Iñaki Piñuel
06.01.2009
SOBRE LA SENTENCIA DEL CASO DEL COLEGIO SUIZO DE MADRID
(Prof Iñaki Piñuel).-Contra el rigor científico y metodológico de los datos ofrecidos por las pocas investigaciones solventes acerca del tamaño real del problema del Acoso Escolar en España, las autoridades educativas siguen echando balones fuera. Argumentan que tan solo existen los casos de acoso denunciados ante las Consejerías de Educación o sus órganos dependientes. Sin embargo, no llegan ni siquiera al uno por ciento los casos de acoso que se denuncian. La mayoría de los padres sufren el abandono junto a sus hijos en medio de la pasividad de los responsables de los centros en los que el acoso se produce.¿Cuántas veces hay que humillar y ridiculizar a un niño en el colegio para que se le incluya en las estadísticas oficiales? ¿Es necesario que un niño esté ya gravemente dañado por el estrés postraumático o intente quitarse la vida para incluirlo en las estadísticas "oficiales"?
Desde una mínima responsabilidad política y social no se puede despachar el problema de la violencia en las aulas aduciendo que solo existen los casos de acoso oficialmente denunciados.
Presentar los datos de las denuncias como los únicos indicadores de una realidad mucho más amplia y extendida es negar la realidad de un problema, cualquiera que sea este. Algunos "observatorios" socialmente miopes siguen distorsionando la realidad y presentando tan solo el dato de las denuncias presentadas por los padres.
Muchos padres y madres, son antiguas víctimas del maltrato psicológico y físico en la escuela. Debido a ello trivializan y banalizan el maltrato que el niño les relata al llegar a casa. "Ya nos pasó a nosotros antes". "Eso es normal". "Así es la vida". "Aprende a defenderte". "Eso te hace un hombre..."
A otros no les suena nada raro que el niño refiera en el colegio las violencias que ellos mismos padecen en sus trabajos: "¡mejor que vaya acostumbrándose a lo que le espera en la vida adulta! ".
Son muchos de los que todavía hoy nos refieren en la evaluación del acoso psicológico en el trabajo que "mi jefe me insulta, me humilla, me grita ... lo normal !
En casos los padres de los niños afectados adoptan ante la violencia escolar que sufre su hijo una posición cercana a la psicopatía social, recomendandole que "en todo caso sea el el que machaque y esté encima del otro en la pelea". Estos últimos van transformando a sus hijos en personas que aprenden a ser violentas como forma de defenderse de la violencia de otros.
La mayoría de los niños violentos en el aula nos señala en los estudios que la razón prioritaria de su conducta acosadora es que "el otro le provocó".
El síndrome de negación institucional, es un fenómeno típico ante las violencias de diferente índole, no le llevará muy lejos a los responsables de Educación.
La ausencia de sensibilidad ante un problema como el acoso escolar equivale a ponerse al lado de aquellos que miran a otro lado ante la violencia y el maltrato.
Los trivializadores y banalizadores de la violencia son los decisivos cómplices de la violencia y son la causa de que la violencia y el maltrato psicológico sean cada vez más frecuentes en nuestra sociedad y en nuestras escuelas.
La violencia en las aulas convierte a muchos niños en seres anticipadamente derrotados por la convicción de que han venido a nacer en un mundo que es a fin de cuentas una selva en la que los más violentos y poderosos depredan a los más vulnerables en medio de la indiferencia de la mayoría.
Fuente: http://mobbingopinion.bpweb.net/artman/publish/article_5372.shtml
Fuente vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=BkxpyX0iQm8&feature=player_embedded
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