Nuevas formas de un viejo fenómeno
Expertos, psicólogos y policías alertan del daño que causan esas agresiones
El acceso a móviles con internet expone a los niños al 'cyberbullying' las 24 horas
ANTONIO BAQUERO
Durante décadas, el escenario del acoso escolar fueron las aulas. La llegada de internet provocó que la exposición de la víctima a esas agresiones y humillaciones se extendiese a los hogares, en concreto, en el momento en que esta se colocaba ante el ordenador. Ahora, con el acceso de muchos menores a teléfonos móviles con internet, los conocidos como smartphones, ese acoso ya no conoce límite de tiempo ni lugar. Las víctimas lo son a todas horas, con lo que, tal y como coinciden expertos, psicólogos y Mossos d'Esquadra, su sufrimiento se dispara y genera situaciones desesperadas, como la vivida por la joven canadiense Amanda Todd, cuyo suicidio tras sufrir acoso sexual y escolar ha generado una conmoción mundial.
Miguel Comín, director de Alia2, una fundación dedicada a la lucha por un internet seguro para los menores, alerta de cómo «ahora la víctima de acoso escolar ya no tiene descanso». Antes, ese acoso terminaba cuando acababan las clases. Ahora, según Comín, no es así: «A muchos adolescentes e incluso a algunos chicos de 11 y 12 años sus padres les han regalado teléfonos con tarifa plana de internet, con lo que ahora están conectados todo el día y, precisamente por eso, pueden estar todo el día siendo atacados».
MÚLTIPLES VÍAS DE ACCESO / Comín alerta de la enorme variedad de plataformas por las que actualmente los niños tienen acceso a internet. «Los padres creen que los niños se conectan con el ordenador, cuando ahora se conectan con el teléfono, con las videoconsolas, con las tabletas, etcétera», dice el presidente de la fundación Alia2, que pide a los padres «sentido común, pues no es muy lógico que haya niños de 11 años que tengan teléfonos con tarifa plana».
Los psicólogos se esfuerzan por alertar de que, aunque muchos piensen lo contrario, el ciberacoso puede ser más dañino que el acoso en persona. «La víctima es bombardeada a todas horas. Sufre en el aula, sufre en el camino a casa, sufre en su habitación. Es un acoso constante», explica Verónica Martínez Quesada, psicóloga infantil del Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP) de Barcelona, que añade como, en muchos casos, «en la víctima se genera una gran dependencia del smartphone. Al final es ella misma la que no logra desconectar, pues se pasa todo el día preocupada, vigilando el móvil a ver si le han vuelto a
insultar».
Esta psicóloga explica cómo ese ciberacoso «suele producirse en paralelo al acoso en vivo en la escuela» y reconoce que los estudios psicológicos aún deben avanzar mucho en el conocimiento de un fenómeno nuevo que cambia constantemente. Por los casos que ha atendido, Martínez detalla los trastornos que sufren las víctimas: «La tristeza y la angustia que sienten al principio pueden degenerar en depresiones, trastornos de ansiedad, fobia escolar, trastornos alimentarios y, a veces, en suicidio».
Muchos chicos ven ahora que ya no hay límite espacial en las agresiones verbales y las humillaciones. Así, por ejemplo, si los agresores empujan y tiran al suelo a la víctima en el patio de la escuela, actualmente suelen grabar esa agresión para luego colgarla en la red. «La audiencia de esa humillación pasa a ser el mundo entero. Además, como va a quedar ahí colgada, no es algo que pase y punto, sino que se cronifica en el tiempo», señala el subinspector Ferran Resina, jefe de la Unidad Central de Proximidad y Atención al Ciudadano de la policía de la Generalitat, que coordina las charlas que los Mossos dan en las escuelas.
CONTROL IMPOSIBLE / Resina reconoce que los móviles con internet están transformando el fenómeno del acoso escolar. Tanto, que los Mossos d'Esquadra están preparando una charla para menores centrada en exclusiva en el peligro existente en el uso de los smartphones y en el acoso a través de estas plataformas. «Si antes se aconsejaba a los padres controlar a sus hijos mientras navegaban en el ordenador, ahora ese control es imposible, pues el chico puede conectarse a todas horas», explica.
Ante eso, a los Mossos solo les queda trabajar la responsabilidad de los menores. «Intentamos hacerles entender la magnitud que tiene colgar algo en internet. Nos damos cuenta de que, en ocasiones, ni el propio agresor es consciente de la repercusión que sus actos adquieren en la red», concluye Resina
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1 comentario:
En mi opinión, los padres deben empezar a tomar control de la situación utilizando herramientas que permitan proteger a sus hijos en la red sin coartar su libertad. Os dejo un enlace a un articulo sobre la que es bajo mi juicio la mejor herramienta que existe en este momento para tal fin. http://www.chaval.es/chavales/enterate/redes-sociales/una-aplicacion-permite-saber-que-hace-tu-hijo-en-las-redes-sociales
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