Manuel Rodríguez G.
Ayer me llevé la desagradable sorpresa de que, desgraciadamente, el tiempo, la actitud e integridad personales se valoran muy poco o nada, cuando no se desprecian. Invitado insistentemente a un programa televisivo de ámbito nacional “T con T” de TVE1 y tras una grabación por la mañana, nada se emitió por la tarde.
Esa invitación en principio me pareció poco motivante, y así lo hice ver a la periodista que se puso en contacto conmigo, dadas mis experiencias pasadas en distintos medios de comunicación (consultar noticias relacionadas a pie de página ***): Fui censurado en Canal Extremadura en su día; me dejaron tirado en A3; otras engañado por ni siquiera tener la posibilidad de exponer el tema tratado a pesar de que se me prometió un tiempo prudencial en otras como “la Cuatro”; incluso tuve que aguantar algún comentario soez e impertinente de una tal Mariló Montero, de nuevo en TVE1, que lejos de informar y empatizar con las víctimas dudaba de mi papel como educador tras sacar a mi hija de los colegios presenciales, dado el proceso de acoso escolar sufrido y su cuadro ansioso depresivo, estrés postraumático e incluso autolisis involuntarias reactivas a sus graves vivencias en ellos.
Sin embargo, como antes expresaba, la insistencia de la periodista de “T con T”, unido a que mi hija, tras enterarse de mi conversación, me decía que asistiese al programa para que la realidad se conociese (Acoso escolar e institucional en el caso particular de mi familia) me llevaron a aceptar ser entrevistado por la mañana para supuestamente emitirse un resumen por la tarde e incluso ser llamado para participar en el directo.
Una entrevista imprevista, con apenas unas horas para argumentar adecuadamente lo que se expone supone prisas, pero también búsqueda de información que se me solicita, envío de documentación, recuerdos obligados de múltiples momentos vividos por mi hija en su calvario en las aulas, incluso dibujos, narraciones de hechos y audios que ponen a cualquier bien nacido los pelos de punta y constatan a la vez la impunidad, indecencia, cinismo y crueldad que a determinados pseudomaestros, policía política del régimen educativo y altos cargos institucionales extremeños les ha traído sin cuidado. Una ensalada entremezclada muy agriamente que me llevó a estar enviando documentos y referencias en la madrugada, el día anterior a esa cita periodística. Un gazpacho de prisas, evocaciones e incluso de desnudez de emociones ante esa invitación, que dieron lugar a un fastidioso y mal descanso nocturno. Un capítulo más de cómo actúan los denominados medios de comunicación, con el agravante en este caso incluso de ser una televisión pública. En cualquier caso un indicador del desprecio a la información y formación ciudadana – Se intentaba hablar del acoso escolar y todo lo referente a ello –
Por supuesto debía ser más goloso e importante el “share”, la audiencia de otros apartados, la cuantificación a costa de minusvalorar el terrorismo socio-escolar que constituye el acoso escolar. Poco supongo se valoraban los muchos intentos de suicidio en este país, las aberraciones del Sistema Educativo por inacción, deber de socorro o auxilio a las víctimas de acoso escolar e incluso ataques a las familias que indefensas y en último lugar son obligadas a denunciar. Ataques cínicos y miserables para disfrazar esta dura realidad en absurdos y falaces absentismos escolares, hipotéticos maltratos intrafamiliares o desprotección de las víctimas; no por el estamento educativo sino “parece ser” por la dejadez e incapacidad familiares.
Mientras, la Defensora del Profesorado, invitada en el programa, incómoda y extemporáneamente intentaba seducirnos “con notas escritas” sobre las reivindicaciones del profesorado y la necesidad de la autoridad de éste, intentando desviar la atención del tema: acoso escolar consentido y complaciente en multitud de casos hacia algunos profesores pero también y sobre todo a demasiados alumnos.
(Consúltese: EFECTO BOOMERANG, LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SISTEMA EDUCATIVO )
Muchos hubiésemos querido recordarle a esa Defensora del Profesorado que la autoridad se gana, no se concede, que quien debe ostentar esa autoridad debe ser merecedora de ella y no medrar e incluso prevaricar en no pocos casos con su poder administrándolo discriminada e interesadamente según consignas de direcciones escolares canalizadas no infrecuentemente por inspección, cuando se niegan tan graves hechos (flaco favor por cierto al Magisterio y a los maestros comprometidos con sus alumnos). Hechos como el de Jokin, hace ahora 10 años; o más recientes como el de Carla Díaz Magniem, la chica que se tiró por los acantilados en Gijón con tan sólo 14 años; el de Sarai Mondragón que con 13 años se vio obligada a ahorcarse; el de Mónica Jaramillo que con 15 años y como las anteriores no pudo más…. esas y muchas otras, como la chica que presumiblemente también iba a participar en el programa pero, al igual que en mi caso y en el de otro muy conocido en los medios, no tuvo la oportunidad de manifestar sus graves vivencias pese a ser invitada: intentos obligados de suicidio y el ataque mísero institucional hacia la familia para desacreditar y ocultar este cáncer psicológico y cobarde.
Y es que en este santo país sigue siendo más interesante el show de algunas actualidades dudosamente provechosas o la receta de un cocinero que denunciar las secuelas e incluso suicidios inducidos de demasiadas víctimas; muchas de ellas, no lo olvidemos, en el mayor de los anonimatos por el temor a una política represiva y cercana a la “cosa nostra”.
Para finalizar, independientemente de posibles problemas de distribución o planificación temporal del programa en cuestión, me parece impresentable, la actitud de los responsables del programa en cuestión, al no haber tenido la talla ética y profesional de haber sacado ni una nota de disculpas a quienes tanto nos insistieron para salir a escena y finalmente ser ninguneados. Al menos yo no las he recibido a fecha de hoy. Gracias en cambio a Araceli, a la que muchos incondicionales nos atrevemos a tutear por esa excepcional talla humana y profesional que nos viene regalando, lejos por cierto de este mundo caprichoso y de mercadeo relacionado con los Medios de Comunicación. Su apellido, por evidente, sobra para quienes sufrimos este terrorismo consentido y complacido.
Os dejo con un vídeo donde se habla, como casi siempre, de un modo pasajero del acoso escolar, en forma de relleno para huecos entre programas “serios”. A pesar de la promesa telefónica que me hicieron para intervenir en el programa -dispondría de 12 o 13 minutos para exponer mi caso- y tras hacer unos 800 Kms. acompañado de un terrible dolor de muelas por cierto, sólo se me dio un escaso tercio. Ni siquiera un último minuto para resumir en breves líneas mis conclusiones. Era más importante sacar la receta del “maitre”…
He de decir que “tuve suerte”: se me pagaron 110 € tras una oferta inicial de 80 para gastos de gasolina en coche propio y taxi en Madrid. Para el bocadillo de regreso no llegó…
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