Acoso escolar e institucional (Pincha en la imagen)

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ACOSO ESCOLAR E INSTITUCIONAL (Pincha en la imagen)

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viernes, 29 de septiembre de 2023

El lado oculto del acoso escolar: La violencia genera violencia.

 

A menudo, saltan a los medios de comunicación noticias referentes a agresiones de individuos en colegios (normalmente estadounidenses) de estudiantes o ex-alumnos de los propios colegios, donde sólo suele reflejarse el deterioro mental del agresor, sin ofrecer más pistas que ese estado de posible “locura transitoria”. Si se hurga en la noticia en sí, a menudo se comprueba que estos agresores han sido víctimas del terrorismo socio-educativo del bullying o acoso escolar, donde desgraciadamente nadie en su momento tomó cartas en el asunto y donde estos agresores tienen como antecedente el haber sido acosados sistemáticamente.

Por supuesto, nada de esta información suele aparecer, pues las responsabilidades primeras de estos actos terroristas serían de los propios colegios, cómplices finalmente de estos actos cobardes, que con el silencio cómplice están proporcionando el caldo de cultivo para que el deterioro cognitivo a través de frecuentes cuadros de estrés postraumático de la víctima, ahora convertida en verdugo, junto con el ninguneo, desidia y ocultamiento de estos sucesos de lugar a una situación límite, donde finalmente impera la ira de esa agresividad latente que se ha ido almacenando con el tiempo y la marginación de la víctima, pasando en estos radicales casos de ser el hostigado a depredador aniquilante.

Lejos de justificar tal acto despiadado, me queda pensar que el abandono y desidia de todo un sistema educativo, sanitario y social hacia las víctimas de esta lacra socio-educativa finalmente ayudaron a esta víctima a convertirse en radical verdugo implacable, agarrar unas armas e intentar usarlas contra terceros posibles enemigos, sólo que muchos terceros con su silencio y ninguneo puedan ser cómplices cobardes de estos gravísimos sucesos que jamás debieron producirse…


Al respecto, leía ayer un post de Facebook, donde se hacía referencia a esa falta de estudio y reflexión sobre el caso del chaval que ha acuchillado a varias personas de un instituto:

“La violencia JAMÁS se justifica

Había que preguntar e investigar que le ha llevado a este menor a hacer semejante barbaridad.”


La violencia desgraciadamente es producto de la semilla y anamnesis social ligada a vivencias de individuos y sociedades. La violencia no debería justificarse si la ética, decencia y compromisos solidarios fueran efectivas, pero me temo que a menudo estas premisas se echan en falta.

Definir un hecho tan lamentable como el sucedido por diversos medios estos días y calificados por intereses oscurantistas que un individuo se ha vuelto loco, agresivo, es psiquiátricamente inestable, sufre una incapacidad mental, es peligroso etc. es inconsecuente y muy superficial, tanto que a menudo se utiliza para disfrazar el contexto, situaciones y modos vivendis que tan a menudo sucede en los centros escolares y en la sociedad actual misma: ocultamiento y silencio cómplice sistematizado, apoyado por los supuestos garantes institucionales y acompañado en exceso por el populismo que una sociedad amodorrada cual rebaño de ovejas sigue a ciertos pastores institucionales.

La violencia no debe justificarse. Sin embargo, tampoco deben justificarse en modo alguno, graves hechos aduciendo con socorridos calificativos a quien los infringió. Digamos que hay que indagar más allá de la zona superficial. Hay que desmontar todas las capas hasta llegar al núcleo principal. No se trata de quitar la primera cáscara de la cebolla o descubrir la primera de las varias muñecas rusas, matrioska, sino llegar a la capa final, a la última muñeca. 

La violencia JAMÁS debería justificarse, siempre que el compromiso y búsqueda del respeto y protección fueran reales y efectivas, lejos del ninguneo, oscurantismo y del síndrome de negación que, en demasiados casos, se verifican. Lamentablemente la VIOLENCIA GRUPAL OCULTA, DISFRAZADA, SILENCIOSA, CÓMPLICE y COBARDE, repetida por distintas vías, GENERA finalmente VIOLENCIA individual, extrema y radical, que obviamente se rechaza, pero que en demasiados casos es pura consecuencia de las situaciones sufridas anteriormente y ninguneadas por un amplio colectivo de espectadores pasivos y por quienes directamente infringieron mucho daño a, en este caso, el agresor. Agresor hoy. Mañana quizás víctima empujada a un suicidio inducido. Ambas suelen interesar y dar mucho juego a una amplia mayoría de medios de comunicación. Muy pocos se interesarán por buscar y conocer la anamnesis socioescolar y sus secuelas perdurables ya de por vida. Quizás ninguno llegará a descubrir, estudiar e investigar a la última muñeca matrioska. 


Y es que, la violencia genera violencia. ¡Así nos va!


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