando atrás (a pesar de que en mi caso la racha duró casi hasta décimo año).

Pasó el tiempo y llegaron Internet, los smartphones y la demanda por estar conectados, y con ello las primeras manifestaciones de que aunque nosotros ya habíamos crecido, los jóvenes han seguido siendo jóvenes con las mismas situaciones y problemas, pero ahora con un componente de valor agregado: el recrudecimiento de lo que antes llamábamos acoso y ahora por nuestra fuerte influencia anglófila pasó a ser bullying, un término que empezó a aparecer en nuestros medios al menos desde el 2010. Y además, ya no invisibilizado en el olvido del tiempo de las calles del barrio, sino "inmortalizado" y diseminado a través del país y hasta del mundo, en imágenes grabadas con celulares y eco en medios de comunicación.

* * *

La burla, violencia y chota de que son víctimas muchos jóvenes no tiene nada de nuevo. Pero sí la difusión y permanencia que hoy reciben. Antes de Internet, tener un traspié en el corredor del colegio te hacía objeto de risas y chistes, pero lo peor que podía pasar era que quedara registrado en en anuario o las paredes del baño, y en todo caso olvidado a los días. Hoy tienes el mismo traspié y al menos uno de los presentes puede captarlo en video con su celular, subirlo a YouTube y postearlo en Facebook, todo en tiempo récord. Dependiendo de la popularidad del "reportero", estos videos pueden hacerse virales antes de terminar el día de clase, y ahí comienza el calvario para la víctima, pues aunque convenza al victimario de borrar la evidencia, la misma ya se habrá compartido y copiado múltiples veces en varios perfiles de redes sociales, y por tanto imposible de eliminar por completo.

Los peores episodios de bullying usualmente terminan con el suicidio de la víctima. Una búsqueda rápida en Google me provee ejemplos de víctimas mortales: En Holanda, Tim Ribbernik, 20 años, suicidio por acoso al ser gay; Canadá, Rehtaeh Parsons, 17 años, por acoso y violación de compañeros de colegio; Estados Unidos, Jamie Rodemeyer, 14 años, quien incluso había filmado un video para la serie It Gets Better, suicidio por ahorcamiento ante el acoso y hostigamiento por manifestar abiertamente su diversidad sexual.

* * *

En Costa Rica no hay evidencia de casos de víctimas mortales del bullying. Sin embargo, lo que si ha crecido como la espuma es el acoso virtual o ciberbullying, donde la tortura no se queda en el colegio sino que persigue a la víctima de forma sistemática y repetitiva por todas partes; en los mensajes de los celulares, en los perfiles personales de Facebook y también en varias páginas que cuentan con decenas de miles de "Me gusta". Y los administradores —anónimos— de dichas páginas, lejos de apenarse por la exposición de violencia gratuita, más bien la agradecen como si fuera algo digno de ostentación. El berrinche del matón (o matona) y la desgracia de la víctima convertidas en show visual para propios y extraños ad perpetuam, en espacios francamente deleznables y vomitivos para cualquiera con más de dos dedos de frente y sentido común.

 

Ellos y nosotros

Internet es para los adolescentes de hoy lo que la televisión fue para nosotros.Viendo todo esto, me da por pensar que fue más bien una bendición para mi generación vivir en una época sin tanta conveniencia para diseminar información, pero por eso mismo tendemos a ignorar el contexto actual en que se desenvuelven muchos jóvenes. La Fundación Paniamor ha realizado investigaciones sobre el tema y ha logrado recopilar conclusiones interesantes. He aquí algunas de ellas:

  • Internet es para ellos lo que la televisión fue para nosotros. O sea, no fue un agregado a posteriori en su existencia sino que desde el principio siempre ha estado ahí. Es el estado normal de las cosas. Toda su existencia está y estará documentada en la red, para bien y para mal.
  • En el ciberespacio, los padres no existen. La gran mayoría de los adolescentes está abordando su vida digital sin ningún tipo de orientación adulta, paterna o de otra figura de autoridad. el 90% dicen aprender a "cuidarse" solos o con sus pares.
  • Hay una "guerra fría" intergeneracional. Los jóvenes temen la presencia de sus padres y docentes en Internet. Para muchos, tenerlos de "amigos" en Facebook es lo peor que les puede pasar. Los padres por su parte ven el mundo virtual con una mezcla entre desconfianza e ignorancia, al no tener la familiaridad o el conocimiento para abordarlo. Además el distanciamiento existente entre los hijos y sus padres parece ser más frecuente en familias de alto nivel económico y estudiantes de colegios privados, donde hay también alta incidencia de los casos de bullying.
  • Algunos jóvenes sienten las redes sociales como una carga. Reconocen que su vida "está" en Facebook, pero ante la pregunta de cómo se sentirían si éste no existiera, más de uno ha respondido que "aliviado", pues tendrían más tiempo para jugar, hacer deporte y socializar "de verdad".
  • Procuran resolverlo todo por sí mismos. Ante una incidencia de acoso, los adolescentes recurren de primero a sus pares, después a familiares (no siempre padres) y en última instancia a docentes u orientadores. El PANI es el último y menos usado recurso sobre todo por temor de que sus padres o victimarios terminen por informarse.

No pretendo con este artículo dar una cátedra de bullying ni aportar soluciones concretas para un tema demasiado complejo de cubrir en una simple columna de revista virtual. Para eso ya hay excelentes campañas que procuran justamente eso. Pero sí el propósito de ir más allá del sensacionalismo con que los medios están tratando el tema y comprender lo que hay detrás... para, si está en nuestro poder, si conocemos a algún familiar en esta situación, contribuir a ser parte de la solución en vez del problema.

 

Agradecimientos totales a Susana Soto por toda la invaluable información provista para esta columna.

Alberto Gonzalez — dice ser desarrollador de experiencia del usuario para que lo tomen en serio pero en realidad se divierte mucho haciendo caricaturas, viajando por el mundo, buscando discos raros de bandas que ningún ser normal conoce, cultivando un oído musical ecléctico y colaborando de vez en cuando con 89db en forma escrita. Afiliado al club de fans de la filosofía Carpe Diem, aunque a veces le termine ganando la de la procastinación.

Fuente:

http://www.89decibeles.com/columnas

jueves, 25 de julio de 2013

Tipos de bullying o acoso escolar

 

blogfondoTodos conocemos una historia acerca del bullying o acoso escolar. El chico a quien le metieron la cabeza en el retrete. La chica a quien la critican por su forma de vestir. O el típico rechazado que se pasa los recreos solo, encerrado en el baño o en la esquina más recóndita del patio.

Mientras crecemos, el deseo de ser aceptados por nuestros compañeros no siempre resulta exitoso y hay muchos quienes sufren de maltrato físico y, en especial, psicológico. Lo irónico es que, quienes son los agresores en los casos de bullying, también suelen tener dificultades para sentirse aceptados, y es por medio de la intimidación que buscan el reconocimiento de los demás, basándose en la exclusión de otros.

El bullying se presenta más entre los adolescentes de 12 a 14 años, una edad extremadamente sensible, puesto que se pasa por muchos cambios físicos y psicológicos. Son las niñas las que más sufren del acoso escolar.
Conforme el fenómeno ha llamado más la atención de padres, profesores y medios de comunicación, en especial por casos extremos que incluso han conducido al suicidio o a serias agresiones físicas, se han ido identificando
distintos tipos de bullying:

1. Exclusión social

Es el tipo más común. Consiste en aislar a la víctima: es el niño a quien los demás no lo dejan jugar con ellos, a quien nadie le habla y a quien lo hacen llorar con frecuencia. Es el más difícil de combatir, pues suele ser silencioso y pasar inadvertido para los profesores, quienes son las figuras de autoridad.

2. Intimidación

 

Consiste en inculcar el miedo. Puede incluir amenazas, hostigamiento físico o acoso a la salida de clases, cuando no hay supervisión de adultos cerca. Es la segunda clasificación que se presenta con mayor frecuencia, con el agravante de que, al estar la víctima bajo amenaza, no se atreve a comentarlo con sus padres o profesores.

3. Manipulación social

Se basa en criticar a la víctima y distorsionar su imagen. Todo lo que haga o diga es objeto de burla. De forma inconsciente, muchos niños también se suman en ridiculizar al afectado, pues creen que merece lo que recibe. Así, se extiende por el grupo escolar y la víctima adquiere la etiqueta de “rechazado”, lo cual lo aísla aun más.

4. Coacción

El objetivo es que la víctima realice acciones contra su voluntad. Los acosadores buscan ejercer dominio y, a través de ello, obtener beneficios, como robarse un examen por ejemplo. Sin embargo, la mayor ventaja es la sensación de poder de tener control sobre otro, lo cual refuerza su imagen ante los demás de ser los líderes.


Ante cualquiera de estas señales, tanto la víctima como el agresor deben recibir atención y encontrar mecanismos de negociación para ponerle fin al acoso.
La parte positiva es que cada vez hay más información al respecto al alcance de padres y maestros, de modo que lo que antes se consideraba una “cosa de niños” está clasificado ya como un tipo de agresión. Una grave y que no debe ser ignorada, en vista de que puede tener consecuencias no solo en el presente, sino a largo plazo, al criar adultos carentes de empatía o con falta de autoestima.

Fuente:

http://lamenteesmaravillosa.com/

lunes, 22 de julio de 2013

Acoso escolar: ¿en qué estamos fallando?

 

María Isolina García Fernández

acosoextremadura2Esa es la pregunta que nos deberíamos de hacer todos, no solo como padres, sino también como sociedad: en qué estamos fallando para que nuestros propios hijos sean capaces de manipular la mente de otro hasta tal punto que la única salida que encuentre esa víctima sea la de acabar con su vida para así poder sentirse bien y a salvo. Los casos de bullying son cada vez más graves y preocupantes; el último lo encontramos en Asturias. ¿Estamos creando una generación intolerante? ¿Dónde está el problema: en la educación o en la permisividad de los padres?

Ante cualquier problema, únicamente se escucha “solo son niños” y “se estaban divirtiendo, pero sin maldad”, pero estas palabras parecen solo dar carta blanca a sus acciones.

En ocasiones, oigo a mi padre decir “esto en mi época no pasaba”, y me pregunto ¿qué es lo que ha cambiado? Personalmente, creo que la falta de respeto hacia los demás; alabando y mimando únicamente el “yo” y el “mío”, donde todo “me la sopla”, pero donde todos se entienden, llegando a desencadenar actitudes grupales en las que se persigue aquello o aquellos que son diferentes, objetivos fáciles para la burla o mofa, mermando la autoestima y la personalidad de los que no siguen sus normas, o de los que ellos creen que no merecen seguirlas.

Seguro que son muchos los que dicen, “es hora de reflexionar sobre lo que ha pasado”, pero ahora, tras una nueva víctima, no caben las reflexiones. Los cambios de actitud han de llegar ya, no mirar hacia otro lado, no restar importancia a lo que se cree una chiquillada, respetar y ser respetado. Eso es lo que importa.

Fuente:

http://elpais.com/elpais/opinion.html

miércoles, 17 de julio de 2013

Las secuelas del acoso escolar

 

Consecuencias del acoso escolarSon muchas las secuelas derivadas del acoso escolar, aunque algunas son más profundas que otras y llegan a marcar la vida de los niños, sufriendo sus consecuencias en edad adulta, depresión, ansiedad e incluso pensamientos suicidas. Estas son algunas de las conclusiones que se desprenden de este nuevo estudio realizado por expertos en psiquiatría de la Universidad de Duke (Estados Unidos).

sábado, 13 de julio de 2013

Tributo a un hijo suicida víctima del bullying

 

contraelacosoescolar004El Nuevo Día, Puerto Rico

Un hombre estadounidense caminará 5 000 millas en dos años para denunciar el bullying y sanar la pérdida de su hijo de 15 años.

La pérdida de un hijo es un suceso de tan gran magnitud que ni siquiera existe un nombre para llamar a una persona cuyo vástago ha muerto.

Y así, con un inmenso dolor sumado a la voluntad de impulsar un cambio, Joe Bell comenzó su titánico plan este sábado: caminar 5 000 millas en dos años a través de EE.UU., según reportó el diario The Columbian.

El hijo de Joe, llamado Jadin, era abiertamente gay y se suicidó este año tras ser víctima de bullying en su escuela y vía internet. Joe y su hijo presuntamente denunciaron el acoso a un consejero de la escuela La Grande en Oregon poco antes de que Jadin se ahorcara en el patio de la institución el pasado 19 de enero. El jovencito murió dos semanas más tarde en el hospital.

Ahora, Joe – quien tiene dos rodillas artificiales y una cirugía mayor de la espalda – espera recorrer los estados de Texas, Arkansas, Luisiana, Pensilvania, Nueva York, Delaware, entre otros, a un ritmo de 15 a 25 millas por día para denunciar el crimen del acoso.

Según el diario La Grande Observer, Joe renunció a su empleo para hacer esta caminata y, además, confesó que hará el recorrido en memoria de Jadin, para llevar un mensaje contra el bullying y, finalmente, para sanar su dolor en el proceso.

En el transcurso, Joe Bell – quien además creó la fundación Faces for Changes- visitará diversas escuelas para enfatizar sobre la importancia de romper el silencio en los casos de acoso.

  • Reality check

De acuerdo con los reportes más recientes de la organización Bullying Statistics, 1 de cada 4 niños en escuela elemental o secundaria, son víctimas de acoso por motivo de su raza, género, discapacidad, religión, u orientación sexual.

Peor aún, los adolescentes homosexuales son tres veces más propensos a cometer suicidio que otros jóvenes de su misma edad. Además, los estudiantes que son parte de la comunidad LGBTT están cinco veces más inclinados a faltar a la escuela porque se sienten inseguros. Un 28% de estos jóvenes termina abandonando la escuela.

En Estados Unidos, el suicidio continúa siendo la principal causa de muerte entre adolescentes menores de 14 años. Y según las estadísticas del 2010, existe una fuerte conexión entre ser víctima del bullying y el suicidio.

Fuente:

http://www.elcomercio.com/

miércoles, 10 de julio de 2013

De cómo sobreviví al bullying

 

12Anders era un niño solitario. Solitario e infeliz. Infeliz, que no necesariamente triste, sino más bien fuera de lugar, incómodo, insatisfecho con lo que el mundo tenía que ofrecerle.

Anders era un niño bajito, con los incisivos demasiado largos y una voz aguda. Por si esto no fuese suficiente motivo de burla, Anders era listo, demasiado listo quizás, un sabihondo, de esos que no le caen bien a nadie. A Anders no le gustaban los deportes, ni los ejercicios físicos. A Anders le gustaba aprender, leer, investigar y observar. Anders era una biblioteca humana a la que los demás niños le preguntaban cosas para reírse de él. Para reírse de sus… ¿conocimientos?

sábado, 6 de julio de 2013

Víctima de bullying dispara a quien le acosaba

 

Manuel Rodríguez G.

disparoNo es extraño, en víctimas de bullying, la respuesta, en principio, de inhibición y pasividad manifiesta ante el continuo hostigamiento, tras una pérdida notable de autoconfianza, muy baja autoestima y sensación de culpabilidad que producirá en muchos casos la idea de impotencia y sumisión ante el dominio bruto y sistemático del “depredador”. Esta falta de canalización ante una situación repetitiva de daño, sobre todo psicológico, puede generar en una agresividad latente que producirá en el afectado un estrés postraumático reactivo a esta minante situación, produciéndose en unos casos daño propio o autoagresión (incluso suicidio); en otros soltando esa agresividad almacenada en forma de explosión incontrolada ante ese repetitivo terrorismo psicológico contra quienes han minado psicológicamente a la víctima en cuestión.

Tampoco es infrecuente la respuesta de ira incontenida y radical que un mal día, víctimas de acoso, sueltan incontroladamente, arremetiendo con esa agresividad dañina en el escenario donde se ha producido esa violencia complacida. La víctima, sumergida en una falta total de confianza e impotente ante la injusta situación sufrida y consentida puede rebelarse radicalmente y tomarse la justicia por su mano, seguramente porque ni se le apoyó en modo alguno en su momento ni siquiera se modificó la situación de desprotección, violencia y garantía ante el acosado. Sencillamente se sienten alertados por ese miedo psicológico ya crónico y continuo. Miedo que repito, un mal día, activará una defensa muy radical atacando a quien los marcó. Es, supongo, el caso que en el siguiente vídeo puede visualizarse y que tristemente hace cierto el dicho de que “La violencia genera más violencia”, sólo que quien apretó el gatillo es seguramente el menos culpable y esa ira incontenida posiblemente sea debida al terror e impotencia de quien/es consintieron que una violencia consentida enraizara y diera unos muy amargos frutos…

 

 

Alumno víctima de bullying disparó contra un compañero en Brasil

jueves, 4 de julio de 2013

Violencia en las aulas: Las malas astillas de tan mal palo social

 

ACOSOESCAntonio Pego Alonso

Muy mal está la sociedad. En algo ha fracasado el sistema para que sucedan hechos como el que os puedo relatar y qué, cuando los ves en youtube, te crean una cierta repulsión no tanto por la inherente violencia como por el detalle de "como se ha llegado a esto".

Ayer, una de mis sobrinas escolarizada en el colegio "...Ponzos", ese colegio público de Ferrol que acoge mayormente a los niños de Ultramar y San Juan y que, pese a su condición de público tiene una cierta fama de "pijo" en la ciudad, fue víctima de una paliza que, a pesar de ser propinada por dos niños de, a lo sumo, 8 años, me atrevo a calificar de brutal y que acabó con la niña en la residencia con un brazo roto por dos sitios y unos cuantos hematomas.

¿ Que modelo educativo y que ejemplo se le da a los niños ? No hablamos de hijos de gitano o emigrante rumano o subsahariano, no. Hablamos de hijos de abogado, de clase media alta con pedigrí nacional, hablamos de niñitos de papá y mamá. Hablamos de niños que son víctimas de una educación y un modelo de comportamiento totalmente equivocados y ese tipo de conducta no lo alienta nadie mas, en el fondo, que los propios padres de las criaturas.

Los adultos somos los que estamos obligados a dar ejemplo y somos los que tenemos que responder como eso: Como adultos, y asumir, por supuesto, las responsabilidades derivadas de la actitud de nuestros hijos.
El director del colegio, lejos de poner por encima de todo la integridad de la niña, se mostró, en todo momento, mas preocupado de restar importancia al hecho ni mostró, siquiera, interés en prestar atención sanitaria. Su mayor preocupación, supongo, era tapar el asunto para no verse salpicado ni él, como responsable, ni el colegio.

Los padres de los críos no mostraron, tampoco, ninguna preocupación por el estado de la niña lo que deja bien a las claras dos cosas: O no fueron avisados por la dirección del colegio o les importa un pito lo que hagan sus hijos con los hijos de los demás. En cualquier caso el suceso no demuestra nada mas que el encanallamiento de la sociedad en general y de los padres y la dirección de ese centro ¿ educativo ? en particular.

Espero ver pronto a mi sobrina, acariciar su cabecita, jugar con ella y con su brazo sano a la espera de que el "radio" cure bien, que es lo mas importante. Espero, también, no cruzarme con las bestezuelas que perpetraron la agresión y, mucho menos, con sus padres o el propio director del colegio no vaya a ser que se me salga la vena y se me resquebraje mi barniz civilizado en beneficio de mi tribalismo ancestral.

Buenos días y dicho queda.