Manuel Rodríguez G.
Como desgraciadamente ocurre, es práctica habitual en el entramado educativo la negación del fenómeno del bullying. Con ello además de disfrazar realidades muy dañinas y soeces sobre la estabilidad animico-emocional de la víctima y su entorno; así como de su adecuada base social y psicológica, potencia a los agresores, a los acosadores para seguir dominando por la fuerza a sus víctimas, incluidos a futuros profesores. Parece ser que es más adecuado esconder; y llegado el caso trasladar los muy graves problemas originados a las víctimas hacia su entramado familiar o al propio acosado, como meros merecedores de este minante terrorismo, por ser supuestamente “distintos, débiles o presentar una característica peculiar y no común en el grupo de iguales”. Por el contrario, en lugar de solucionar tajantemente esta situación de dominación bruta y en la que siempre quedan secuelas en la víctima, se intenta cerrar filas y negar estos graves hechos por parte de los colegios, temerosos de que sean señalados como deficientes garantes y protectores de los alumnos, cuando la realidad es bien distinta, ya que un buen “control de calidad y de actuaciones” implicaría un respeto y admiración de la sociedad en general por cortar cualquier rastro de tolerancia consentida hacia estos actos vandálicos actos hacia jóvenes aprendices y en formación para la vida adulta; siendo como digo una etiqueta de garantía y compromiso para el colegio que toma medidas efectivas, cara a los muchos padres que buscan lo mejor para sus pupilos. Para finalizar destacar el flaco favor que se hace al conjunto de la sociedad, especialmente al colectivo de futuros adultos para que no proyecten lo que viven y maman; en este caso escondiendo, callando y permitiendo con esas actitudes cómplices y cobardes que las víctimas queden relegadas y marcadas a un futuro incierto y lleno de sinsabores y temores en esa etapa tan crucial para el desarrollo de la persona. Vergonzoso y cínico sin duda alguna. … Una más:
La Audiencia Provincial de Álava ha condenado al colegio Sagrado Corazón-Corazonistas de Vitoria a pagar una indemnización de 3.000 euros a los padres de un alumno de 12 años que sufrió acoso escolar («mobbing») por parte de sus compañeros, por considerar que el centro tuvo una «actuación deficiente» en este caso. La sentencia recoge que el niño, quien tuvo que abandonar el centro escolar y ha estado en tratamiento psicológico, fue víctima en el curso 2005-2006 y comienzo del 2006-2007 de agresiones físicas, verbales e incluso escritos humillantes por parte de sus compañeros de primero de ESO. El director del colegio, Eduardo Salazar, no ocultó ayer su sorpresa ante la decisión judicial y señaló que «tanto la tutora como el coordinador de secundaria estuvieron pendientes de los hechos». «Se hicieron distintas actividades para reconducir la situación. Incluso se estuvo en contacto con el inspector (de Educación), que era conocedor del caso y de las actuaciones que se estaban realizando. Yo desde luego desconozco el contenido de la sentencia, pero no la comparto», señaló. El fallo recuerda que son los colegios los que deben responder del daño que se cause a sus alumnos en los periodos de tiempo que pasen bajo el control de su profesorado. Fuente:
http://www.abc.es/20100709/sociedad/multa-colegio-actuacion-deficiente-20100709.html a través de
http://vagabundotraslalibertad.blogspot.com/2010/07/sindrome-de-negacion-la-sistematica.html
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