(Dibujo realizado por una DOBLE VÍCTIMA en su ex colegio, Rodríguez Cruz, tras ser previamente hostigada)
Os invito a leer el siguiente artículo sobre el minante acoso escolar. Aunque interesante, no puedo dejar de comentar una frase que subrayo por la importancia que tiene:
“¿Y cómo se diagnostica a un chico hiperactivo o a uno retraído y desconcentrado?. Y en muchos casos el paso siguiente es medicarlo".(***)
Si bien conozco algún que otro caso de desacertados diagnósticos de TDA/H, que finalmente encubrían flagrantes casos de acoso escolar, tampoco voy a dejar de reflexionar sobre el TDAH correctamente diagnosticado y su realidad…
Muchas de las manifestaciones del temible acoso escolar pueden dar a equívoco con un mal diagnóstico del Trastorno por Déficit Atencional con o sin Hiperactividad (TDA/H), dadas las graves somatizaciones de la víctima: Bloqueos cognitivos, inatención, inquietud motora, desmotivación, supuesta mal evolución del aprendizaje y consiguiente caída de los resultados académicos, pasividad, etc. motivadas por posibles cuadros ansioso-depresivo y/o estrés postraumático sufrido por la víctima y que coincidirían con algunas características del TDA/H. Sin embargo, en otras ocasiones, el TDA/H está presente y esas características anteriores ya se verificaban previamente, haya o no acoso en cualquiera de sus manifestaciones.
Hay que destacar que por ciertas características inherentes a este Trastorno, este tipo de afectados es proclive a ser excluido, no atendido ni apoyado en su diversidad a nivel socio-escolar y finalmente candidatos a ser acosados y marginados, especialmente el subtipo inatento y el denominado SCT (Sluggish Cognitive Tempo o Tiempo Cognitivo Lento). Un buen especialista obviamente debe saber diagnosticar y diferenciar el TDA/H de la situación de acoso escolar, aunque tampoco es excepcional el hecho de que niños con TDA/H sean finalmente hostigados en las aulas, lo que incrementará notablemente las manifestaciones propias de ese Trastorno en el afectado. No olvidemos que el TDAH es un trastorno neurobiológico y de base genética, aunque el ambiente en que se desenvuelve el afectado contribuye a que las manifestaciones propias de su condición se amplifiquen o, por el contrario se suavicen. Por ello, entiendo que si bien, desgraciadamente no es infrecuente que un mal especialista confunda un caso de acoso escolar con un supuesto diagnóstico de TDA/H, tampoco es oportuno ni serio descartar el TDA/H cual si se tratase de un fenómeno poco creíble e incluso inexistente. Insisto en que un buen profesional debería saber reconocer en cualquier caso estas dos graves problemáticas en el aprendizaje y evolución sociales de muchos niños. Problemáticas que a veces coinciden en una misma víctima. Niños doblemente víctimas: Víctimas de un Sistema Educativo que apenas atiende las necesidades educativas y dificultades de este grupo de alumnado. Víctimas por otro lado del acoso y derribo que los diferencia, excluye y aísla cual parias sociales, en un entorno escolar, que ni los incluye ni los atiende…
Para padres: de qué hablamos al hablar de bullying
Antes los padres visitaban y pedían una entrevista en la escuela a la que asisten sus hijos con una sola pregunta: ¿Cómo le está yendo a mi hijo?. Veinte años después, la pregunta para la misma entrevista cambió a: ¿Qué le hicieron a mi hijo?.
A pesar del amplio lugar que ocupa el tema en los medios nacionales e internacionales, el fenómeno del acoso psicológico y/o físico en el ámbito escolar o bulliyng en general no se lo titula como lo que es: violencia pura, de la más perversa, sistemática y silenciosa. Y lo peor es que deja huella.
El cambio conceptual del giro de las preguntas es doloroso. Por eso es tiempo de cargar nuevamente de sentido a las palabras, tanto cuando se estudia el fenómeno bullying para prevenirlo como cuando se lo interpreta en función de los casos que suceden.
En el bullying la víctima recibe un maltrato psicológico o físico reiterado, sistemático en un ámbito del que no puede escapar tan fácilmente, como puede ser el aula o la escuela. Y en casos extremos puede llevar al niño o joven a la muerte. Así de grave, así de dramático.
¿Cuál fue el proceso para llegar hoy a que este problema habite en las escuelas con tanta fuerza? ¿Que pasó en la sociedad? ¿Qué cambió en las escuelas, en las familias y en todos nosotros?
El psicopedagogo argentino Alejandro Castro Santander es uno de los mayores expertos en bullying (acoso escolar) y mobbing (acoso laboral) de nuestro país. Integra la cátedra Unesco de Juventud, Educación y Sociedad y es el director del Observatorio de la convivencia escolar de la Universidad Católica Argentina (UCA) .
En diálogo con Infobae Castro Santander explica: "Hoy surge una señal peligrosa en donde muchas escuelas han aceptado frases como: ´La escuela es el reflejo de la sociedad´ o ´La escuela es violenta porque la sociedad es violenta´. Admirtirlas es naturalizar el fenómeno y allí empiezan los mayores problemas".
La mayoría de los casos ocurren dentro del aula. "Afecta a la calidad educativa porque en un lugar (escuela/aula) donde se respira miedo al otro e inseguridad es muy difícil que ocurra un hecho educativo. En ese sentido aún en América Latina existe un alarmante analfabetismo emocional", explica Castro Santander.
La víctima es víctima
"El acoso psicológico escolar se trata de claras formas de violencia, no son conflictos", dice a Infobae el investigador español Iñaki Piñuel y Zabala de visita en Buenos Aires y uno de los principales oradores en el II Congreso Internacional de mobbing y bullying, que se realizó en Buenos Aires entre el 7 y 9 de mayo pasado.
"No cabe ningún tipo de mediación en el bullying. No hay pares, ni iguales. Esta mirada le quita el legítimo derecho a la víctimas de ser protegidas de manera incondicional y además su estatus de víctima. No es un conflicto, es pura violencia", refuerza Piñuel y Zabala. "No cabe ningún tipo de mediación. No es un conflicto, es pura violencia", dice Piñuel y Zabala
Piñuel es autor del primer libro en idioma español sobre bullying (cabe decir que hay mucha más bibiografia anglosajona publicada sobre el tema: "En el acoso psicológico escolar la víctima no puede escapar del ámbito donde ocurre la violencia misma: la escuela. No puede decir no vengo más. Por eso el bullying deja graves secuelas a futuro en la personalidad de la víctima. A las víctimas no les provoca ningún goce ser víctimas. Los niños víctima no tienen voz".
Es unánime entre los investigadores la cantidad de conceptos que hay que desarmar para encarar a fondo el estudio y la prevención cuando se habla sobre acoso escolar. Aún se cree que la violencia psicológica escolar es subjetiva, y es cosa de chicos.
Al respecto la psicóloga uruguaya Silvana Giachero, perito forense en bullying y mobbing ejemplificó a Infobae en su apertura del Congreso Internacional: "En las escuela de América latina y en muchas del mundo todavía no se asume el diagnóstico que lo que está ocurriendo en el aula se llama acoso moral y psicológico contra un alumno. ¿Y cómo se diagnostica a un chico hiperactivo o a uno retraído y desconcentrado?. Y en muchos casos el paso siguiente es medicarlo". (***)
En la tríada entre docentes, padres y compañeros se cree que las víctimas de bullying fabulan y sólo se trata de chicos sensibles y sobre los victimarios que lo hacen para divertirse, pero no son chicos malos.
Formación de especialistas
Silvia Stamato, experta en acoso escolar y presidente académica del Congreso internacional, precisó a Infobae: " La violencia en la sociedad se manifiesta sobre todo en las escuelas donde en el caso argentino se están reportando gravísimos casos de agresiones físicas , ciberacoso, llegando en extremo al suicido o asesinato. Trabajar y prevenir el acoso psicológico en la escuela y en el trabajo es fundamental para la reivindicación de la dignidad humana".
"La misión de este Congreso, cuya primera edición se hizo en Uruguay y planea otra en 2015 en Costa Rica; es aprender de la experiencia que existe en otros países del mundo y formar profesionales especializados".
Castro Santander profundiza la idea de resignificar el tema bullying : "Los responsables de orientar sobre la violencia en las escuelas parten de un concepto muy confuso: ´La violencia escolar no existe, es social´. Con esta idea acerca de que la violencia ´entra´ porque está afuera, convierten a las instituciones educativas sólo en víctimas. ´Arreglen la violencia que está afuera´". En la escuela no existen víctimas ni victimarios, todos son víctimas.
"Esta idea, como todo argumento sofista, tiene algo de verdad y algo que no es correcto. La violencia es personal y social, porque el hombre es un ser social y la violencia implica una relación donde hay daño voluntario contra otro , según lo consigna la propia Organización Mundial de la Salud o contra uno mismo (suicidio o intento). Es una torpeza decir que la violencia escolar no existe".
Qué hacemos con el bullying
Lo que más ha demorado atacar la violencia, es que si la escuela no tiene que ver con un fenómeno que no le es propio, en muchos casos la escuela tampoco hace nada, cuando tiene el potencial para cambiar, mejorar a la persona que entra en su espacio. Educación es siempre cambio y nuestros chicos no deben salir igual que entraron, deben salir mejores.
Castro Santander aseguró: "Frente a un mundo tan complejo y a la violencia, todos somos un poco incompetentes y la escuela no posee hoy la totalidad de las respuestas que se precisan con urgencia. Pero tenemos bajo nuestro cuidado a niños y adolescentes que necesitan que los adultos abandonemos nuestro tradicional egoísmo y, dejando ya de hablar obsesivamente acerca de lo que les está sucediendo, comencemos a hacer algo concreto por el desarrollo de sus vidas, en paz".
"¿Por qué el acoso psicológico o bullying es un problema verdadero y no una moda?", se pregunta el investigador español Piñuel. "No hay que ocuparse sólo de los casos extremos; porque la mayoría de los que sufran acoso, lo van a sufrir en silencio".
"Esa violencia psicológica es peligrosa para su desarrollo futuro. Es un sufrimiento silente y los chicos quedan envueltos en una especie de abandono técnico de parte de los adultos que los rodean".
La posición de Piñuel es contundente: "Uno de los mayores retos que tenemos quienes estudiamos el tema es que se sepa que la violencia psicológica y la estigmatización escolar es violencia pura. No se trata de conflictos, es violencia. No hay que rehusarle el estaus de víctima a la víctima".
Qué hacemos con los agresores
En el bullying duele no sólo el acoso psicológico de las palabras que retumban en la víctima sino el escenario de la agresión; los participantes activos y pasivos del acoso.
Según Piñuel: "En general en el bullying se trata del ejercicio de la violencia grupal con personas que tienen distintos roles. Se desencadena de forma unánime contra un otro, organizada. El término para denominarlos son los "Gang del acoso", porque actúan en grupo".
Están los partícipes en los actos violentos y los instigadores o ideólogos del acoso. Y muchas veces no son los mismos, dentro del grupo. Hay también "testigos mudos" que no quieren saber nada. Son lo que Piñuel denomina "los convidados de piedra en el acoso".
Mundo y contexto
Entre los países del mundo que dedican más espacio para tratar temas sobre bullying en el contexto escolar son España, Brasil, Chile, México y Argentina. Cuando analizamos el contenido y tratamiento que se le da al tema en los medios se encuentra que lo que se aprecia son los casos extremos y resonantes, que sólo representan una parte del cotidiano en las instituciones.
Castro Santander es miembro del directorio del Observatorio Internacional de la violencia escolar con sede en Bordeaux, Francia, que ante este panorama fragmentado alienta a consensuar criterios entre los investigadores para evitar la naturalización del fenómeno.
Iñaki Piñuel es optimista al respecto : "Creo que en el continente americano es donde se está plantando la gran batalla cultural, que es la de revelar la verdad de las víctimas".
¿Sirve la ley?
Ni siquiera la crueldad de los casos más recientes de bullying en la Argentina sirvieron para enmarcar el tema con precisión.
Agrega Castro Santander: "En la Argentina históricamente en el tema bullying se reacciona a destiempo. Nosotros como la mayoría de los países latinoamericanos (excepto Perú que está implementando una Política Nacional contra la violencia escolar), no hemos tomado en serio el fenómeno de la violencia". El día del maestro del 2013 en la Argentina se aprobó la Ley 26.892 conocida popularmente como ley "anti bullying" por ambas cámaras del Congreso Nacional. Y dejó en manos del Ministerio de Educación, a través del Consejo Federal de Educación la reglamentación de la misma. Aún no fue reglamentada.
Castro Santander tiene una posición crítica respecto de la ley para la cual no fue consultado: "La ley aprobada en la Argentina que muchos llaman "anti-bullying" según la experiencia internacional no le hace cosquillas a este tipo de violencia".
Los últimos datos sistematizados y disponibles en la Argentina sobre Bullying son del 2011 y surgen del Observatorio de la Convivencia Escolar de la Universidad Católica Argentina (UCA). Se trató de un estudio sobre más de 6 mil chicos. Según este estudio 1 de cada 4 alumnos argentinos entre 10 y 18 años manifestó tenerle miedo a alguno de sus compañeros y 1 de cada 3, entre 12 y 15 años.
Es fundamental para prevenir el bullying tener estadísticas firmes y la realización de mediciones y monitoreos para tomar decisiones sobre la metodología de la prevención. Para visibilizar lo que muchos prefieren esconder y sobre todo no banalizar el tema porque lo degrada.
El español Piñuel concluye : "Otro de los grandes retos es la registración de la violencia para que no quede sólo enunciada en palabras o descripciones o sensaciones. Se puede filmar, se puede grabar. Es esencial como desafío para la región la medición de los casos. Aquello que no se puede medir, no se puede gestionar".
Castro Santander mira más allá: "También son parte del problema y de la sanación los medios de comunicación y las políticas públicas que pueden fortalecer a la familia o boicotear sus esfuerzos"
Con este panorama el gran riesgo que nos sobrevuela es la naturalización del fenómeno. No es normal que un chico sufra violencia en el mismo banco donde él solo quiere aprender , crecer y ser feliz.
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