“Por teléfono una vez más se me prometió que se tomaría nota y que se pondrían en marcha de modo inmediato esas ayudas y los recursos necesarios para que fuesen eficaces. Fue la última vez que pude hablar con este alto cargo. Varias llamadas después no han sido respondidas. La única respuesta recibida es la que un mes después recibí de la antigua Consejería de Bienestar Social (a la que en su día solicité ayuda y denuncié hechos); más concretamente de Infancia y Familia, donde se pone en duda la idoneidad de que mis hijos estén conmigo, dado que entienden que están en situación de desprotección, abriéndoseme expediente”.
LAS HOSTIAS SIGUEN CAYENDO SOBRE QUIEN HABLA DE MÁS
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