Acoso escolar e institucional (Pincha en la imagen)

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sábado, 16 de julio de 2011

Se convierten en "ninis" a consecuencia del bullying practicado en escuelas

 

Janneth Aldecoa

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Fotografía: Noroeste.

´CULIACÁN.- Cinthia nunca ocupó el cuadro de honor durante la primaria, tampoco podría aspirar a formar parte de la escolta en secundaria, pues sus calificaciones, requisito importante para ello, lo hacían imposible. Cuenta que la poca relación que existía con sus compañeros de primaria no era buena, por lo que se aislaba.
Califica como un "horror" el tiempo que permanecía en la escuela, sin platicar con nadie. Sus calificaciones comenzaron a bajar, hasta alcanzar apenas números aprobatorios en su boleta. Tenía todo tipo de sobrenombres: 'la rara', 'la cosa', 'la muda', entre los más comunes.
Evitaba todo tipo de reuniones o eventos sociales para no toparse más tiempo del necesario con sus compañeros, y evitar así la burla, las miradas incómodas. Pensó que en secundaria la situación mejoraría, pero se topó con compañeros de la primaria y toda posibilidad de mejoría, se desmoronó.
"En la secundaria tenía más libertad, así que me salía cada vez que podía con amigos de fuera de la escuela y otros que tampoco se sentían a gusto en el salón. Falté tantas veces. Inventaba que mi mamá se enfermó gravemente, o que yo me enfermaba... mil cosas", comenta.
Un día todo se supo, la madre de Cinthia se enfermó realmente y familiares acudieron a la escuela a buscarla, sin embargo, ella no estaba.
"Me cacharon, supieron que no iba a la escuela y que tenía mucho tiempo sin ir. Hablé con mis papás, les dije que le hicieran como quisieran, pero no quería pararme en la escuela nunca más".
A tres años de esa charla con sus padres, Cinthia forma parte de la estadística. Es uno de los cientos de miles de jóvenes de entre 16 y 34 años que no estudian ni trabajan, y que en la actualidad les denominan "ninis".
Para el neurólogo Élmer López Meza, el bullying o acoso escolar es un factor muy importante que genera deserción escolar. Advirtió que de no ser atendida a tiempo, puede generar jóvenes o adultos con serios problemas de personalidad.
"Esto puede moldear la personalidad de alguien. Por ejemplo, en una niña, ésta podría no ser capaz de buscar un mejor trabajo porque no se le enseñó desde el principio a darse su lugar, o la importancia de que tuviera respeto. Sufrirá acoso de pareja y también en el trabajo, porque se le enseñó desde niña que las oportunidades no eran para ella, no se resolvió ese problema".
Advirtió que lo anterior también se aplica en el niño agresor, quien al no ser controlado en su momento, incrementará su nivel de agresividad.
"El acosador incrementará su nivel a tener posiblemente asociación con actividades que a nivel secundaria puede ser salirse de la escuela, salirse de clases, fumar dentro del aula o el plantel, robar. Si dejan avanzar el caso el niño está rompiendo las reglas, al quitarle el mandado al otro niño, eso es robar, o al pegar es una forma de violencia, que se le debe hacer ver que es incorrecto".
López Meza consideró que el hostigamiento en la escuela genera trastornos de ansiedad escolar, bajo rendimiento, ausentismo, incluso deserción. "En muchos casos es probable que dejen la escuela, y cuando esto ocurre los padres no supieron porqué. Hay la posibilidad de que el niño ya no quiera ir a la escuela por ser víctima de acoso.
El bullying en educación primaria integra 'carrillas', como que le digan 'gordo' o 'niña' a un niño, y que sea de manera constantemente, eso genera muchas veces que el niño ya no quiera estudiar, que no quiera ir a la escuela y esté sufriendo".
Padres pueden
detectarlo
López Meza informó que el bullying es muy común y puede ser detectado fácilmente por los padres de familia. Asegura que a menudo los padres llevan a su consultorio a niños víctimas de hostigamiento u acoso escolar, sin saber que se trata de un caso de bullying.
"Traen a un niño por otro motivo, como que le duele la cabeza. Dicen los papás: "nada más lo llevamos a la escuela tenemos que ir por él, porque le duele".
"En parte sí podría dolerle la cabeza, pero también podría ser un mecanismo que comprendió el niño, que podría decir que le duele el estómago y lo sacarán de la escuela y estar a gusto en su casa. Esto puede ser una manera de huir, puede ser ficticia: que lo esté inventando o que le dé ansiedad y eso hace que le duela la cabeza o que le dé colitis".
Expresa que se trata de enfermedades sicosomáticas, que pueden incluso reflejarse físicamente.
"Esto es tan potente, que le puede causar un cuadro de que se le caiga el cabello. Ya sabemos que no es un hongo, sino que presenta muchísima tensión y normalmente es gente que tiene tensión repetitiva constante, prácticamente todos los días. A la gente se le puede caer el cabello de esa forma por estrés".
Incluso, dice, a nivel mundial este tema ha alcanzado funestos desenlaces.
"Lo más severo que puede ocurrir es que un niño no quiera vivir por tanto acoso. Hay casos, con el mundo globalizado, de niños que se han quitado la vida porque la estaban pasando mal. Incluso después de eso, los niños acosadores ponían mensajes en las redes sociales de: 'qué bueno que te moriste, porque no servías para nada'.
Ahorita cualquier niño trae un celular y están listos para grabar cualquier cosa, y para ellos es algo divertido. Precisa que lo ideal es que los padres creen un ambiente de confianza, de manera que el menor les confíe lo que le incomoda. También es importante preguntarle cómo se siente en la escuela.
"Es importante hablar con los hijos, no verlo como una debilidad. Que nunca se avergüence a un niño diciéndole: defiéndete tú, tú también pégale; porque puede ser muy complicado esto para él. Primero es el diálogo para saber bien que el niño está contando todo, que le tiene confianza y que sienta que no está mal por no defenderse, porque a veces se lo hacen ver así", expresa.
"Lo primero es el diálogo, hacer un análisis, hablar con el profesor y ver qué se puede hacer para evitar estos encuentros con los agresores y prever situaciones: si ocurre esto, puedes hacer esto y de esa forma darle herramientas al niño para que supere eso".
Síntomas de un niño víctima de bullying
El especialista Élmer López dice que las víctimas de bullying pueden presentar ansiedad, palpitaciones, insomnio, rechinar los dientes dormido, pérdida del apetito o comer con mucha ansiedad y aumento de peso y/o manos sudorosas.
"Es posible que un niño en nivel primaria que se orina en la cama, esté sufriendo ansiedad y hay que investigar qué ocurre en la escuela".
Joven voluntario capacita
a niños sobre bullying
El hecho de que su sobrina, una niña de 7 años y con calificaciones de excelencia, tomara un cuchillo para defenderse de otros niños que la amenazaron de muerte, obligó a Antonio Macías a hacer algo en contra del bullying escolar. Esa situación, agregada a un breve hostigamiento que vivió de pequeño por ser un niño tímido, lo orillaron a plantear a la Secretaría de Educación Pública una estrategia en contra de ese "grave problema", que afecta a niños y jóvenes.
Antonio Macías se preparó sobre el tema. Es sicólogo con diversos cursos, talleres y diplomados en Sinaloa y el Distrito Federal. Actualmente imparte cursos en escuelas públicas de Culiacán. De enero a la fecha ha visitado un total de 10 planteles, donde por un lapso de 3 horas enseña a los niños el significado del bullying, mediante diversas dinámicas.
Lo hace utilizando material didáctico diseñado por él mismo. El joven de 25 años solicita un permiso para la impartición del taller con los directores de los planteles, quienes posteriormente lo recomiendan en otras escuelas.
"Acudo con los directores, les entrego mi currículum y les paso el facebook del taller. Una vez que el director autoriza la impartición, le presento los beneficios que tendrá en los niños. Tiene un costo de 50 pesos y debido a que algunos padres no pueden pagar esa cantidad, bajo el precio a 30 pesos".
El taller integra múltiples actividades, donde los menores aprenden a identificar los casos de bullying y sobretodo a entender que se trata de prácticas negativas. "Hay imágenes de niñas burlándose de otra niña, les pregunto qué ven. Entre todos ellos sacan un concepto de bullying y deducen que es algo negativo, que no debe existir".
Pese a diversos cursos que la Comisión Estatal de Derechos Humanos ha impartido en escuelas, así como el SNTE a profesores, ha detectado que ni unos ni otros dominan el tema.
"He visto sólo algunas escuelas que sí tienen algo de nociones, pero ha sido por programas televisivos, no por los talleres que imparten la CEDH o el SNTE. La mayoría de las escuelas a donde he ido me dicen que los cursos no han tenido ningún efecto, que han sido de media hora y en ese tiempo no alcanzas a profundizar en este tema tan importante", comenta. El taller integra diversas dinámicas.
"Empecé a crear temas que creo que se necesitan en las escuelas. A raíz de lo que pasó con mi sobrina decidí diseñar un taller que se enfoca en los valores, autoestima, sexualidad; porque incluso muchos maestros no saben manejar el tema. Me puse en lugar de los niños, dije: lo que les interesa es jugar y qué mejor que enseñarles jugando, dentro de su salón, con sus compañeros, generando mayor convivencia y trabajo en equipo. Empecé a buscar dinámicas, las capturé y empecé a armar así el taller".
El joven propuso a la SEP la integración de dicho taller al programa educativo del próximo ciclo escolar, y por lo pronto podría comenzar con algunas conferencias en escuelas secundarias de ocho municipios.

Fuente: http://www.noroeste.com.mx/publicaciones.php?id=704752&id_seccion=

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