Acoso escolar e institucional (Pincha en la imagen)

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ACOSO ESCOLAR E INSTITUCIONAL (Pincha en la imagen)

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lunes, 7 de diciembre de 2015

Acoso escolar o bullying: “Maricón el último”

  Vagabundo bullying fueraTras más de cuatro años y medio desde la apertura de este blog,   CONTRA EL ACOSO ESCOLAR O BULLYING y prácticamente un millón de visitas, poco o nada ha cambiado: Demasiadas víctimas inocentes con secuelas muy graves y permanentes; demasiadas alimañas sueltas, demasiados observadores mirando a otro lado: cómplices silenciados o en el peor de los casos al lado de los hostigadores, al lado parece ser de los “vencedores”, de los dominantes, de los opresores, de los que ningunean tantos casos de acoso y derribo hacia víctimas y familiares; opresores que, en demasiados casos, por inacción, consentimiento e incluso apoyo de las instituciones implicadas se hacen cada vez más fuertes y poderosos. Potencian su ego y alimentan su psicopatología con esta farsa socio-institucional donde las máximas parecen ser: - Para el depredador “hunde a quien corresponda pero que no se note“. - Y para la víctima: “No se te ocurra denunciar el acoso al que estás siendo sometido y menos dudar de la sacrosanta justicia de las instituciones porque sino serás linchado”. Y es que parece ser que en pleno siglo XXI seguimos ejerciendo la filosofía de la muy vulgar frase, pero me temo muy llevada a la práctica “maricón el último”.

NOTA:

Tras bastante tiempo "guerreando", el presente blog se cierra temporalmente (no sé si definitivamente) por falta de apoyo social y agotamiento de quien escribe.
Gracias a todos los que seguisteis esta bitácora de denuncia y sobre todo a aquellas personas que de un modo u otro me animasteis a luchar contra esta lacra socio-educativa, sustentada desgraciadamente por tanto trágala institucional.








domingo, 6 de diciembre de 2015

MIRAR HACIA OTRO LADO

 
 "Si” mirar hacia otro lado, alimenta el fenómeno, el agresor se siente cada vez más impune y la víctima, más sola". Nos encontramos en una sociedad que cree que el acoso escolar es un conflicto puntual, que son cosas de niños y que simplemente es un juego
Nadie le da el nombre de que es un juego perverso y de dominio que dejara graves secuelas a nuestros hijos que perduraran en el tiempo.
Produce un daño físico y sobre todo psíquico que es muy difícil de demostrar, porque ese no deja huella visible simplemente victimas que su único compañero es el silencio.
Vivimos en una sociedad que condena la violencia pero a su vez tolera las mas cotidianas, le pegan lo normal, le insultan lo normal.
Pero no debemos olvidar que estos angelitos que maltratan hoy, continuaran con los malos tratos cuando sean adultos. No nos engañemos son delincuentes del mañana ,nadie les ha enseñado el precio que deben de pagar por su delito .Porque no nos olvidemos que el acoso escolar es un delito y para ello hay que ponerle un precio o un castigo que actué de manera ejemplar hacia la comunidad educativa y desaliente a su vez a posibles presuntos delincuentes.
“Si” siempre delante presunto, porque debes demostrar que lo que tu hijo denuncia es verdad .Pero creo que cuando un menor es vejado se nota ,se siente cuando padece .Eso hace que su autoestima caiga en picado y muchas veces se sientan culpables y avergonzados .No sea que además de victimas sean chivatos…. .Por eso callan e incluso con sus propios padres.
Cualquiera puede ser victima, simplemente estar gordo, llevar gafas, ser demasiado listo puede ser la excusa .Pero no hay que olvidar que los demás compañeros y sus profesores sufren la fuerza que ejerce el matón, interrupciones en clase, burlas, pintadas etc...
¿Nadie se quiere dar cuenta? ………..
¿Mirar hacia otro lado, puede solucionar el problema ?......
¿A quien protegen con la ley del silencio ?.............
Es hora de reclamar ya no pedir soluciones a los poderes públicos, pero estos de momento solo aportan medidas ineficaces ,expedientes disciplinarios que nunca llegan ,falta de autoridad del director del centro para expedientar inmediatamente al acosador un proceso burocrático que solo va encontra de la victima y que da mas garantías al acosador que ha la victima que como siempre es que debe abandonar el centro.. Lo único que consiguen es seguir aumentando el problema, pues los angelitos se crecen…………Es el momento de de proteger a la victima no asignarle una cifra, no buscar el porque de la agresión en alguna carencia del niño, puede que así buscarían el porque se merecía que le pegaran y guardar el buen nombre del centro.
La violencia se puede combatir pero:
¿Dónde estuvo la prevención que tanto se nombra?.
.¿Donde estuvo la mediación ?pero no hay que olvidar que no puede existir mediación cuando hay una victima y un agresor .Seria como decirle a una mujer maltratada que le sentarán enfrente de su agresor y poder pactar que días le puede pegar .
Desgraciadamente “ la ley del silencio” “nada ocurre” entre iguales se sigue manteniendo en una sociedad permisiva .Pero lo que es lamentable es que sigamos cerrando los ojos a la realidad ,a lo que verdaderamente ocurre en las aulas ,a esperar desgracias de muertes de adolescentes ……..…pero desgraciadamente es así .solo nos queda esperar las maravillas de los observatorios y la lucha de los que reclamamos la protección inmediata de las victimas .
Mi recuerdo y lucha para Jokin,y para todos Jokin que son solo cifras para aquellos que miran para otro lado y que cometen el mismo delito . Ser acosador es gratuito .Pero mi hijo no volverá a repetir “ME MANDAS A LA GUERRA”.
Fuente: http://noalacosoescolar.blogspot.com/2007/05/mirar-hacia-otro-lado.html

sábado, 5 de diciembre de 2015

Las denuncias por acoso escolar, siempre por escrito

 
Cuando el agresor está en el aula 
  • Asociación de víctimas lamenta la inhibición de los centros
  • 'Hay administraciones que sólo actúan cuando la denuncia entra por registro'
Teresa López Pavón Encarna García conoce de primera mano el sufrimiento de una niña por una situación de acoso. Portavoz de la Asociación contra el Acoso Escolar (ACAE), con sede central en Asturias, se escandaliza de la pasividad con que muchos centros escolares y muchos docentes siguen respondiendo a los casos de acoso que con frecuencia se conocen en los colegios e institutos. En el caso más reciente, el registrado en el instituto Guadiana de Ayamonte, lo ocurrido responde a un dramático patrón demasiadas veces repetido: una niña denuncia ser víctima de continuas humillaciones y vejaciones por parte de unas compañeras; los profesores miran para otro lado o, a lo sumo, aplican un protocolo manifestamente insuficiente, y la alumna se ve obligada a abandonar el instituto para evitar el contacto con sus agresoras. En esta ocasión, una denuncia ante la Guardia Civil ha servido para sacar a la luz los hechos, pero también la falta de respuesta en el ámbito educativo: los centros se escudan en la falta de competencias y herramientas y la Consejería de Educación se afana simplemente en ocultar el problema. Encarna García no entiende, sin embargo, que la comunidad educativa pueda desentenderse ante situaciones tan graves que sin duda afectan a la convivencia en el centro, con independencia de que las agresiones se produzcan dentro o fuera de los muros de la escuela. La portavoz de ACAE subraya el hecho de que este tipo de acoso se da, sobre todo en niñas, y fundamentalmente en los últimos cursos de Primaria y los primeros de Secundaria. Encarna García aconseja a los padres que actúen a los primeros indicios, cuando el niño empieza a poner excusas para no ir al colegio y somatiza el estrés que le produce la situación de acoso: "Hay una serie de síntomas que nos deben poner sobrealertas, como los dolores repentinos y el nerviosismo del domingo a última hora". La presidenta de ACAE aconseja igualmente denunciar los hechos ante el centro y ante la administración "siempre por escrito", porque es la única manera de que quede constancia, si la hubiere, de la responsabilidad, por omisión, de la autoridad educativa. "Existe una responsabilidad, incluso penal, por omisión del deber de socorro, con el agravante de que la víctima es un menor. Ya tenemos antecedentes de centros condenados por no actuar a pesar de conocer lo que estaba ocurriendo dentro de sus aulas". "Desgraciadamente, sin embargo, hay administraciones que sólo responden cuando la denuncia entra a través del registro", añade Encarna García. La asociación (acae_asturias@yahoo.es), con amplia experiencia en dar apoyo legal y psicológico a las víctimas y a sus familias, lamenta que Andalucía sea una de las comunidades autónomas donde "se intenta ocultar" el problema del acoso escolar, alargando el sufrimiento de las víctimas y abordando el problema, si es que se hace, con "protocolos ineficaces". "Para la administración, sigue siendo un enorme tabú que es mejor eludir". "Al final, como ocurre con las mujeres maltratadas, son las víctimas las que sufren la estigmatización y las que tienen que abandonar el instituto", como ha sucedido en Ayamonte. Fuente:  http://www.elmundo.es/












martes, 10 de noviembre de 2015

Denunciar casos de bullying y a los colegios que no los eviten, a través de app

 

Vagabundo

bullying denunciaLeo la siguiente publicación y no puedo remediar evocar tantas y tantas llamadas de auxilio a demasiadas organizaciones no gubernamentales y a no menos instituciones públicas, supuestamente garantes y protectoras de los derechos del menor.

Sigo leyendo y confieso que surge en mí una especie de sensación agridulce por el respeto y envidia  hacia lo que se dice:

“Si los centros no manejan los avisos de acoso en el momento oportuno o directamente los ignora por completo, los responsables de Bully Tap cursarán una demanda civil en contra de la escuela o acosador.“

- Respeto dulce por la decisión de los responsables de ese programa de llevar a los juzgados a quienes por omisión, inacción o sencillamente por falseamiento de realidades y/o complicidad con agresores se desmarcan de sus deberes.

- Envidia agria por el amargo y constante recuerdo de tantos y tantos  correveydiles, corruptos éticos y cobardes colaboradores o testigos mudos que en el mejor de los casos nada hicieron (en el peor sembraron bulos, rumorología goebbeliana e incluso falsas denuncias, con tal de poner a salvo sus prostituidas posaderas).

Pandilleros no sólo pertenecientes a colegios (no pocos padres, demasiados maestros y direcciones de colegios…), sino a quienes en teoría debían supervisar, analizar e inspeccionar la labor de esos centros: Inspectores de Educación, Equipos de Orientación, Jefes de Servicios, Directores Generales, Consejeras y demás actores de ese  tétrico teatro. Contribuyentes de ese carnaval apandador al que se sumaron otras instituciones relacionadas con Servicios Sociales, Bienestar Social, Familia y relacionados. Gentío sectareo al que se sumaron no pocas organizaciones no gubernamentaloides, supuestamente defensoras de menores y colaboradoras con las primeras. Consúltese entre otros enlaces:

LA CADENA COBARDE, LA CADENA DEL SILENCIO

ORGANIZACIONES PSEUDO NO GUBERNAMENTALES 

"ASOCIACIONES" RELACIONADAS CON EL ACOSO ESCOLAR

LA PROPAGANDA GOEBBELIANA DE LA JUNTA DE EXTREMADURA

¡SI TE MOLESTAN NO CALLES, SI TE MOLESTAN, JÓDETE!

LA RAMPA DEL SILENCIO CÓMPLICE

ATENCIÓN Y PROTECCIÓN A LA INFANCIA

Si lo que la noticia afirma es cierto, qué pena no poder contar con ella, aquí en este país de las maravillas, donde demasiadas Alicias atemorizadas, son ninguneadas, banalizadas, excluidas, acosadas, castigadas a ser potenciales maltratadas en sus vidas adultas y con una enorme carga a sus espaldas en forma de secuelas perdurables por vida, algunas de ellas incluso candidatas a un suicidio inducido.

Os dejo con la noticia

lunes, 9 de noviembre de 2015

Víctimas del acoso escolar: culpa, vergüenza y silencio

 

ACOSO ESCOLAR o bullyingBelén, Lola y Dani cuentan lo que les pasó. Analizan los fallos del sistema, proponen herramientas y animan a salir de una pesadilla que afecta a 1 de cada 4 menores escolarizados en España.

 

Julia Cruz @Jcruzrios

Cuando la madre fue al cuarto a despertarle por la mañana para ir al colegio, no encontró a su hijo en la habitación. Una nota en el escritorio y la ventana abierta. Había saltado al vacío.

Un niño de 11 años se suicidó el miércoles 14 de octubre en el municipio madrileño de Leganés. En la nota pedía perdón a sus padres y decía que no quería ir al colegio. La investigación continúa abierta, por lo que aún se desconoce si se trata de la última víctima mortal por acoso escolar en España.

En mayo de este año, también en Madrid, Arancha, de 16 años y discapacitada, se arrojó por el hueco de las escaleras de su casa. Antes envió un whatsapp a sus amigas en el que decía que no tenía ganas de vivir. En 2013, Carla, 14 años, saltaba desde un acantilado al cantábrico en Gijón.

Su historia la van a contar ellos. Víctimas del acoso escolar. Personas que hoy tratan de darle la vuelta a su mala experiencia, sentando las ideas fundamentales y creando herramientas eficaces para ayudar a los niños y adolescentes que sufren bullying. Personas que nunca olvidarán el día que, al ser señalados por el dedo de un compañero, les cambió para siempre. Su historia, la de las niñas y niños acosados en el colegio, la van a contar ellos.

lunes, 2 de noviembre de 2015

¿De vez en cuando la vida? Reflexiones ante la crónica de un fracaso anunciado (Secuelas de un acoso escolar ocultado)

 

Vagabundo

enredadaExpresaba el maestro Serrat,

De vez en cuando la vida nos besa en la boca

y a colores se despliega como un atlas,

nos pasea por las calles en volandas

y nos sentimos en buenas manos;

se hace de nuestra medida, toma nuestro paso

y saca un conejo de la vieja chistera

y uno es feliz como un niño cuando sale de la escuela…

Sin embargo la vida ha debido olvidar a no pocos anónimos excluidos. Solitarios exiliados que ni se sienten en buenas manos ni parecen estar siquiera en listas de espera necesitados de ser besados y abrazados; de ilusionarse con la magia que, de vez en cuando, deberían ser regalados por unas excitantes vivencias; esas que deberían aparecer en nuestras vidas, al menos de vez en cuando. Así que ni siquiera hay escuela para satisfacer en la salida, la huida, la libertad de terminar y de sofocar ataduras impuestas, cual infante soñador y feliz que siente escapó momentáneamente de la prisión del aula.

Ayer precisamente hablaba con una amargada y angustiada joven, perdida, desubicada, desilusionada de su vida y sobre todo de sus tristes vivencias, aunque ignorante de su desolada realidad; esa que tanto teme y no quiere ver.

martes, 20 de octubre de 2015

«Manga ancha» ante el acoso psicológico en el aula

 

acoso complicidadUn experto advierte de «la manga ancha» ante el acoso psicológico en el aula

«La violencia escolar que más se trivializa, como el poner mote a un niño o reírse de su aspecto, causa más daño que las agresiones físicas»

 

Rafael Montaner

Uno de los principales expertos en acoso y violencia escolar en España, el doctor en psicología Iñaki Piñuel (Madrid, 1965), criticó ayer en el Colegio CEU San Pablo de Moncada «las prácticas de manga ancha» ante al hostigamiento psicológico en las aulas. «En pleno siglo XXI no se pueden consentir que en la escuela se ridiculice a un niño por su aspecto», advierte Piñuel, coautor del «Estudio Cisneros X. Violencia y acoso escolar (2007)» que alerta que casi uno de cada cuatro alumnos españoles (23,3 %) desde Primaria hasta Bachiller es víctima de violencia y acoso.

El acoso invisible „las conductas de hostigamiento psicológico, bloqueo social y exclusión„ que, según Piñuel, tiende a banalizarse como cosas de niños es el que más secuelas deja. «La violencia escolar que más se trivializa, como el que se le ponga mote a un niño, el reirse de el cuando se equivoca, el burlarse de su aspecto físico o las amenazas, es la que más estrés postraumático causa», advierte … Seguir leyendo…

domingo, 18 de octubre de 2015

Suicidio por bullying: Otro más ¿Hasta cuándo?

 

Vagabundo

suicidio por bullying 3¿Cuándo se tomarán en serio casos como el de Jokin, Carla Díaz Magniem, la chica que se tiró por los acantilados en Gijón con tan sólo 14 años; Sarai Mondragón con 13 años; Mónica Jaramillo con 15 años; Arancha, joven discapacitada de 16 años que se arrojó por el hueco de las escaleras de su vivienda;y tanta y tanta gente anónima que no se atrevió a denunciar… todas ellas de una forma u otra obligadas a ir a un lugar donde lo de menos era el aprendizaje, socialización y cooperación, como tan repetidamente se nos cuenta, pero donde esa presión y obligación indujeron al suicidio?

El sistema educativo tiene la obligación de proteger a estas víctimas de demasiados depredadores sociales en su horario escolar, al menos; y el sistema institucional en su conjunto la de castigar y proporcionar derechos inherentes al ser humano. La inacción, la negligencia por desidia, el corporativismo exacerbado, la omisión de socorro y ninguneo generalizado sólo es propio de regímenes pseudodemócraticos y cercanos a filosofías fascistas y/o totalitarias, donde el objetivo es abducir a la sociedad mediante propagandas inmaculadas de bienestar, bondades y excelencias varias. Escaparates sólo presentes en publicidades amañadas y engañosas, pero en la praxis demasiadas lejanas a

lunes, 12 de octubre de 2015

Exceso de permisividad ante las conductas violentas

 

BULL010Garaigordobil: «Hay un exceso de permisividad cuando los niños, adolescentes o jóvenes tienen conductas violentas»

Maite Garaigordobil, Catedrática de la UPV. La experta considera que la colaboración entre la familia, los profesores y las autoridades es muy importante para la prevención y detección del acoso y la violencia

JAVIER PEÑALBA

Maite Garaigordobil, catedrática de Evaluación y Diagnóstico Psicológico de la UPV y experta en acoso escolar, analiza algunas de las consideraciones recogidas en la Memoria de la Fiscalía de Gipuzkoa y que fue presentada recientemente por Juan Calparsoro, fiscal superior de Euskadi. El informe consta un aumento de expedientes por acoso escolar. Seis de las víctimas expresaron además su intención de suicidarse.

Los casos de acoso escolar no cesan. El pasado año la Fiscalía

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Protocolo de actuación contra el acoso escolar

 

Presentan otro protocolo de actuación para plantar cara al acoso escolar

m. j. pérez-barco

Este nuevo programa se implanta en los colegios desde 1º de Primaria

fotolia

acoso en el aulaUn plan de convivencia para combatir el bullying en las aulas en el que trabaja el Ministerio de Educación, una nueva ley del menor que incluye la protección frente al acoso escolar,

domingo, 6 de septiembre de 2015

El drama del bullying

 

drama bullyingLos integrantes de la academia Stars Artística Integrada estrenan este martes un musical que aborda la problemática de las relaciones violentas entre los jóvenes en sus escuelas. Otro modo de plantear una dura realidad contada desde el arte.

Paulina Rotman. Foto: Federico Levato

Al gordo por su físico. A la estudiosa por "sabelotodo''. A la más linda del curso por la belleza de su cara. Al bueno por la inocencia que lo caracteriza. Al que acaba de incorporarse al grupo, por "nuevo''. Y a todos, o a algunos, hasta sin razón alguna. Lo cierto es que todos ellos alguna vez recibieron burlas, insultos, golpizas, amenazas, ofensas, indiferencia por parte de los adultos que deberían hacer algo, malos tratos de sus pares En las aulas, el patio de la escuela, la esquina del edificio escolar, las clases extra áulicas.
Lejos de contentarse con estas situaciones, un grupo de artistas en miniatura -porque todavía son alumnos de un instituto donde se aprende danza, canto, teatro, técnicas de voz, entre otros conocimientos- debatieron sobre el tema, se autoevaluaron, repensaron situaciones y finalmente lograron un guión para plantear este drama que tanto los afecta por medio de canciones y bailes creados especialmente.
Así es como esas escenas de la vida juvenil (desgraciadamente, cada vez más) cotidianas son las que el elenco de la Academia Stars Artística Integrada -que dirige Liliana Gutiérrez- llevará al Teatro Municipal de Rawson "Oscar Kümmel'' el próximo martes 16 de diciembre. Pero no es sólo esa la idea. La intención o el sueño es que con esta obra dramática inédita con que cierran el año empiecen a recorrer las escuelas de San Juan para promover la reflexión acerca de la violencia escolar y la indiferencia social ante estos casos, según promueven su trabajo con vistas al 2015. Claro que para eso, falta un paso fundamental: obtener el visto bueno del Ministerio de Educación.
Mientras tanto, ensayan y ponen a punto todos los detalles para la presentación de la próxima semana dónde habrá una treintena de talentos en escena.
"Fue muy fuerte para nosotros encarar una obra de teatro con una temática tan problemática pero tan actual. La intención es que entre todos, público y actores, podamos tomar conciencia real de este dilema y trabajar seriamente con los gabinetes de psicopedagogos de las escuelas para detener este fenómeno de violencia en las escuelas tanto públicas como privadas. No es algo nuevo, antes también existían las burlas, pero ahora han tomado un nivel de agresividad mayor, lo que inclusive llega a poner en riesgo la integridad de la persona y muchas veces la propia vida. Por eso, añoro que las autoridades del Ministerio de Educación de la provincia avalen esta obra para que sea obligatorio la asistencia a verla y que dicho espectáculo actúe como estímulo para cambiar conductas, que movilice a las instituciones educativas para trabajar en talleres orientados a "detectar y tratar" el problema en particular, que puedan estar viviendo'', resume Liliana Gutiérrez, la directora de esta academia artística integrada que es impulsora de la comedia musical en la provincia desde el 2006.

En primera persona
Nicolás es uno de los protagonistas de esta obra. El saldrá con un vestuario que lo engorda varios kilos para convertirse en Valentín. Desmedido pero sumiso, tiene que enfrentarse no sólo a la discriminación sino a la agresión.
"La obra me permitió cuestionarme a mí mismo por las actitudes que he tenido siempre ante las personas que son diferentes y que durante muchos años he tomado "de punto'' o me he reído y burlado. Yo me reconozco como alguien que muchas veces hizo bullying y pensándolo bien llegué a la conclusión que no es bueno para nadie. Ni siquiera para mí'', dice el actor que esta vez le tocó estar del otro lado, del que sufre un daño que queda guardado para siempre como parte de esta etapa de crecimiento.
Exequiel y Pablo también vivieron este problema en su propia piel. Pablo, por ejemplo, fue tan vapuleado cuando se integró -por así decirlo- al nuevo establecimiento educativo al que se cambió que en lugar de enfrentar las burlas de sus compañeros le pidió a sus padres toda la comprensión para poder repetir y así separarse del grupo. "Así fue como solucioné esto que tan mal me ponía. No sé si hice bien o mal, pero ahora estoy mejor'', cuenta su propia experiencia y su amigo Exequiel fue quien se inspiró en la agresión verbal que tenía como muletilla para nombrar a su compañero de curso para hacer su personaje. "A un chico que es morocho le decíamos El Negro, pero a él no le gustaba para nada. Un día me pidió que le dijera Rodrigo'', recuerda.
A partir de estas y otras experiencias personales, de los chicos como alumnos y de los grandes como papás o docentes, es que se definió el guión. "Cada vez más no exponemos a estas cuestiones discriminatorias y agresivas. Algo hay que hacer'', coincide un grupo de chicas que participa en "¡Basta ya!''.
"Hicimos improvisaciones. También tomamos noticias reales que suceden en escuelas de la provincia o en otros puntos del país. Tratamos también de captar la realidad social de gran indiferencia, ante estas cuestiones. Es un llamado de atención'', agrega la directora convencida que con "verdadera conciencia social y directivas claras desde el sistema educativo" el bullying desaparecería.

Fuente:

http://www.diariodecuyo.com.ar/home/new_index.php

jueves, 27 de agosto de 2015

Acoso escolar: Combatir la indiferencia

 

ACOSO PESADILLAMartin Luther King: “Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos”.

Juan Luis Aróstegui

El acoso escolar es un fenómeno social que se remonta a un tiempo inmemorial. No es una cuestión menor. Esta conducta, infinitamente cruel,  deja en las víctimas una huella muy difícil de borrar que, en muchos casos, condiciona definitivamente su personalidad.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Bullying, racismo y homofobia: “De tal palo tales astillas”

 

Vagabundo

bullying cosa de niñosEn el siguiente vídeo se puede ver la llamada de atención de un padre que denunció los mensajes de acoso escolar hacia su hija y la actitud arrogante, homófoba y racista del padre de los hostigadores – De tal palo tal astilla; mejor dicho astillas: los gemelos “bullies” desde luego han aprendido pronto de la filosofía del padre. Individuo que no dudó en llamar “maricón” al padre de la víctima.

Bradley Knudson cuenta en pocos minutos lo que le estaba sucediendo a su hija. Chica afroamericana adoptada y por lo cual era motivo de insultos, humillaciones y discriminación. El suicidio del hijo de unos amigos poco tiempo antes por motivos relacionados con el bullying, hicieron que este padre, concienciado y muy sensibilizado, en modo alguno dejara el asunto aparcado, como en no pocas ocasiones lamentablemente sigue haciéndose, con la vulgar y temible frase: !Es cosa de niños”!

Tras innumerables intentos para ponerse en contacto con el padre de los hostigadores, finalmente; y tras una denuncia policial, pudo hablar con él. Para su sorpresa, éste no sólo quitó importancia al asunto sino que no dudó en desacreditar y llamarlo “máricón” por defender a los “negros”. Por todo ello puso el siguiente vídeo en la red que se ha viralizado y que, con seguridad ha concienciado a muchas personas no conscientes del riesgo  que supone ser testigo de estos graves hechos para luego callar o mirar a otro lado. Desde luego la determinación y coraje de este padre es de alabar…

 

 

Las consecuencias de esta publicación en redes sociales ha hecho no sólo viral este vídeo y por tanto darse a conocer el caso en todo el planeta. Además ha dado lugar a que Darron Puro (padre de los gemelos bullies) pierda su trabajo en una empresa financiera llamada Roy E. Abbott Futures, cuyos directivos al conocer los hechos decidieron despedirlo.  Además, el colegio en el que estudia Dee Dee, chica hostigada,  está investigando los hechos y puede que expulse a los dos gemelos.  Indudablemente la presión social en este caso ha hecho justicia. Más de la que hoy día deberían impartir muchos Juzgados, que medrados no tienen reparos en inhibirse o archivar flagrantes casos de acoso escolar. Demasiados casos.

De cualquier manera, felicitaciones por la valentía y coraje de este padre Sonrisa

 

martes, 18 de agosto de 2015

Denuncia al Defensor del Menor por bullying consentido

 

blogfondo

Vagabundo

Una vez más, un nuevo caso de acoso escolar sale a la palestra en forma de denuncia. Denuncia archivada por Fiscalía. Una más, una vez más. Las analogías desgraciadamente con el caso de mi hija y mías propias son llamativas y alarmantes por el grave daño que se infringe a víctimas y familiares. Como bien expresa el denunciante, ya no sólo se trata de un caso de acoso escolar, sino, tanto o más grave, también de acoso institucional hacia la familia, cuando esta, harta de ninguneos y cínicas respuestas del entramado educativo, se ve obligada a denunciar. La Fiscalía, esa que tiene el deber institucional de velar y garantizar los derechos del menor hostigado tampoco parece poner el celo debido y una vez más, como ocurriese en mi caso, archiva la denuncia. Debe ser más práctico defender a menores acusados que a menores víctimas de los mismos. Debe ser más conveniente a su vez estar al lado de las instituciones que desdecirlas y obligarlas judicialmente a cumplir con sus deberes garantes hacia su alumnado. Que me lo digan a mí

http://elcuadernodeguillermonoacoso.blogspot.com.es/2010/08/acoso-escolar-e-institucional.html

http://elcuadernodeguillermonoacoso.blogspot.com.es/2010/08/la-propaganda-goebbeliana-de-la-junta.html

Como respuesta viciada por la Administración educativa, a través de Inspección, se responde a estas graves acusaciones y actos denigrantes hacia la víctima, como sistemáticamente se repite una y otra vez: “ las actuaciones y compromisos han sido los adecuados”. Caso archivado. Uno más.

La “posible paranoia” de afectados y familiares debería ser estudiada detenidamente por las autoridades sanitarias, dado que si bien sólo salen a luz pública escasos casos -los más graves- se estima que un 25% de la población puede estar afectada por esta “enfermedad mental”

 

Padre de Ayamonte lleva al Defensor del Menor un presunto acoso escolar a su hijo, diagnosticado de TDAH

Jesús Torres

Fuente: http://andaluciainformacion.es/costa-occidental/

  Luis Manuel Arraiz Vicente, padre de un menor de 9 años que hasta el pasado mes de marzo se encontraba escolarizado en el Centro de Educación Infantil y Primaria Moreno y Chacón de Ayamonte, ha puesto en conocimiento del Defensor del Menor de Andalucía lo que considera un caso de “acoso escolar continuado” contra su hijo en dicho colegio, “a manos de otro menor de su misma clase”.

  Según el encabezamiento del escrito remitido el pasado mes de febrero por Arraiz al Defensor del Menor de Andalucía, al que ha tenido acceso Andalucía Información, “esta es la historia de un acoso escolar a mi hijo de 9 años, seguido de un acoso institucional a mi familia”.

  Y es que en dicho escrito narra con todo lujo de detalles y por orden cronológico, una situación que se inició “hace un año”, sobre la que al principio “pensamos que eran cosas de críos; luego que las reiteraciones eran casualidad; y finalmente comprendimos que era todo deliberado”.

Según también relata, el asunto es aún más grave teniendo en cuenta que su hijo está diagnosticado de TDAH (Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad), por lo que “necesita, por ejemplo, que se le hagan los exámenes orales y no escritos, a lo que se han negado en ese colegio”, y por lo que “es como si en lugar de nueve años, tuviese aproximadamente dos menos”.

Por otra parte, Arraiz ha relatado a este periódico que su hijo fue objeto de “brutales palizas”, la última “con derribo a patadas en los huevos y remate a patadas en la cara”, lo cual fue siempre considerado por los responsables del centro como “una pelea” y “a las que no se prestaba atención” porque eran “cosas de niños”. El menor -siempre según su padre- llegaba a casa “con marcas” y “no nos contaba nada por miedo”. También “lo dejaban de lado” y por eso “lo comunicamos al centro”. El presunto acoso, además de físico “era también psicológico” ha añadido, y “se trasladó a la calle: a las fiestas de cumpleaños de los compañeros de clase o a los parques de la localidad”.

Igualmente añade que el presunto acoso a su hijo se convirtió también en “acoso a la familia” una vez que el propio Arraiz denunció por estos hechos tanto a la tutora del menor, como al director del centro. Denuncias de las que por otra parte confiesa “no tener aún noticias” y que según fuentes jurídicas consultadas por este periódico han sido archivadas.

Desde entonces -prosigue el padre- “todos han intentado tapar el tema, porque no les interesa que se sepa, y en lugar de proteger a mi hijo han mirado para otro lado y se han dedicado a protegerse entre ellos”. Incluso afirma que “han intentado hacer creer al resto de la comunidad educativa, incluidos los padres, que dejaron de hablarnos y nos eliminaron de los grupos de whatsapp, que todo era cosa nuestra”, y hasta “pudimos saber que se burlaban del niño en clase, llegando incluso a ridiculizarlo ente sus compañeros”.    

En el escrito al Defensor del menor Arraiz afirma que “en septiembre mi mujer habló seriamente de este tema al menos tres veces con la tutora y maestra, siguió el acoso; habló con la madre del acosador, siguió el acoso; habló a primeros de noviembre con el director, siguió el acoso”.

También narra que “el 14 enero de 2015 la agresión de turno es violentísima (a mi niño le dan una patada en el ojo), hay parte de lesiones, y una denuncia judicial por mi parte, contra el agresor (otro niño de 9 años pero mucho mayor) y contra la tutora y el director por no hacer nada”. El mismo día de esa agresión última, la tutora y maestra habitual del niño “les hizo hacer las paces, pregonó a toda la clase ‘ya sabéis que (…) es un pesado’ como explicación de lo ocurrido, y sentó juntos a agresor habitual y víctima”.

Desde entonces se multiplicaron los escritos y comunicaciones por distintos medios entre la familia del menor y los responsables del centro, quejándose amargamente Arraiz de no permitírsele acceder al expediente sobre lo sucedido, así como al protocolo de actuación iniciado por la Inspección Educativa. 

Finalmente, según Arraiz, el menor permaneció un tiempo sin escolarizar “porque la frase operativa del tratamiento médico a que le ha abocado el estrés por acoso es: ‘se recomienda evitación de esta situación hasta tratamiento psicológico’. Así las cosas, la familia solicitó a la Delegación el cambio de centro, lo cual se produjo en marzo, cuando fue trasladado al CEIP Galdames de la ciudad fronteriza, donde el padre asegura que su hijo “está encantado, totalmente integrado, y donde no ha tenido ningún tipo de problema”.

Por todo ello, Arraiz concluye su escrito pidiendo al Defensor del Menor que “supervise humanitariamente este caso, y los otros, que ha habido y habrá, hasta que se extirpen las malas hierbas. No estaría de más una investigación oficial”.

EL SERVICIO DE INSPECCIÓN EDUCATIVA “ACTIVÓ EL PROTOCOLO DE ACTUACIÓN”

Por su parte, fuentes del Servicio de Inspección Educativa de la Delegación Territorial de Educación, Cultura y Deporte de la Junta en Huelva, en coordinación con el centro educativo y el Equipo de Orientación Educativa, ha afirmado que activó “desde el primer momento el protocolo de actuación recogido por la administración educativa para estos casos”.

Igualmente han indicado que “desde esta misma Delegación se ha dado respuesta a todas las instancias donde se ha presentado denuncia o demandado aclaración sobre este tema”.

Por último, han señalado que “desde esta delegación territorial se hace constar la adecuada actuación del centro educativo y de la comunidad escolar de Ayamonte, que ha mostrado y demostrado su compromiso con la resolución pacífica de los conflictos escolares”.

 

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http://elcuadernodeguillermonoacoso.blogspot.com.es/

viernes, 14 de agosto de 2015

Sobrevivir al acoso escolar

 

acoso escolar 01Los padres de una niña de diez años consiguen que la Consejería saque a la pequeña, víctima de acoso escolar, del centro Manuel Bartolomé Cossío en Aluche para el próximo curso

La niña empezará el próximo curso en otro colegio / John Gómez

Alberto Pozas

“Mi interior está vacío y roto. En mi cabeza están reinando el miedo y la soledad. Llévame a otro mundo lejos de éste”. Decenas de frases como éstas vienen recogidas en el diario de una niña, y son el producto de meses y meses de acoso escolar en un colegio público del madrileño barrio de Aluche. La Consejería de Educación, después de varias peticiones de los padres, ha propuesto que esta niña cambie de colegio el año que viene y que empiece el próximo curso en el centro donde su padre es profesor. Una historia de acoso con un final que si no puede ser calificado de feliz, al menos podrá ser considerado como esperanzador tanto para la niña como para su familia.

Sus padres, docentes los dos, lo tuvieron muy claro desde el principio: “No queremos otro caso como el del Ciudad de Jaén”, dijeron a la Consejería en un escrito. Primero fue una nota en un perchero con la palabra “puta”. Después, comentarios en el comedor: “Ves, no te quiere nadie”. Y al cabo del tiempo, según explica a la Cadena SER Alberto, su padre, un diario en un cajón de su cuarto donde vomitaba el día a día con una capacidad narrativa impropia de una niña de diez años. “Manifestaba cosas con una madurez que nos dejó alucinados, lo presentamos como prueba de lo que había sufrido la niña durante todo el curso, entonces fuimos hacia adelante para que activaran el protocolo de acoso escolar”.

Según sus padres, la puesta en marcha de este protocolo no hace sino empeorar las cosas, y es entonces cuando un psiquiatra de la Seguridad Social pone su problema negro sobre blanco: “Tras su valoración, se ha confirmado que los síntomas consultados se relacionan con sus dificultades para adaptarse al estrés ocasionado por situaciones previas de acoso escolar”, iniciando el correspondiente tratamiento y recomendando el cambio de centro de la niña, que se vería “muy beneficiada de la posibilidad de entrar en el mismo colegio donde trabaja su padre como profesor”, reza este informe.

Cambio a la segunda

Después de muchas idas y venidas, ayer la Consejería de Educación comunicó a los padres de esta niña que proponían su traslado al centro de trabajo del padre para el próximo curso: un cambio al segundo intento, ya que la primera vez les habían propuesto otro, decisión reconsiderada tras tener la oportunidad de estudiar los informes psiquiátricos de la pequeña.

Los padres tienen claro dónde dirigir su enfado: a la imagen que el centro dio, según su versión, de su hija de cara a los informes de la inspección: “Pone que mi hija era problemática, que tenía el rol de acosadora… en siete años no nos han manifestado nada de que mi hija se portase así”. Añade que esto les ha indignado especialmente: “La forma en que han intentado hacer que mi hija sea una inadaptada social en un informe: a nosotros nos ponían una cara, y por detrás al inspector la que a ellos les interesa, diciendo que no hay acoso y que la niña es rara. Nos ha dolido mucho, ahora resulta que desde el mes de junio mi hija es una acosadora”.

No es el único caso

Varias familias se han puesto en contacto con la Cadena SER para explicar su caso, y poner de manifiesto que la experiencia de esta niña no es la única que se ha vivido en las aulas de este centro de Aluche. Lola, madre de un niño de altas capacidades, decidió cambiar a su hijo de centro también este año. “Hay un montón de violencia, de agresividad, tanto por parte de alumnos como por parte de tutoras, y el equipo directivo, en vez de solucionar, lo que ha hecho es tapar y tratarlo como casos individuales, como la realidad no es esa”, señala en declaraciones a esta emisora.

En el caso particular de su hijo afirma que esta situación le ha producido “trazas de ansiedad y depresión, por todo esto que ha estado viviendo por parte de la tutora con vejaciones, gritos, empujones, agresiones físicas leves…”. Afirma que puso esta situación en conocimiento del centro, del inspector y del orientador “y nadie ha hecho nada”. “Todo lo que se ha hecho es tapar, tapar y tapar, no se ha cuidado por el bienestar de los niños sino por el buen nombre del colegio, hay un corporativismo voraz”, afirma.

Fuente:

http://cadenaser.com/emisora/radio_madrid/

martes, 11 de agosto de 2015

¿Qué hago si mi hijo dice que le pegan?

 

Gema Lendoiro

acoso escolar 00Una experta aporta soluciones para que los padres no permitan que nadie use la violencia contra sus hijos
Dibujo: David Martínez

 

Es una queja común en muchos padres: «a mi hijo le han pegado en clase otros niños». Y no nos referimos a una queja aislada de un día, sino a algo que se sucede en el tiempo. ¿Qué hacer?

Mónica Serrano,experta en temas infantiles y en Pedagogía Blanca, reconoce que es un tema «mucho más grave de lo que pueda parecer y más a menudo de lo que creemos».

—Si mi hijo al salir de clase me dice que los niños le pegan, ¿qué debo hacer?

En primer lugar, creerle siempre. No mostrar ningún tipo de duda. Es lo que va a favorecer la confianza del niño en nosotros para que continúe pidiéndonos ayuda en el futuro.

En segundo lugar, expresarle que estamos a su lado y que le vamos a ayudar a resolver la situación.

—Suponiendo que sea cierto, ¿qué es mejor, hablar con los padres de ese niño o con el colegio directamente?

—Sea cierto o no, debemos hablar primero con el profesorado y contarle lo que el niño nos ha dicho. Si se están produciendo agresiones en el aula, debemos pedirle a la profesora que las gestione, que no las permita.

En caso de que la profesora nos diga que el niño no está contando la verdad, habría que investigar qué puede estar sucediendo para que las versiones de ambos no coincidan. Es importante, en este caso, no mostrar desconfianza hacia el niño.

—¿Qué pasa si en el colegio me dicen que eso son cosas de niños y que no le dé la mayor importancia?

—En este caso, debemos sospechar que estamos en un colegio en el que la violencia está normalizada. Esto es indicador de que se van a permitir agresiones de manera habitual, no se va a proteger a los agredidos ni se va a trabajar con los agresores.

Cambiar esta tendencia en los centros suele ser muy complicado. Podéis movilizaros los padres, dirigíos a los distintos estamentos de la organización escolar o, incluso, informar a la Inspección. En todo caso, muchas veces cambiarlos de colegio es más sencillo y eficaz.

—¿Qué herramientas puedo darle a mi hijo para que se defienda de un niño que pega?

—La herramienta fundamental es pedir ayuda, que lo cuente a los adultos, que no silencie las agresiones. Es importante también transmitirles que pueden elegir a sus compañeros de juego y que pueden decidir alejarse de los niños que no respetan a los demás. Realmente, ante situaciones violentas, huir no es de cobardes.

Además, es positivo enseñarle ciertas respuestas verbales asertivas del tipo «No me pegues», «No quiero que me pegues y no lo voy a permitir» para responder de manera inmediata a la agresión.

Por otra parte, es necesario analizar la situación de manera amplia con el niño para detectar los recursos que el niño tiene para afrontar la situación: otros amigos, posibilidad de huir, adultos cuidadores…

—¿Y si además de pegarle, le insulta y se ríe de él?

Si además de pegarle, le insulta y se burla de él, nos encontramos claramente ante una situación de acoso. Es importantísimo evitar que estas situaciones se mantengan en el tiempo. Los padres han de intervenir de manera inmediata y no permitir la exposición de sus hijos a la violencia. Porque todo acto cometido con intención de hacer daño a otro es violento, aunque se produzca entre niños.

Según la OMS, la violencia es el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones.

Así, cuando un niño quiere dañar o humillar a otro deliberadamente, nos encontramos ante una situación de violencia. Si esto se produce en el colegio, se denomina violencia escolar.

—¿Aconseja llevarlo a un psicólogo si la cosa se pone seria?

—Aconsejo intervenir ante cualquier sospecha. Si nuestro hijo está siendo víctima de violencia en la escuela, lo primero es eliminar la exposición a la violencia. En cuanto a llevarlo al psicólogo, depende de cada situación. Un psicólogo no puede enseñar a un niño a gestionar la violencia escolar, pues la violencia no es susceptible de ser gestionada. Sin embargo, sí puede ayudarlo a elaborar y superar la situación que ha vivido si fuese necesario.

Puede consultarse con un profesional y que sea éste quien determine si el niño necesita terapia psicológica o no.

—¿Existen posibilidades de que esto afecte a su manera de ser?

—Por supuesto que sí. La exposición a la violencia escolar afecta a las autoestima de los niños y, con ello, a su motivación. Puede influir negativamente en el desarrollo de sus habilidades sociales y generar indefensión aprendida (si nadie le ayuda), lo cual repercutiría en aspectos de la personalidad como: pobre sensación de control, negativa percepción de competencia personal, tendencia al pesimismo, etc. lo cual estaría incrementando las posibilidades de padecer depresión o ansiedad.

Es muy importante que los padres tomen en serio cualquier agresión entre compañeros, sea física, verbal o actitudinal. Que investiguen qué está pasando y pongan los medios necesarios para que el niño pueda resolver la situación.

Recomiendo que los padres consulten con un psicólogo si se enfrentan a situaciones de este tipo para que les oriente en cómo ayudar a sus hijos. En cualquier caso, no permitáis que vuestros hijos sufran violencia por parte de nadie.

Fuente:

http://www.abc.es/familia-padres-hijos/padres-hijos

martes, 28 de julio de 2015

Niño se suicida tras recibir un mensaje. Una historia que debes conocer para que no se repita

 

suicidio bullyingKike Pérez

El bullying no es una broma, no son cosas de críos y no es algo que podemos ignorar. Este tipo de acoso entre niños y adolescentes se ha cobrado ya demasiadas muertes a lo largo y ancho del planeta.

Como en otros casos de violencia, el bullying se ceba con aquellas personas diferentes y por lo general más débiles, causándoles un terrible estrés y un grave daño en su autoestima.

El silencio de los demás niños y adultos se convierte en cómplice de este problema en demasiadas ocasiones, el problema se ataja cuando ya es demasiado tarde.

Amy Briggs es una madre Nueva York que tiene un mensaje para ti y tus conocidos. Su hijo se suicidó por culpa de las continuas vejaciones que sufría en el colegio, a pesar de decirle a varias personas que iba a quitarse la vida por haber recibido un mensaje de texto muy insultante, pero nadie hizo nada.

El número de suicidios adolescentes ha aumentado en los últimos tiempos a consecuencia de problemas relacionados con la autoestima y el acoso escolar.

No te conviertas en cómplice silencioso, impide cualquier acto de bullying que presencies o habla con los adultos e insiste hasta que hagan algo. Si alguien parece deprimido, interésate por él y alerta a sus familiares, pues la tragedia solo comprende el sufrimiento de los más débiles, sino también el de las personas que sufren su pérdida.

Conoce esta trágica historia y ayuda a difundir su mensaje. No podemos mirar hacia otro lado.

Original: Please don’t let anyone be treated like this boy was. ThinkPOZ.org

 

https://www.youtube.com/watch?v=XlOtQSIThlA&feature=player_embedded

Fuente:

http://lavozdelmuro.net/

Así puede un profesor prevenir el acoso escolar en su clase

 

acoso en las aulasCarlota Fominaya

Los expertos denuncian falta de percepción por parte de los maestros de lo que ocurre en el aula

La Fundación Gestiona recomienda colgar en clase carteles con los valores de los niños

Amanda, de 19 años, Jokin, de 14, Mónica, de 16... y así hasta una larga lista de nombres de adolescentes con un denominador común: todos decidieron quitarse la vida tras haber sido víctimas de acoso escolar. «Un niño no se suicida de un día para otro. Emiten señales que los adultos que están en su esfera diaria, como pueden ser sus padres o, en este caso, los profesores, deben saber leer», indica Juan Carlos Vilar, presidente de la Fundación Gestiona. «Hay que actuar preventivamente. Las consecuencias, en demasiadas ocasiones, son irremediables», advierte. Hay otro factor común a todos estos casos de acoso, y es que todos ellos comenzaron en el colegio. «El problema está en que en muchos de los casos, los profesores que había cerca de estos pequeños nunca apreciaron que hubiera acoso escolar. O si lo detectaron, la dirección del centro no consideró oportuno sancionar a los agresores o no informó a la Consejería de Educación», añade este especialista. «Demasiadas veces tenemos que leer en los medios de comunicación las siguientes frases: "nunca se apreció acoso escolar", o "problemas ajenos al centro por completo"», recuerda.

Es indudable que para la Fundación Gestiona, «falta percepción por parte de los maestros de lo que ocurre en el aula. Las peleas, los insultos... no son "cosas de niños"», remarcan. Para Irene López-Assor, psicóloga de esta organización, esta dificultad para detectar las situaciones de acoso en sus fases preliminares es la causa de algunas de las sentencias condenatorias a colegios por casos de acoso escolar que se están produciendo en España. «Como responsables de los menores a su cargo durante las horas lectivas, los colegios tienen la obligación y la posibilidad de combatir esta lacra social. Y para ello necesitan nuevas herramientas que les ayuden a detectar y a prevenir este tipo de situaciones», añade López Assor. «Es crucial que los profesores sepan cómo detectar cualquier señal», insiste. Lo corrobora Abel González, profesor de criminología en la UDIMA con una larga experiencia en el Plan Director de Mejora de la Convivencia y Seguridad Escolar puesto en marcha por el Ministerio de Educación. «Es un imperativo que los profesores sepan detectar cualquier señal que vean durante la estancia de los niños en el centro escolar».

Ante la creciente preocupación social y del sector por este tema, la Fundación Gestiona ha desarrollado una herramienta destinada a que sean los propios centros de enseñanza los que puedan identificar síntomas y prevenir posible casos de acoso en sus aulas, basada en la información y sensibilización de toda la comunidad educativa: equipo directivo del colegio, profesores y padres, con especial incidencia en el equipo docente, que recibe formación específica para identificar y evitar el acoso. Estos serían algunos de sus consejos a la hora de prevenir el acoso escolar en las primeras etapas:

1. Identificar los perfiles psicológicos que hay en el aula. Para ello López-Assor recomienda a los maestros que observen y estudien los perfiles psicológicos de sus alumnos a la hora de hacer grupos. «Es importante saber en qué clase nos manejamos, haciéndonos las siguientes preguntas: ¿son niños fuertes?, ¿débiles?, ¿qué carga emocional tienen? Nosotros lo sabemos mediante la realización de baterías de test y jornadas de observación en las que analizamos los perfiles psicológicos de los alumnos y de su grupo de pertenencia», explica esta terapeuta. En este sentido, desde la Fundación sugieren que se cuelguen en clase carteles bien visibles con los valores de los niños. «Son una excelente herramienta para subir la autoestima», propone.

2. Enseñar a los niños más pequeños a diferenciar lo que está bien de lo que está mal, y a canalizar su ira. «Tienen que aprender a utilizar la inteligencia emocional a la hora resolver conflictos, y esto se puede enseñar en clase desde las edades más tempranas», recomienda López-Assor.

3. Fomentar la comunicación. «El enemigo número uno de la víctima de acoso es el silencio. Pero si el niño aprende a expresar sus emociones y a comunicárselas a un adulto o a una persona de su confianza, habremos ganado en parte la batalla», indica esta psicóloga.

4. Ser conscientes de la gravedad tanto de los ataques intimidatorios como de los psicológicos. «Debemos apartar la idea de que para que exista acoso los niños se tienen que estar "matando en el patio". Se pueden producir agresiones durante la clase de deporte mediante una patada o un cabezazo jugando al fútbol... En el patio se puede despreciar, aislar, o ignorar a un compañero...». «Pero el peor acoso, el que más se sufre, suele ser el psicológico», matiza esta experta. «Las burlas, el mote.... hoy hay que tener mucho cuidado con esto», añade.

5. La identificación de los lugares «ciegos» en las instalaciones de la instalación escolar sería otra de las recomendaciones de esta organización. «Nos referimos a los lugares donde un niño puede aprovechar para agredir o intimidar a otro al que tenga "manía". Es bien sabido que el bullying se puede presentar de diferentes formas y en distintos lugares: dando un cabezazo durante el partido de la clase de deporte, o aislando e ignorando en el pasillo o el patio al compañero», diferencia López-Assor

Fuente:

http://www.abc.es/familia-educacion/educacion.asp

lunes, 13 de julio de 2015

Recuerdo y teoría del acoso escolar

 

ShostigamientoEQUEIROS

LUIS ANTONIO DE VILLENA

Supongo que la práctica es muy antigua. Tanto como el dominio del fuerte sobre el débil, la mala educación cívica (en países como España una pandemia) y la consideración del otro, del distinto, como un apestado en la medida que fuere. Pero al igual que la viejísima pasión de algunos curas por los niños -más que muchachos, y que también vi en el colegio- el acoso escolar no se contaba, se guardaba en un terrible silencio. Cuando yo le conté a mi madre las cosas que me habían ocurrido en el madrileño Colegio del Pilar entre mis 12 y 14 años -en los pasados 60- mamá se indignó y me dijo que por qué no se lo había contado entonces, porque habría tomado cartas en el asunto. Y mi madre era viva y lista. Pero yo le contesté que entonces no lo podía decir, no conseguía verbalizarlo, y que incluso, de haberlo hecho, el director -otro cura- no habría dudado en responder: señora, no se alarme, no ocurre nada, son chiquilladas, ellos mismos las arreglan. Pero no era verdad, no eran chiquilladas sino groseras canalladas y los curas si no se daban cuentan es que miraban para otra parte...

"Acaso toque volver a una cierta dureza. Esas fieras deben ser castigadas de algún modo. Niños no son"

Yo sufrí el acaso escolar (e incluso un día que me perseguían tuve que refugiarme en una iglesia, calle Goya) a pesar de ir a un colegio donde se suponía que todos éramos niños bien, la élite de la gran derecha española. Mi padre acababa de morir y era yo un niño tímido y callado, amante de los tebeos de romanos y sin la menor pulsión sexual a los 12 años. Pero ellos -esa pequeña minoría bárbara, recuerdo con asco los nombres de todos- vieron en mí a un diferente, a un chico delicado y distinto -estaba muy mimado en casa- y atribuyeron tanto cuidado y arreglo a lo que acaso se llamara aún «una sexualidad desviada». Era fácil: me insultaban, me pegaban al pasar, me tiraban con saña un balonazo en el recreo (no jugaba al fútbol, lo detesto) o me ponían una zancadilla para ver si me tiraban... Unos días más y otros menos, pero diario y constante durante dos años. Cesó casi al cambiar de clase y hacer Letras. Recuerdo lo terrible que era, todas y cada una de las mañanas, levantarme pensando para mis adentros: ¿Qué me ocurrirá hoy? ¿Podré escapar? ¿Lograré evitarlo? Y con dolor el corazón del chico, en casa tan mimado, debía llegar al territorio yermo del colegio para enfrentar a una panda zafia de indeseables. Recuerdo que (acaso como a buena parte de la sociedad española) el tema, casi olvidado, me volvió vivísimo a las mientes, cuando hace unos años, un adolescente vasco, Jokin, se suicidó tirándose desde un alto. Al leerlo me dije: a mí me pasó lo mismo, yo también pensé en el suicidio a los 14 años, porque ya no aguantaba más el acoso de mi tribu de fieras. Pero se ve que -aunque llegué a darme golpes contra el suelo, pensando que me abriría la cabeza y lloraba- debí de ser más fuerte. He vuelto a recordarlo y revivirlo con la chica que se suicidó hace unas semanas en un instituto de Madrid, instituto en el que (según las últimas noticias) no cesan otros acosos, aún más vulgares que el mío y ahora con la ayuda de las redes sociales, algo tan espléndido muchas veces como baladí y tonto otras. En mi época, al menos, no te podían acosar con móviles o internet, todo lo más -los días peores- te seguían un rato por la calle (pleno barrio de Salamanca) como alimañas detrás de la presa herida. Desde Jokin, no he dejado ni en una ocasión de ponerme de parte de los acosados y los he querido como un hermano y pido justicia para todos, eso tan mediocre en el mundo que vivimos. ¿Pero los que le acosaban y maltrataban y hacían la vida casi imposible eran pocos, dice usted? Pocos, es cierto. No más de cinco o seis en una clase de 30. ¿Y los demás alumnos o compañeros qué hacían? Pues esa es otra parte peor: se apartaban, se iban o permanecían en silencio. Luego, en un rincón -como dicen que ocurría con las víctimas del terrorismo- algunos acudían discretamente a darte ánimos y a decir que estaban contigo. ¿Para qué servía eso en el horror silencioso? Para nada. Unos eran salvajes, los más cobardes («cobardicas» según el lenguaje colegial) y por eso he despreciado siempre a eso que llaman -ignoro por qué con aprobación- la «mayoría silenciosa». Para mí el puro y tonto rebaño. No me gustan los colegios de curas (pese al alto nivel cultural de la época) y me desagrada profundamente el populismo gregario.

Me parece que, en todo esto, hay (entre otras muchas carencias, la buena crianza en casa entre otras) una suerte de vacío legal, que se salta un escalón crucial en la vida humana. El niño no pasa de golpe a ser un joven, ni el menor -sin más- a ser adulto. Hay una breve etapa intermedia que suele llamarse adolescencia en la que el niño ha muerto o casi ha muerto y el adulto que no ha llegado del todo, pugna por brotar con fuerza. En esa edad el menor ya no es menor (aunque no sea adulto) y como una vez me explicó un psiquiatra experto en esa «edad difícil», pocos seres pueden ser tan violentos, crueles y en último término bestias, como un chico de 14 años imbuido de machismo, chulería y testosterona. Nada (quien lo probó lo sabe) más brutal que uno de estos jovencitos energúmenos -nunca niños ya- cuando les falla la educación y el respeto al de enfrente, sea gordo, mulato o mariquita. No hay bomba tan destructora. Claro que Ud. habla de aquellos antiguos colegios no mixtos, sólo de chicos con chicos, ¿no habrá cambiado algo en los colegios mixtos con la mayor finura femenina? Digamos la verdad: en su mayoría las adolescentes de hoy ya no son «finas» (esa femineidad ha muerto) porque las chicas copian el machismo y el habla de los chicos; quieren, a su modo, parecerse a ellos. Es decir que pueden ser igual de crueles. Sépanlo: hay muchas chicas absolutamente machistas, como sus «pibitos». Así que si de veras queremos atajar este problema incívico y muy cruel, hay que empezar a decir que no ocurre en un mundo de menores (diez años) sino habitualmente entre adolescentes que -en este tiempo más aún que antes- han abandonado con ganas la puericia y se sienten (sin serlo del todo, pero más que niños) jóvenes adultos. No se los puede perdonar como a niñitos que no saben lo que hacen, ello parecería otra tontez adulta. Creemos que nuestra sociedad ha mejorado en educación y civismo, porque tenemos leyes más plurales y tolerantes, pero me temo -con la caída de educación y cultura- que hay muchos núcleos sociales o familiares donde esas ventajas legales no han llegado, porque quizá los padres son igual de sandios y brutos que los hijos, y ya sabemos que hay colegios donde también se amenaza a los profesores y estos tienen lógico miedo. Lo que en inglés se llama 'bullying' (intimidación, abuso) me parece más explícito como «acoso escolar»: una práctica infame, donde la víctima sufre gratuitamente por mor de una panda de sandios maleducados que no tienen ni idea de lo que sea respeto al otro, educación o comprensión de lo diferente. Llanamente nada pueden tener de genuinos demócratas. Como estamos viviendo un tiempo (siempre hay que salvar las excepciones que corresponda) chabacano y hortera, estos comportamientos salvajes en quienes ya no son niños, afloran de nuevo. ¿Qué hacer? Como tantas cosas en esta España, la solución pasa por un pueblo más culto y educado, términos complementarios pero no iguales. Sin embargo esa es, qué lástima, una solución lenta y hoy por hoy mal atendida. Así que acaso toque volver a una cierta dureza, a castigar, a pedir perdón, a hacer trabajos sociales. Lo que es imposible, injusto y soez es que se vayan de rositas los energúmenos que acosan (acoso escolar) y que son culpables de bastantes suicidios y de una ciclópea cantidad de sufrimiento. Esas fieras deben ser castigadas de algún modo. Niños no son. Que se lo digan a las «pibitas» con quienes se lo «montan»...

Luis Antonio de Villena es escritor.

http://www.elmundo.es/opinion.html

jueves, 2 de julio de 2015

El Acoso escolar en la legislación española

 

LeyJ. Alfocea

El acoso escolar es una lacra social que durante los últimos años ha proliferado enormemente si bien siempre queda la duda de si efectivamente ha aumentado o, por el contrario, simplemente se ha adaptado a una nueva realidad cultural que le concede nuevos medios y herramientas y que, además, ha permitido una mayor visibilidad del problema y una presencia en los medios de comunicación casi diaria. En cualquier caso es una realidad sobre la que cada vez existe mayor conciencia social pero sobre la cual aún es necesaria una profunda reflexión encaminada no tanto hacia su castigo como a su prevención y erradicación.

El acoso escolar no es más que la violencia dentro del ámbito educativo ejercida por alumnos y alumnas contra otros alumnos y alumnas, en la mayoría de los casos menores de edad, y que implica el maltrato físico, verbal, psicológico… acrecentado por el agravante de publicidad cuando, para tales fines, se emplean las actuales herramientas tecnológicas ampliamente extendidas, principalmente dispositivos móviles y todo tipo de redes sociales.

Aunque es conocido bajo diversas denominaciones como bullying o mobbing, términos también aplicados al acoso dentro del ámbito laboral, la realidad es únicamente una, un problema que afecta a miles de menores de edad no sólo en nuestro país, si no también fuera del mismo.

Si tratamos de definir con exactitud el fenómeno del acoso escolar, los expertos hablan de “aquella situación en que un alumno es agredido -física o psicológicamente- o se convierte en víctima por estar expuesto, de forma repetida y durante un tiempo, a acciones negativas que lleva a cabo un alumno o varios de ellos”. Como vemos, esta definición restringe la violencia o acoso escolar a la relación entre iguales, alumno-alumno, sin embargo no son pocos los casos en los que también se han visto implicados docentes.

La Carta de Derechos del Niño pone en evidencia que el acoso escolar es un problema internacional que preocupa, o debería preocupar, a la totalidad de la comunidad internacional dentro del marco de los derechos del menor. Así, en dicho documento podemos leer artículos como el que sigue a modo de ejemplo:

Artículo 2.2: Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar que el niño se vea protegido contra toda forma de discriminación o castigo por causa de la condición, las actividades, las opiniones expresadas o las creencias de sus padres, o sus tutores o de sus familiares.

Como cabría esperar, también la Unión Europea ha demostrado su preocupación por la lacra del acoso escolar aprobando normas encaminadas a su prevención. Entre ellas destaca el Programa Daphne II contra la violencia ejercida sobre la infancia, los jóvenes y las mujeres, cuyo fin primordial es el de generar conciencia social a través de la educación, la asistencia y la atención a las víctimas.

En España sin embargo, echamos en falta una mención expresa al acoso o violencia escolar en nuestro Código Penal. Dado que no existe artículo alguno que individualice y trate este problema de forma individualizada y en sus precisas dimensiones, el acoso escolar es tratado como parte integrante del artículo 173.1 CP  Título VII: De las torturas y otros delitos contra la integridad moral- y que señala lo siguiente:

El que infligiera a otra persona un trato degradante, menoscabando gravemente su integridad moral, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años. Con la misma pena serán castigados los que, en el ámbito de cualquier relación laboral o funcionarial y prevaliéndose de su relación de superioridad, realicen contra otro de forma reiterada actos hostiles o humillantes que, sin llegar a constituir trato degradante, supongan grave acoso contra la víctima.

Hace ya dos décadas el Real Decreto 732/1995, de 5 de mayo de 1995, por el que se establecen los derechos y deberes de los alumnos y normas de convivencia en los centros, señaló que son la Administración educativa y los Órganos de dirección del centro docente los agentes responsables de frenar el acoso escolar, es decir, son los propios docentes los que deben, en primera instancia y, en todo caso, apoyados por el resto de la comunidad escolar y los padres y madres, luchar contra este terrible problema.

Dicha normativa también apunta hacia el centro escolar como el responsable de todo tipo de daño causado a un menor debiendo adoptar las medidas oportunas encaminadas a garantizar su seguridad: sanciones, expulsiones, reuniones con alumnos, padres…

El artículo 8 del citado Real Decreto establece además la obligación que tiene todo centro educativo de realizar un seguimiento constante de la aplicación de las normas de convivencia, cuyos resultados deberán además ser reflejados, al menos, en un exhaustivo informa anual:

El Consejo Escolar elaborará, siempre que lo estime oportuno y, en todo caso, una vez al año, un informe que formará parte de la memoria de final de curso sobre el funcionamiento del centro, en el que se evaluarán los resultados de la aplicación de las normas de convivencia, dando cuenta del ejercicio por los alumnos de sus derechos y deberes, analizando los problemas detectados en su aplicación efectiva y proponiendo la adopción de las medidas oportunas. La Inspección técnica de Educación examinará dicho informe y propondrá al centro o, en su caso, a las autoridades educativas las medidas que considere convenientes.

Pero también cabe la posibilidad de que en casos de extrema gravedad, el centro educativo y sus integrantes se muestren incapaces de poner freno al acoso escolar por lo que, llegado ese momento, la situación deberá ser denunciada ante la justicia con el fin de que ésta sea objeto de aplicación de las normas de Derecho Penal. Entramos entonces en el terreno de la edad y la responsabilidad pues, si el autor de los hechos violentos en menor de 14 años, éste carece de cualquier tipo de responsabilidad penal según la legislación vigente por lo que será la Fiscalía quien indicará al centro educativo las medidas que procede adoptar respecto al acosador y a la víctima.

Por contra, si el autor de del acoso escolar tiene una edad comprendida entre los 14 y los 18 años no cumplido, se aplicará la Ley Orgánica de Responsabilidad Penal del Menor (LORPM) pudiendo ser considerado responsable bien de un delito de trato degradante, bien de una falta de vejación injusta, en función de la gravedad de los hechos.

Fuente:

http://www.delitosinformaticos.com/

viernes, 5 de junio de 2015

Acoso escolar: ¡Basta ya!

 

Araceli OñateARACELI OÑATE (*)

¿Qué pensaría si en el Plan de Acogida de su empresa se incluyeran artes marciales frente a las posibles conductas depredadoras de compañeros y jefes? ¿Y si a la violencia de género le llamáramos "conflicto" y a las mujeres maltratadas les ofreciéramos cursos para mejorar sus habilidades de comunicación? ¿Y si buscamos en ellas la causa del maltrato que reciben? ¿Y si en lugar de adoptar medidas inmediatas de protección en los aseos y en el patio, tras preguntar a todos y cada uno de los alumnos de cada centro -vía cuestionario anónimo- por las conductas de maltrato que padece, hacemos sociogramas y obras de teatro?

La negación institucional de la realidad violenta en nuestras aulas ha dado lugar a todo un esperpento que convierte a la violencia en rentable. Un sistema educativo que, hecho 17 pedazos, ha instrumentalizado las aulas al servicio de las causas del poder y convierte en víctimas o agresores a niños y niñas en edad escolar. Profesores citados en los juzgados, padres que denuncian a docentes, alumnos que atentan contra la dignidad de compañeros y profesores. Impunidad y judicialización ponen de manifiesto el fracaso de todas las instancias educativas, grupales, familiares y sociales. Un fracaso de todos, mientras planes de convivencia, observatorios y un sinfín de programas ineficaces dejan a padres, alumnos y profesores sumidos en la indefensión y abocados al recurso a los tribunales de justicia ante situaciones de violencia que vulneran derechos fundamentales y privan a nuestros niños y jóvenes de su derecho a una escuela libre de violencia.

El acoso escolar es un problema de todos, pero cada familia de un niño victimizado en el entorno escolar debería exigir la responsabilidad patrimonial de la Administración, porque la escuela tiene el derecho y el deber de ser un lugar seguro y la Administración educativa ocupa una posición de garante sobre la salud y la seguridad del niño cuando éste se encuentra en el entorno escolar.

Es hora de hablar de futuro, de eficacia y de progreso, también en el mundo de la educación, pero resulta perversa la búsqueda de culpables entre alumnos que acuden a colegios e institutos a aprender. Porque mas allá del debate sobre la Ley del menor, criminalizar a la infancia, crear nuevos chivos expiatorios es desconocer la esencia de un fenómeno grupal como el acoso y la violencia escolar, cuya responsabilidad corresponde única y exclusivamente a la institución educativa que, oculta tras sus costosos e ineficaces programas, pervierte el lenguaje, convierte en culpable a la víctima buscando en ella o en su familia la causa del maltrato que recibe, deja a directores y profesores al pie de los caballos e invierte en protegerse a sí misma los recursos que debiera poner al servicio de la protección de las víctimas.

Mientras la Comisión Europea recuerda que la educación y la formación, claves para la Estrategia Europa 2020, constituyen el motor para el crecimiento y el empleo, agresiones, faltas de respeto e indisciplina forman parte de la realidad diaria que profesores y alumnos respiran en las aulas españolas.

Basta ya de planes ineficaces, de costosos programas, de fundaciones y ONGs en los centros educativos, de paracaidistas y bienintencionados que hacen del acoso escolar un proceso endémico que unido a la victimización secundaria se arrastra durante meses y años y acaba siempre con la estigmatización y expulsión de la víctima como si de un cuerpo extraño se tratara, con el aprendizaje de la indefensión y la rentabilidad de la violencia.

Tanto los últimos informes PISA como los informes Cisneros VII, IX y X han venido alertando acerca de la incidencia del clima escolar en los resultados de los alumnos y en los riesgos psicosociales de los docentes. Algo pasa en las aulas que sitúa a un elevado porcentaje de los jóvenes en alto riesgo de exclusión social, mientras la institución educativa ha desarrollado un sistema perverso que garantiza el silencio decretado sobre la violencia y el acoso en las aulas a niños de siete a 17 años.

No nos podemos permitir la pérdida de talento derivada de las conductas de maltrato escolar. Dos de cada tres casos de acoso escolar son antiguos y el estrés postraumático es la herida invisible que afecta a un 53% de los niños acosados, produce cambios permanentes en la personalidad y no remite con el paso del tiempo. Si la OMS, en su estudio HBSC para 35 países, alertó en 2004 de un 24% de acoso escolar en España, el Informe Cisneros X constató en 2007 que la víctima no es débil física ni psicológicamente y que la violencia social y psicológica multiplica por cuatro el daño por estrés postraumático, la ideación autolítica y los niveles de ansiedad grave.

Basta ya de mirar hacia otro lado. La violencia puede y debe medirse. Frente al modelo fracasado de los últimos 20 años, familias, profesores y alumnos exigen de sus poderes públicos una escuela libre de violencia física, psicológica y social y una Ley Integral de Prevención de la Violencia en las Aulas que erradique el acoso escolar, incorporando la identificación precoz y evaluación periódica de las conductas de maltrato para que puedan ser cortadas de raíz, dentro de una cultura de calidad en la educación.

(*)Araceli Oñate es directora del Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo.

Fuente:

http://www.elmundo.es/