El Juzgado de Menores de San Sebastián exculpó a ocho jóvenes en un caso ocurrido en 2004 muy similar al gijonés
R. GARCÍA
La Asociación contra el Acoso Escolar asegura que el de la pequeña que se quitó la vida no es el único caso de «bullying» que se ha denunciado en los últimos meses en aulas asturianas, aunque sí el de consecuencias más trágicas.
La presidenta de esta agrupación, Encarna García, mantienen que en la región se investigan 50 casos de acoso escolar, 16 de ellos «muy graves». La repercusión pública de este tipo de casos puede ayudar, señalan los expertos, a la hora de frenar esta lacra. De hecho, el conocido «caso Jokin», que tuvo lugar en el País Vasco en septiembre de 2004, bajó del 8 al 6 por ciento el número total de agresores en España, aunque también puso de manifiesto la dificultad de probar ante los jueces los casos de acoso.
De confirmarse que la menor gijonesa fue víctima de «bullying», las similitudes entre el caso vasco y el asturiano serían evidentes. El menor que se quitó la vida en la provincia de Guipúzcoa tenía también 14 años cuando se arrojó al vacío cerca de su casa, en Fuenterrabía. En aquel caso los jueces encargados del caso terminaron absolviendo a las ocho personas a las que en un primer momento se había señalado como presuntas responsables de los hechos.
El Juzgado de Menores de San Sebastián aceptó en su sentencia que se encontraban ante un caso de acoso escolar, aunque consideró que no era posible «buscar una relación causa-efecto» entre el suicidio del pequeño y la actuación de los jóvenes que se habían sentado en el banquillo de los acusados: siete chicos y una chica. Los jueces aseguraron además que ninguno de los procesados «podía intuir el fatal desenlace» que iba a acarrear su actuación. A pesar de todo, los jóvenes que se vieron involucrados en este caso fueron condenados a dieciocho meses de libertad vigilada como responsables de un delito contra la integridad moral y al internamiento durante tres fines de semana en un centro educativo por resultar culpables de una falta de lesiones.
El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco fue posteriormente más allá obligando a pagar 10.000 euros a cada uno de los padres de los siete menores que fueron declarados culpables de acosar al joven que se quitó la vida. El fallo judicial aceptó que los progenitores fueran castigados civilmente por lo que habían hecho sus hijos fijando una indemnización que debía ser pagada a los progenitores de la víctima del acoso.
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1 comentario:
Como alguien no puede intuir lo que ocurre cuando se daña gravemente la integridad de una persona, ya sea física o emocionalmente, claro que lo sabemos. Ojalá que historias trágicas como esta no se repitan. Como padres es deber y responsabilidad educar hijos en ambientes de respeto, tolerancia, pero sobre todo en amor a los otros. :'(
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