'Bullying' versión 2.0, acoso escolar en la red

 

El acoso escolar no sólo está presente en las aulas. Ha cobrado nuevas y aterradoras dimensiones en la era de Internet y las redes sociales. Efecto maximizado.

Redacción de El País Domingo

Dato clave

Consejos

Fortalezca en el niño la autoconfianza y autoafirmación. Observe y pregúntele sobre su conducta. Atienda a sus quejas y tome cartas en el asunto, sin promover ni usar la violencia.

No use frases como “defiéndase, que usted es un macho”. Si es una víctima, dígale que él no es un niño débil o tonto, que quien está actuando mal es el otro y que no tiene razón en hacerlo.

Enséñele a manejar las redes sociales responsablemente y que sus actos tienen consecuencias.

 

El niño acosado se muestra triste o muy irascible, aislado o busca estar al lado de un profesor u otro adulto para sentirse protegido; no quiere comer o come demasiado, tiene episodios de llanto, se siente enfermo al momento de ir al colegio.

Ablestock / El País

El reciente suicidio del adolescente newyorquino Jamey Rodemeyer desencadenado por el constante acoso de sus compañeros de colegio a través de Internet con frases como “gordo, estúpido y gay. Debes morir”, ha prendido las alarmas de las autoridades y líderes mundiales que invitan a reflexionar e incrementar las estrategias para combatir el llamado bullying o matoneo.

Esas actitudes agresivas, intencionadas y repetitivas con las que un niño o grupo de niños lesionan, ofenden o ridiculizan a otro u otros es un fenómeno que no conoce fronteras. Y en Cali está en aumento.

Así lo ratificó el Grupo de Investigaciones de la Universidad Javeriana de Cali Estudios en Cultura, Niñez y Familia (2010-2011), mediante un estudio que muestra que la presencia del bullying en escuelas públicas y privadas de la ciudad es del 34.7% (10% más que el arrojado en el primer estudio hecho por este grupo en 2006 - 2007).

De acuerdo con este análisis, “la manera de hacer bullying en Cali se ha refinado un poco: ya no es tanto la agresión física sino que ha aumentado la burla, la exclusión y el ciberbullying”, comenta la psicóloga Martha Cecilia Álvarez, una de las investigadoras.

El ciberbullying (uso de celulares, la web y videojuegos para hostigar a otro) sólo alcanza un 3%, “pero está mostrando una tendencia”, advierte la psicóloga María Teresa Paredes, otra líder de la investigación.

Mensajes de texto con palabras soeces; perfiles ficticios y non santos que suben a Facebook; fotos comprometedoras, fotomontajes o dibujos acompañados de frases burlescas, ridiculizantes o intimidantes que envían a la red, son algunas de las novedosas formas que tienen los adolescentes para hacer daño a otros.

Cuenta una funcionaria de la Unidad de Delitos Tecnológicos de la Dijin, que a un joven de 17 años “le pareció chévere” contarle a su grupo de colegio en Facebook que había tenido relaciones con una niña de 12 años de la institución y describió con sumo detalle todo lo que le hizo a la menor.

“Aunque esta situación no haya pasado, como lo sostuvo la niña, los papás están muy molestos, pues consideran muy grave el desprestigio que le ha ocasionado el joven a la menor”, comenta la intendente, que explica que el muchacho bien podría ser denunciado por acto sexual con menor de 12 años y pornografía infantil.

Para casos como éste y otros, en los que ya no funciona aplicar sanciones previstas en los manuales de convivencia de los colegios, la funcionaria sugiere a los padres que no se queden callados y que denuncien, porque los adolescentes deben entender que sus malas acciones pueden acarrearles consecuencias penales y civiles a ellos o a sus papás ante la Justicia.

Ya sea a través de las redes sociales o en el colegio (las aulas de clases, el patio de recreo y los escenarios deportivos son los espacios preferidos para ejercer el bullying) rectores de instituciones educativas y psicólogos consultados por El País coinciden en aconsejar que la mejor estrategia para combatir este mal es escuchar las quejas de los niños e incentivarlos a que hablen, que no se queden callados ante todos los atropellos de los que son víctimas.

Que los padres y docentes eviten cometer errores como decirles “no les pares bola a esos comentarios”, “ignóralos”, “tranquilo, no pasa nada”. O hacerse los de la vista gorda cuando oyen que un menor agrede a otro con apodos o palabras insultantes, porque el niño experimentará la sensación de estar desprotegido, de no tener solución a su problema, lo que causa mayor desespero a la víctima y mayor sensación de poder en el agresor, pues de alguna manera está teniendo la aceptación del adulto, argumenta la psicóloga Paredes.

Es un trabajo de padres e instituciones educativas aplicar políticas antibullying para no llegar a tener que ver casos como el de Jamey, que, desesperado por el acoso de sus compañeros, días antes de quitarse la vida escribió en Facebook: “Siempre hablo sobre lo mucho que me matonean y nadie me oye. ¿Qué tengo que hacer para que paren?”.

Qué dice la ley

El bullying no es un delito, pero puede generar actos delictivos como amenazas, lesiones personales (físicas y/o psicológicas), injuria y constreñimiento. Estos tienen consecuencias penales y podrían tener consecuencias de tipo civil, que es la obligación de reparar el daño causado a un tercero.

Un menor hostigado

José, un niño de 12 años contó a El País que desde que entró al colegio a cursar sexto grado ha sido acosado: “me roban, me esconden las cosas, con frecuencia me dan fuertes golpes en la cabeza o me dan patadas en la cola o en el pecho; me dicen groserías, me hacen zancadillas para que me caiga. Me siento triste, aislado, no ando con nadie”.

 

Fuente:

http://www.elpais.com.co/elpais/tecnologia/noticias/bullying-version-20-acoso-escolar-en-red