Las víctimas del bullying en la edad adulta podrían ser personas con dificultad para establecer vínculos de amistad o pareja en diversas esferas de su vida.
El bullyng o acoso escolar es un acto intimidatorio provocado por una o varias personas contra otra más débil, con menos capacidad de respuesta. La forma de agresión puede ser física o psicológica.
Este modelo de conducta abusiva hacia la víctima se da por lo general a manera de insultos, jalones, burlas o motes, aislamiento, discriminación, desprestigio en su entorno, entre otros.
La persona víctima de bullyng puede seguir considerándose una víctima eterna en diversos contextos de su vida como en la universidad, entorno laboral, amistades o en su vida de pareja, si desde pequeño no ha recibido la debida atención médica profesional y de la familia.
Diferentes estudios sobre el tema demuestran que si se ha padecido de bullying por mucho tiempo, más intensas y duraderas serán las secuelas negativas que queden en el joven y en su vida adulta.
Así como repercute en la infancia, las consecuencias se dan también en la edad adulta. Son personas que pueden presentar diversos trastornos emocionales como baja autoestima, dificultad para dormir, pesadillas, desautorización, desmotivación, depresión; y en caso extremo esquizofrenia o pensamientos suicidas. Tendrán dificultad para relacionarse con otras personas, establecer vínculos de amistad o pareja en diversas esferas.
En el caso de los agresores, ese tipo de conducta dominante o agresiva hacia el más débil en la infancia, también podría repercutir en sí mismos si continúan con esa actitud de dominio y autoritarismo. A la larga lo único que generan es falta de empatía, conductas violentas, delictivas, soberbia, y menos posibilidades de desarrollarse socialmente y adaptarse también a relaciones de amistad o pareja.
Por ello es importante estar alertas al menor indicio de bullying o acoso que pueda ser víctima el niño, niña o adolescente en su centro de estudios o en el barrio. La denuncia inmediata de una situación de violencia del más fuerte hacia el débil es una tarea que compete a los educadores, padres de familia y sociedad en general.
Una sociedad se desarrollará fuerte y sana si desde la infancia se ha sabido inculcar en el niño, niña y adolescente valores de respeto al prójimo, igualdad, y altos niveles de autoestima.
Fuente:
No hay comentarios:
Publicar un comentario