Acoso escolar e institucional (Pincha en la imagen)

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ACOSO ESCOLAR E INSTITUCIONAL (Pincha en la imagen)

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sábado, 6 de agosto de 2011

Detección y ratificación del acoso hacia una hija: Negación institucional y posterior represión hacia la familia. Un caso vergonzoso en una Extremadura de pandereta

 

Cómo detectar si su hijo es acosado

"Los niños pequeños no llegan del colegio y lo cuentan, sino que un día, sin venir a cuento y en medio de otra conversación, sueltan cosas como 'fulanito me estranguló", explica el experto Iñaki Piñuel, que firma el informe pericial junto a Araceli Oñate, ambos miembros del Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo, que estudia "sin fondos públicos" la violencia en distintas organizaciones. Por eso, según Oñate, es importante "dedicar un momento al día a escuchar, que no interrogar, a los hijos". Pero es probable que nunca lo confiesen porque el acoso escolar, según estos expertos, es muy similar a otros fenómenos como la violencia de género y el mobbing laboral y, al igual que en ellos, la víctima se culpabiliza, se avergüenza y se calla.

Por eso, es "importante observar si el niño tiene lesiones, si su ropa está deteriorada, si refiere conductas de maltrato como si fuera a otros compañeros, si pierde cosas y si estos hechos se repiten", subraya Oñate. Piñuel añade otros signos externos que permiten detectar el bullying: cambios bruscos en la personalidad, tristeza, miedo y sensación de peligro difuso, problemas para dormir o despertar temprano, náuseas, cefaleas, dolor de tripa, temor a ir al colegio... El problema es que estos síntomas distraen a los padres y a los médicos, que pueden tardar años en descubrir que a su hijo no le pasa nada físico ni es fobia escolar. Los dos especialistas denuncian que a la "sacrosanta institución educativa no hay quien le levante la voz" y tiende a negar y tapar los casos, "cuando la realidad es que las aulas están llenas de violencia". El acoso escolar afecta al 24% de los niños españoles según un informe de la OMS de 2004, dato idéntico al arrojado por su propio estudio, Cisneros X, de 2007. Ambos destacan que, una vez diagnosticado, tiene "una cura rápida", pero sin tratar arrastrarán el problema en su vida adulta y el "síndrome de la indefensión aprendida" que sufren les hará "no más débiles, pero sí más vulnerables" a ser víctimas de situaciones similares.

 

Fuente:  http://www.elpais.com/articulo/madrid/detectar/hijo/acosado/elpepiespmad/20110407elpmad_8/Tes

 

 

Ciñéndome a las indicaciones de los mayores expertos sobre este terrorismo socio-educativo, me queda por añadir que no son pocos ni excepcionales los casos en que se intenta banalizar estos hechos a nivel institucional: No ya sólo sistemáticamente por el estamento educativo, que sin duda alguno es el que más daño está haciendo a las muchas víctimas escolares en sus centros al esconder tantos casos de violación de derechos humanos de los infantes; sino por otros estamentos institucionales que lejos de denunciar y sacar a la luz pública muchos casos, los banalizan y ningunean: Entre estos cómplices y complacientes corporativistas viciados están negligentes y/o corruptos profesionales dependientes de los Servicios Sociales, Igualdad, Sanidad e incluso de la propia Fiscalía de Menores; todos ellos con el deber ético y humano de atender a las víctimas, pero en la praxis medrados, interesados y jueces y partes de las instituciones implicadas en que no salgan a la luz pública tantos y tantos casos.

Parece ser que la violencia, maltrato, acoso, derribo, discriminación, exclusión y marginación son pecados que nunca pueden plantearse ante los Juzgados cuando se refiere a un infractor dependiente de las instituciones. Digamos que se considera “coto privado de caza” y tras esa parcela o frontera el individuo, afectado o familiar de la víctima está impotente ante el poder supremo de la fagocitosis institucional, que no dudará en modo alguno, en devorar a la propia familia, si esta tiene la “osadía” de denunciar esas acciones y represiones fascistas. Así me ha sucedido en mi caso, tras la detección y ratificación del acoso hacia mi hija: Negación institucional y posterior represión hacia mi familia… En todo caso seguiré denunciando este miserable esperpento en una Extremadura de pandereta, a pesar de que dicen estamos en la España del siglo XXI. ¡Señor, Señor!

 

 

Fuente vídeo:

http://www.youtube.com/watch?v=CmMVzyGKvT8&feature=player_embedded

 

 

 

Fuente vídeo2:

http://www.youtube.com/watch?v=UFTLODJ5eLI

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