Iñaki Piñuel, uno de los primeros especialistas europeos en la investigación y divulgación del acoso psicológico en el ámbito del trabajo y de la educación, destaca el sentido de la confirmada condena judicial al colegio Amor de Dios de Alcorcón
PILAR VICENTE
La Audiencia Provincial de Madrid ha rebajado una condena por bullying. En primera sentencia, se obligaba al colegio Amor de Dios, de Alcorcón, a pagar 40.000 euros a los padres de un niño de segundo de primaria que sufrió acoso escolar. La Audiencia ha estimado el recurso del centro y ha mermado la cantidad, la ha fijado en 32.000 euros, al contemplar que la situación se sufrió no en tres, sino en dos cursos escolares completos
Sigue siendo la mayor condena hasta el momento, a pesar de la rebaja en la cuantía de la indemnización. Iñaki Piñuel admite que la sanción a un centro escolar no es frecuente, pero presume que cada vez se estimará más "la responsabilidad objetiva" que hay en los colegios, aunque hasta ahora la vengan eludiendo y eso repercuta en un aumento de la situación de "abandono e indefensión" que viven los niños afectados. Se trata de que los centros escolares tomen responsabidad y, en particular, adopten medidas de prevención. Lo que suele ocurrir, según el experto, es que los colegios se niegan "a tomar iniciativas" para proteger la salud del niño acosado, no se tienen en cuenta las quejas de los padres, especialmente las de la madre y no se sanciona a los acosadores cuando "lo más habitual" es que hasta estén identificados.
Los compañeros de clase se convierten en "testigos mudos". Según explica Piñuel, muchos "justifican" la situación, un error frecuente que sufre todo tipo de víctima: se le juzga duramente, con el "algo habrá hecho, algo tendrá, por algo se lo merecerá". La falta de empatía con el que sufre provoca aún mayor indefensión y abandono en aquellos que deberían ser más cercanos defensores del niño victimizado. El niño que ha pasado por ser objeto de bullying suele terminar abandonando su centro escolar -éste de Alcorcón es un caso tipo-. A pesar de la condena económica, nunca llega a resarcirse el sufrimiento padecido, pero el colegio en cuestión, opina, debería tener en cuenta el reproche moral de toda la sociedad en forma de sentencia judicial firme en la que se le dice que "no han obrado bien, no han prevenido, no han intervenido tempranamente". Más al contrario, estima Iñaki Piñuel, han dejado que el caso avanzara hasta un alto grado de victimización: el niño afectado sufre de estrés postraumático y angustia.
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