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Escrito por Karina Fuentes
Otro mito -aclarado en diversas investigaciones- es que las características físicas son las que explican el bullying. Pero, como lo explica el experto, en realidad se trata de un fenómeno que es consecuencia, entre otros aspectos, de un tipo de relaciones donde a un sujeto se le “marca” por la ausencia de una característica o la presencia de otra, que no es socialmente valorada y -es más- una vez que la víctima ha sido elegida, cualquier aspecto puede ser usado para operar el bullying.
Oscar Nail, autor de varios estudios en los que aborda fenómenos asociados a los conflictos en el contexto escolar, explica que en definitiva “el bullying es una forma de violencia, que tiene características en primer lugar sicológicas”. Según detalla, es un acoso que puede ir avanzando por etapas que van desde molestar a un compañero, para luego intimidarlo y finalizar, en algunos casos, con agresiones más severas, tanto sicológicas como físicas.
El problema del bullying, precisa, es que es una derivación de un problema mayor: la mala convivencia escolar que abarca tanto a los alumnos como a los profesores. Y es lógico, expone, pues los estudiantes están el 80% de su tiempo en los establecimientos escolares, tiempo del cual la mayoría transcurre dentro del aula, que es donde comienzan los problemas que derivan en situaciones de violencia y matonaje (otra definición dada para este problema).
Este fue el motivo para que el equipo de investigación que lidera el Dr. Nail haya adaptado una metodología de estudio y abordaje de conflictos -originalmente ideada para tratar situaciones de crisis en hospitales norteamericanos- respecto de lo que ocurre en la sala de clases, que involucra tanto a los docentes como a los alumnos. El denominado Análisis de incidentes críticos de aula, busca estudiar los “eventos que son disruptivos -como interrumpir una clase-, hasta las situaciones de carácter más violenta, que incluyen tanto agresión a un compañero o a un profesor” explica. Esta metodología fue abordada en un estudio realizado en colegios de Talca y Concepción, en los que trabajaron con 15 profesores que señalaron tener distintos tipos conflictos en el aula.
A grandes rasgos, se trata de una metodología en la cual, cada vez que el docente pasa por una situación crítica, debe completar una ficha técnica elaborada por el equipo de investigación que incluye, además de una explicación de la situación, las sensaciones del profesor durante el hecho y lo que causó la crisis. “Le llamamos ficha en caliente”, explica Nail, ya que al ser llenada en el momento logra captar mejor el ambiente en que sucedió el problema.
El siguiente paso es un análisis de las fichas. Para fines prácticos, las situaciones más recurrentes en las fichas fueron representadas en un video. “Con este material nos sentamos investigadores, profesores y estudiantes de pedagogía, y analizamos tanto las situaciones, como la forma en que se trataron”, explicó el académico. La idea final es que en el análisis de los videos los propios profesores, protagonistas de muchos de estos incidentes, puedan “desmenuzar” paso a paso la situación y así estar mejor preparados para eventos similares que puedan ocurrir a futuro.
Lo que pasa -explica el Dr. Nail- es que en temas de violencia estudiantil, y de bullying en particular, el tratamiento ha sido reactivo. “Una reacción que se evidencia en las políticas como la del ministerio Educación, con el protocolo de acción ante el bullying, pero que es, finalmente, un mapa reactivo, no preventivo” señaló.
Fuente:
http://www.udec.cl/panoramaweb2/2012/03/bullying-la-clave-esta-en-la-convivencia-positiva/
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=hzY1mgaopwY#!
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