Acoso escolar e institucional (Pincha en la imagen)

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ACOSO ESCOLAR E INSTITUCIONAL (Pincha en la imagen)

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lunes, 31 de diciembre de 2012

La mitad de los niños de ESO sufre acoso escolar a través de las redes

 

J. Monroy

 
bull005Un estudio desarrollado en dos centros toledanos advierte de la alta incidencia del ciberbullying, y recomienda mayor educación sobre las redes sociales y protocolos para evitarlo

Sobre todo han recibido mensajes ofensivos a través del teléfono móvil o internet. Pero también han sufrido difamaciones y difusión de rumores sobre su persona, llamadas anónimas para intimidarles y el robo de las contraseñas de sus redes sociales. La mitad de los alumnos de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) ha sufrido o sufrirá durante sus estudios acoso escolar a través de las nuevas tecnologías, conocido como ciberbullying. El ciberbullying es una forma de acoso escolar que tiene unas secuelas más graves. Se puede padecer durante las veinticuatro horas al día, y sus víctimas tienen mayores índices de depresión y una posibilidad mayor de suicidio. Es un acoso no presencial que el niño por lo general vive en silencio, sin contarlo, y es muy difícil de detectar. Es un problema para el que ni es solución el cambio de centro, que sí funciona en ocasiones con el acoso directo.

La enfermera Blanca González ha elaborado en Toledo un estudio en dos centros educativos (un instituto y un colegio privado concertado) sobre la incidencia del ciberbullying. Y ha detectado que un 46,8 por ciento de los alumnos de primero y tercero de ESO dicen haber sufrido alguna vez acoso escolar a través de las nuevas tecnologías, y un 2,2 por ciento de los alumnos sufren acoso severo. Se trata de una cifra, advierte González, que está convencida de que se puede extrapolar al conjunto de los centros educativos de la región. Así lo quiere demostrar en un futuro a partir de la ampliación del estudio en una tesis doctoral con dos o tres colegios de cada provincial. «Pero estoy convencido de que los datos van a ser prácticamente iguales, porque estos centros no tienen ninguna característica especial», advierte.

El trabajo de González se enmarca dentro de un trabajo de fin de máster, y ha contado con la colaboración de la Consejería de Educación y los centros educativos objetos del estudio, y el asesoramiento del sindicato Satse. La enfermera cuenta con experiencia laboral en centros educativos, y había observado ya algunos casos de niños que acudían a ella con problemas motivados por el acoso escolar a través de las nuevas tecnologías. Unos contaban directamente el problema, y otros unas consecuencias claramente sintomáticas. A partir de ahí, comenzó a estudiar el problema, y decidió elaborar el trabajo sobre esta lacra. Hasta ahora no existían estudios sobre ciberbullying en Castilla-La Mancha, por lo que González tuvo que recurrir al asesoramiento de una catedrática universitaria del País Vasco, que fue quien la proporcionó el cuestionario básico.

Comenzó el trabajo en dos centros escogidos de forma aleatoria con el visto bueno de la Consejería y de las directivas de los mismos. Rellenaron el cuestionario de forma totalmente anónima un total de 190 niños de primero y tercero de ESO. Tras el análisis de los datos, estos comenzaron a mostrar cifrar alarmantes.

El prototipo de víctima de ciberbullying es el de un niño débil en cuanto a defectos físicos o sentimiento más a flor de piel. También son víctimas los hiperactivos, porque por su propia condición a veces incordian al resto.
Soluciones. Sólo el 37 por ciento de los niños acosados se lo comunican a sus padres. El 30 por ciento se lo cuentan a los compañeros. Y el 32 por ciento no se lo cuentan a nadie. Por lo general, lo primero que hacen es comentárselo a sus amigos, antes que a un adulto. Eso suele ocurrir, explica González, porque a veces los padres reaccionan de forma desproporcionada, quitando, por ejemplo, la conexión a internet o el móvil. «Esa no es la forma, evidentemente», advierte.

González apuesta para dar solución al ciberbullying por la concienciación temprana de los niños, la detección y la actuación. A raíz de este estudio, la enfermera está preparando un artículo destinado a la enfermería, centrado en la repercusión sanitaria del ciberbullying, y otro a la educación, que busca una respuesta contra esta conducta. A su juicio, los observadores tienen un papel muy importante a la hora de evitarla. Pero mayoritariamente se callan.
Los estudios dejan manifiesto que los niños que se dan cuenta de que un compañero está sufriendo acoso escolar no lo cuentan. No lo hacen, porque no saben diferenciar bien lo que es «ser un acusica», de denunciar algo que está dañando a una persona. Además, tienen miedo de que si abren la boca pueden ser los próximos blancos en el acoso. Para González, su papel es fundamental.

La sociedad española ya se va enterando de lo que son los malos tratos, pero no ha dado hasta el momento tanta importancia al acoso escolar, y menos cuando es a través de redes sociales. En consecuencia, hace falta educación, y no como algo aislada. En ese sentido, González apuesta por una asignatura específica, se llame como se llame, que explique este tipo de conductas.

El estudio propone entre sus soluciones para prevenir el ciberbullying comenzar a educar a los niños desde edades muy tempranas en el buen uso de las nuevas tecnologías. Más teniendo en cuenta que les dan ordenadores en quinto curso. Nadie les dice que no escriban lo que no dicen a la cara, que tapen la webcam o que no den sus claves a nadie. Hay que trabajar desde temprano, no sólo poner sanciones ejemplares cuando aparece el problema. Como no se puede evitar el contacto con estas, hay que comenzar desde Primaria a concienciar en torno a su uso, y siempre con el control de los padres.

Del estudio también se desprende que el 43,4 por ciento de los niños, desde edades muy tempranas, tienen el ordenador en su habitación, conectado a internet, y fuera del control parental, y hasta un 93,1 por ciento el móvil. Son los que tienen más riesgo.

En consecuencia es fundamental, determina González, que el entorno detecte los síntomas del niño que sufre ciberbullying. Es un pequeño que se vuelve retraído, duerme peor e intenta no hacer relaciones de familia puede estar sufriendo acoso escolar. También busca caminos más largos al colegio, y pone excusas para no acudir a clase. El ciberbullying se puede hacer las veinticuatro horas al día, y el niño que lo padece se sobresalta, por ejemplo, cuando suena el teléfono.

De ahí que sea necesario, concluye el estudio, no sólo educar en los buenos usos de las nuevas tecnologías a los niños, sino también a padres y profesores. Y hacer protocolos de actuación contra el ciberbullying dentro de los colegios, algo que en la actualidad no existe. De hecho, en la gran mayoría de los colegios no está ni contemplado dentro de las normas de convivencia. Lo que sí se está dando en estos momentos por parte de la Policía Nacional es una serie de charlas preventivas del uso de las nuevas tecnologías en los centros escolares que así se lo solicitan. González aplaude la iniciativa, pero pide más. A su juicio, «con una vez no vale, habría que hacer tres o cuatro sesiones al año, pero a profesores, alumnos y padres».

Porque muchas veces el propio profesorado y los padres tienen falta de preparación, una brecha digital, que les impide detectar y responder al problema. No se trata de desidia, advierte González, sino falta de entrenamiento y formación, y sobre todo de protocolos de actuación.

El ciberbullying, advierte González, es un problema serio, que puede llegar a suicidios. De ahí la necesidad de un protocolo de actuación por parte de la Consejería. Se necesita un clima de confianza por parte de las familias, profesores preparados, y actuar en cuanto que se detecte. Y que se apliquen las mismas normas a todo el mundo, y tratar de que no se dé publicidad. Cuando la cosa va a más, ahí están la policía y el juez de menores.

Fuente:

http://www.latribunadetoledo.es/

sábado, 29 de diciembre de 2012

El daño que causa el estrés infantil

 
La siguiente noticia, en línea con los indicadores que se dan en la evaluación sobre el acoso; y que suele evidenciarse en la víctima, entre otros muy graves resultados, con el frecuente y muy dañino stress postraumático, medible entre otros en cuestionarios tan prestigiosos como el elaborado por Araceli Oñate e Iñaki Piñuel (Cuestionario AVE – Acoso y Violencia Escolar) nos resalta el elevado grado de stress y el correspondiente daño físico cerebral, también constatado y medido en estudios de RM (Resonancia Magnética) y otras técnicas análogas.  

El alto nivel de estrés podría dejar cicatrices físicas en el cerebro de los niños, revela un estudio.

Específicamente, el estrés puede causar daños en el área cerebral relacionada a la memoria y las emociones.
Los científicos de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, descubrieron que esa zona, el hipocampo, se había encogido en niños con Trastorno de Estrés Postraumático o PTSD, por sus siglas en inglés.
EL PTSD es una condición que se origina tras haber sufrido u observado un acontecimiento altamente traumático, como un atentado, accidente o violencia, en el que está en riesgo la vida de personas.
El estudio, que publica la revista Pediatrics, señala que un hipocampo debilitado podría obstaculizar la capacidad del niño para enfrentar el estrés y podría aumentar la ansiedad.
La investigación también encontró en la sangre de los niños niveles más altos de la hormona del estrés, llamada cortisol.
En estudios anteriores realizados en animales se ha demostrado que esta hormona destruye las células del hipocampo.
Esto, dicen los científicos, puede crear un círculo vicioso en el que altos niveles de cortisona causan más daños en el hipocampo, lo que a su vez eleva la ansiedad.
Los investigadores estadounidenses creen también que el daño frecuente al hipocampo podría prolongar los síntomas del estrés e interferir con la terapia de los niños.
Estrés extremo
Los científicos subrayan que no están hablando del estrés relacionado a la tarea escolar o a las peleas familiares.
"Para provocar ese daño cerebral -afirma el estudio- el estrés debe ser extremo".
"Son niños que sienten como si estuvieran sin poderse mover en medio de una calle mientras un camión se aproxima rápidamente hacia ellos", señalan.
Los 15 niños estudiados por los investigadores sufrían de PTSD como resultado de abuso físico, emocional o sexual, o porque habían sido testigos de violencia o experimentado una separación o pérdida.
Los científicos afirman que es importante entender por qué algunos niños parecen ser más fuertes frente al estrés que otros, así como cuáles son los efectos a largo plazo del estrés extremo.
Se sabe ya que los genes y el medio ambiente de una persona juegan un papel importante.
Y también se conoce que haber sufrido PTSD siendo niño aumenta los riesgos de depresión y ansiedad durante la adultez.
Se calcula que una de cada 10 personas podría desarrollar PTSD en algún momento de su vida.
Los expertos afirman que este estudio es sólo "la punta del iceberg" y ahora planean llevar a cabo más investigaciones para desarrollar terapias más efectivas e individualizadas para ayudar a los niños que sufren este trastorno.
Fuente: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_6419000/6419213.stm

Resultados en pruebas realizadas a alguien muy cercana:

Del informe psicológico de una Asociación Nacional pro-derechos del niño y ligada al Defensor del Menor, en noviembre de 2008: Tanto el Índice Global de Acoso como la Intensidad de Acoso, se obtiene un resultado de Muy Constatado. Con ello se valora la ocurrencia de situaciones de acoso con una elevada gravedad y frecuencia, según la percepción de la niña. En función de lo anteriormente mencionado, Silvia mantiene haber vivido situaciones en las que se ha producido: · Hostigamiento: situaciones de acoso físico y psicológico manifestadas mediante signos de desprecio o menosprecio (muy constatado) · Acciones dirigidas al bloqueo y exclusión social, lo que le hacen quedarse fuera de su grupo de referencia y anulando su capacidad de participación en el mismo (muy constatado). · Amenazas dirigidas a amedrentar y minimizar la capacidad de actuación (bien constatado). · Agresiones: conductas propias de agresiones físicas o psicológicas (bien constatado). · Manipulación social: situaciones que pretenden distorsionar la imagen del niño y predisponen a otros contra él. (constatado) De todo ello, se derivan la puntuación en las siguientes escalas clínicas: · Ansiedad: une la existencia de diez síntomas que cursan con cuadros de tipo ansioso en sujetos que han vivido una situación de acoso escolar (constatado) · Estrés Postraumático: consiste en revivir de manera involuntaria la situación traumática padecida mediante imágenes o pensamientos que generan una emoción negativa o dolorosa (bien constatado) · Distimia: caracterizada por una alteración del humor, marcada labilidad emocional y sensación de tristeza y desesperanza lo que repercute en falta de interés para desarrollar actividades( bien constatado) · Somatización: síntomas psicosomáticos que revelan la existencia de un conflicto psicológico en el niño (bien constatada) · Autoimagen negativa: percepción negativa de uno mismo generada por la situación de acoso (constatada). Del informe pericial psicológico de febrero de 2009 [clip_image034[5].gif]
Fuente vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=9bgdOuBn4Q4&feature=player_embedded   Fuente:
http://vagabundotraslalibertad.blogspot.com/2010/09/el-dano-que-causa-el-estres-infantil.html






















jueves, 27 de diciembre de 2012

Felicidades generalizadas :-)

 

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Manuel Rodríguez G.

Aunque no soy simpatizante de grandes festejos, demasiados superfluos me temo, y frecuentemente adulterados con ficticias propuestas e insípidas solidaridades, quiero desearos unos días de salud, paz y alegría en este nefasto año, que cuentan pronto morirá, aunque yo dudo se extinga.

Acabarán esas celebraciones con extraordinarias propuestas y deseos y, como nos relataba Serrat en su magnífica " FIESTA ” y luego, cual si no pasara nada, cada cual seguirá con sus crudas realidades, muchos con sus/nuestras miserias, ubicados sin quererlo en este rompecabezas caprichoso y demasiadas veces injusto al que unos pocos nos han empujado.

En todo caso, no quiero ni puedo olvidar recuerdos de este ya anciano año. Recuerdos y nominaciones para gente básicamente buena; algunas de ellas viviendo desde hace demasiado tiempo un verdadero martirio personal y familiar. Como coincidencia, la persecución inquisidora del maltrato institucional consentido por comisión: Casos como el de MARY MOLINA E HIJAS o el de PEPI GONZALEZ Y JUANJO. Otros por el consentimiento y omisión institucional como el de NADIA NEREA, FERNANDO Y MARGA, al igual que sufren otras familias con denominadas enfermedades raras; que por “raras” se las excluye, invisibiliza y ningunea.

Tampoco puedo olvidar a las muchas familias desposeídas de sus derechos más elementales como la de un simple techo, comida diaria y, cómo no, un trabajo que les dignifique y recuerde que sus vidas tienen sentido y que el futuro es un camino presente que hay que andar continuamente.

Menos aún puedo obviar a esas miles de familias de dependientes con grandes discapacidades, diversos funcionales llamados por algunos. Denominados por mí deshabilitados institucionales (pues son las propias instituciones quienes los coartan y minusvaloran cínicamente). Sería muy injusto olvidar la cárcel psicológica y física en que Papá Estado los tiene recluidos. A esos pacientes y a sus familiares, que cual menores en una cárcel de mujeres, son sacrificados a ser reos penitentes y sin apenas ayuda económica y anímica para atender eficazmente a sus familiares.

Por supuesto no me olvido de todos esos niños que por diversas problemáticas son excluidos, hostigados, acosados, maltratados y/o apartados por activa o pasiva de un Sistema Educativo que lejos de incluir, apoyar y respetar los diversos obstáculos que sufre este alumnado, en el mejor de los casos los granjeriza, los aparta o sencillamente los empuja al exilio, caso de mi hija, con el agravante represor de acosar y derribar a las familias que osan denunciar estas cínicas y sistemáticas represiones institucionales.

Finalmente no puedo olvidar que hoy, una vez más, mi hija lloró, sabedora de sus limitaciones y de la inoperancia de un Sistema Educativo que le niega sencillos apoyos, pero de eso y mucho más ya hablaré el próximo Enero.

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 Como confesaba no soy amigo de grandes festejos, menos de las relacionados con las deidades, dado que el hambre, el miedo, el dolor, la soledad, la incomprensión, el cinismo… son, para lo bueno y lo malo, básicamente humanos.

Sin embargo me apetece agradecer a esa gente, mucha o poca, aquí anónima, aunque muy específica en mis sentimientos, que con apoyos, implicaciones, complicidades, actos, entusiasmo o sencillas palabras de ánimo, de una manera u otra me ha izado o simplemente me ha recordado que no estamos solos :-)

Para ti que eres buena gente y eres mayoría frente a los que incitan al odio y represión, para ti que eres consecuente y solidario, crees en la paz social, la inclusión, cooperación, participación, inclusión, respeto, apoyo y empatía hacia los demás…

Para ti, ¡Felices momentos, salud y mucha fuerza para estos días y los que sigan! :-)

 

 

Fuente vídeo:

http://www.youtube.com/watch?v=Oos7tkWrKyY

miércoles, 26 de diciembre de 2012

¿Qué te han hecho, hijo?

 

Fermín Apezteguia


Un juzgado de Madrid ha condenado a un colegio a pagar la indemnización más alta dictada en España a un niño que sufrió de manera reiterada una situación de acoso escolar. En total, 40.000 euros de mierda. Un dinero que representa la victoria moral de la justicia, pero que no sirve para compensar el profundo daño físico y psíquico causado en la víctima. Sus compañeros –es un decir– le llamaban de todo: cabrón, maricón, hijo-de-puta; le robaban sistemáticamente, le aislaban, amenazaban a quien se acercara a él con hacerle lo mismo. «Más allá de que le clavaran lapiceros o le rompieran la chaqueta, el daño más grave que se le ha infligido al menor es el estrés postraumático que desencadena algo así, que puede generar secuelas imborrables», comentó ayer el psicólogo, Iñaki PiñuelEl Instituto de Innovación y Desarrollo Directivo (IIEDDI) entrevistó en 2007 a más de 25.000 alumnos de toda España, con edades comprendidas entre los 7 y 18 años, para evaluar el alcance del ‘mobbing’ escolar. Querían saber hasta dónde llegaba el asunto y qué consecuencias tenía para la salud. El informe ‘Cisneros X’, que es así como se llama el trabajo, arrojó datos concluyentes sobre la realidad que se vive en las aulas de nuestros hijos. Más de la mitad de los niños víctimas del matonismo y la violencia psicológica sufre estrés postraumático –«la herida invisible del acoso», como la denomina Piñuel–, y también depresión, disminución de la autoestima y somatizaciones. Además, tienen de sí mismos una imagen negativa. El 40%, aproximadamente, presentaba signos de ansiedad, una idea recurrente del suicidio y lo que los especialistas llaman ‘flashbacks’, imágenes y recuerdos que vienen, van y le torturan a uno. Lo peor de todo es que casi uno de cada cuatro chavales es víctima del acoso escolar al menos una vez en la vida. ¿Les parece exagerado? Pues los resultados del trabajo coinciden con otro similar hecho poco antes en España por la OMS . Esta vez ha ocurrido en Madrid, pero pasa todos los días en todos los centros de España. Seglares y religiosos, públicos y privados. «La violencia en las aulas es una realidad en todos y cada uno de los centros; y lo peor de todo es que las instituciones educativas lo están negando», advirtió ayer Araceli Oñate, directora de IIEDDI y responsable del informe ‘Cisneros X’. En el caso de Madrid, al final, los padres tuvieron que sacar a su hijo del centro, a mitad de curso. Casi siempre ocurre así. La víctima, víctima por partida doble. Euskadi no escapa a esta realidad. Junto con Andalucía y Navarra figura entre las tres autonomías donde los escolares sufren más acoso escolar. Los departamentos de Educación y Sanidad del Gobierno vasco deberían tomar nota y aplicarse. ¿Se acuerdan de Jokin? Era un chico de Hondarribia.


Comentarios

  • Con 52 tacos recuerdo que la represión, el castigo, abuso de autoridad, aislamiento, pellizcos, bofetadas, estiramiento de orejas y patillas...venia siempre de la "autoridad". La posición de dominio del profesorado al evaluar a los jóvenes predispone a ello. El sistema se impone a martillazos en los niños. Que aprendan quién manda,,,,
  • Como madre de dos hijos que creo que son y seguirán siendo respetuosos y pacíficos, he pensado alguna vez qué es lo que yo puedo aportar a este problema. Y creo que es enseñar a mis hijos a no ser complacientes con el matonismo. Se sabe que el bullying se detiene muy a menudo si los espectadores intervienen para cortarlo, en lugar de ser cómplices silenciosos, o incluso ayudantes. Y desde luego que si ellos fueran las víctimas del acoso exigiría al centro educativo que los protegiera, creo que es su obligación porque he delegado en ellos su cuidado mientras están ahí sin su familia, expuestos a veces a personas que fuera del centro jamás frecuentarían. Y además, recordemóslo, obligados, porque la educación es obligatoria y no pueden quedarse en casa.
    Así que pienso que los padres no podemos eludir nuestra responsabilidad, pero los docentes tampoco.
    De las familias de los agresores la verdad espero poco, porque salvo algunas excepciones normalmente las conductas violentas se aprenden en casa.

 

Fuente:

http://blogs.elcorreo.com/pasamos-consulta/2011/04/07/que-te-han-hecho-hijo/

martes, 25 de diciembre de 2012

Acoso escolar. Escuela de psicópatas desde la infancia

 

imagePara entender el mundo de los adultos tenemos que entender cómo nos influyen determinados eventos en la infan... cia.
Y en la actualidad el mundo de los adultos tiende a ser más y más inhumano, más y más agresivo.
Casi 10 meses después, Iñaki Piñuel nos vuelve a visitar. La vez anterior nuestra conversación comenzó entorno a su libro "Mi jefe es un psicópata".
En esta ocasión tratamos la infancia, el acoso escolar y como las conductas agresivas en el entorno familiar y escolar tienden a formar personalidades psicopáticas.
- ¿Cómo influencia es estado emocional de la madre en el no nacido?
- ¿Puede llegar a influenciar el inconsciente de las personas la forma de nacer?
- ¿Se puede educar a un niño para ser un psicópata?
- ¿Imitamos los esquemas de conducta en la infancia en nuestra etapa adulta?
- ¿Fomentan las ciudades las conductas antisociales?
- ¿Cómo podemos mejorar la educación para hacerla más humana?...
- ¿Cómo podemos identificar a un psicópata?
Iñaki nos reponde a estas y muchas otras dudas y preguntas.
Dos horas intensas que te ayudarán a entender la crisis de valores en la sociedad actual.

Pincha y escucha …

 

Fuente: http://www.ivoox.com/

jueves, 20 de diciembre de 2012

Maltrato escolar en niños con Síndrome de Asperger


Uno de los temas que más preocupa a la familia cuando el hijo o hija está en edad escolar es la posibilidad de que sufra o esté sufriendo algún tipo de acoso escolar o maltrato por parte de sus compañeros. Personalmente me generaba muchísima angustia dejar cada día a mi hijo en el colegio sabiendo que había otro niño que le pegaba de manera reiterada y al  que no sabía enfrentarse. Entonces no sabía que tenía SA y me decían que "el problema era suyo porque no sabía defenderse".
Esta afirmación es una falacia, una aberración se mire como se mire. Soy maestra y sé lo que digo cuando afirmo que, aunque hay buena voluntad por parte de los maestros y maestras, normalmente se priorizan los contenidos académicos a trabajar las habilidades sociales y la cohesión del grupo, sobre todo a medida que avanzamos en los niveles educativos. De secundaria mejor ni hablar. ¿Razones? Falta de tiempo, falta de formación, olvido institucional, exceso de tareas burocráticas y a veces falta de interés.
Otro aspecto que entra en juego es la sociedad misma, la manera en que se entiende la diversidad, los modelos de diversión y éxito que aparecen en los medios de comunicación, la falta de implicación de muchas familias en la educación real y diaria de sus hijos... estos entre otros factores propician la aparición de los acosadores y los acosados, junto con una especie de silencio y dejación que se esconde tras el dicho "los niños son muy crueles".  El problema es que un niño o niña asperger no tiene los medios para enfrentarse a los acosadores y se convierten en las víctimas perfectas.

El acoso, el maltrato, se aprende, por lo tanto la sociedad y la escuela tienen que hacer frente a los mecanismos que lo propician. No se trata solo de detener a los acosadores sino de por un lado, entender qué provoca en ellos esa necesidad perniciosa de hacer daño y por otro, y mucho más importante, prevenir la aparición del maltrato a través de la intervención sobre las causas que lo provocan y de generar entornos de buen trato entre iguales, favoreciendo las prácticas de buen trato, ofreciendo nuevos modelos de relación en los que "todos cuidamos de todos" y descubrimos la valía de cada uno/a. Con esto no sólo generaremos un aula amable y colaboradora; los alumnos y alumnas crecerán aceptando la diversidad, aprendiendo de ella, evitaremos el maltrato, el acoso y también el aislamiento de los alumnos y alumnas un poco diferentes (que a su vez es otro tipo de maltrato). No estoy hablando de utopías: esto es posible, pero requiere tiempo, trabajo, formación... y el compromiso de todos los adultos involucrados, es una meta que puede alcanzarse si empezamos a trabajar por ella YA.
Ante el maltrato, cualquiera que sea, la tolerancia debe ser cero.
Por eso, no os rindáis, no os quedéis callados: si hay indicios de acoso hay que denunciar, primero ante el colegio o el instituto y si no se obtienen respuestas, a la delegación y a la policía si es preciso. Pero además hay que trabajar para no llegar a esas situaciones, recordando a los centros educativos que tienen el deber de favorecer la inclusión de nuestros hijos e hijas en sus aulas.

Si nuestros hijos e hijas no encuentran la voz ¡Prestémosles la nuestra para decir BASTA!
Fuente:
http://aspergerenhuelva.blogspot.com.es/2012/04/el-acoso-escolar-y-el-sindrome-de.html

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Los padres de la menor que murió tras un presunto acoso escolar piden 'justicia'

 

  • [suicid3.jpg]La niña recibía insultos 'constantemente'

  • El jefe de estudios del centro no 'adoptó medidas para solventar la situación

  • Se solicitará las declaraciones del orientador y los profesores

Europa Press | Ciudad Real

 

Los padres de Mónica Jaramillo, la menor de 15 años de Torralba de Calatrava (Ciudad Real) que falleció tras intentar suicidarse el pasado 13 de noviembre por un supuesto caso de acoso escolar, han declarado ante el juez del Juzgado número 3 de Ciudad Real y han pedido "justicia" y que los presuntos acosadores "sean identificados".

Así lo ha explicado el abogado que ejerce la representación de la familia, Ramón Alén, quien ha señalado que tanto los padres como dos amigas de la víctima -que también han testificado- han ratificado en todo momento que Mónica "fue una víctima de acoso escolar" y que se comunicaron los hechos al jefe de estudios del IES Juan de Ávila, donde estudiaba la menor, "al menos en tres ocasiones".

"Las niñas han explicado como a su amiga la insultaban constantemente diciéndole cosas como 'vete a tu país, mona', 'apestas' o 'llevas ropa usada'" y que ellas acompañaron a la víctima a denunciarlo al jefe de estudios que, según su versión, "le ofrecía muy buenas palabras pero no adoptaba ninguna decisión que solventara la situación", ha asegurado Alén.

El abogado ha agregado que a Mónica "se le cerraron todas las posibilidades cuando le denegaron el cambio de centro, que era su aspiración" y ha señalado que el testimonio de las amigas de la víctima "demuestra que no mentía. Lo que no entiendo es que tras el fracaso escolar de una niña que en el colegio había tenido buenos resultados, y sus ausencias masivas a clase, nadie del centro hiciera nada ni se activara ningún protocolo".

Tras las declaraciones, Ramón Alén ha explicado que el juez ha solicitado ahora, a petición suya, el informe interno que anunció el Gobierno regional que iba a hacer "a instancia de la presidenta Cospedal", así como un organigrama en el que se identifique a todo el personal del IES Juan de Ávila y a los tutores que viajaban en los autobuses "en los que también se acosaba a la víctima".

Alén ha señalado que el próximo paso, una vez que se tenga esa documentación, será solicitar las declaraciones del orientador y los profesores así como que se identifique a los menores que participaron en los hechos "porque tendrán que responder de lo que hicieron".

Fuente:

http://www.elmundo.es/elmundo/

 

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domingo, 16 de diciembre de 2012

Matanza de Connecticut. ¿Dónde está el origen?

 

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Foto: Adam Lanza

 

Muy triste noticia la de la reciente matanza en Estados Unidos. Una más, desgraciadamente, aunque no por ello exageradamente cruda y muy preocupante, sobre todo para víctimas y familiares.

Lejos de excusar la actitud tan intolerante, criminal y despiadada de quien apretó el gatillo, he leído por ahí que la causa principal pudiera ser el que el asesino estuviese afectado por el Síndrome de Asperger. Arriesgada presunción por lo que esa losa pueda pesar para todos esos niños que sufren ese trastorno del espectro autista, ya bastante etiquetados y tildados de descerebrados.

Síndrome caracterizado por el desconocimiento que el Sistema Social, Educativo e incluso Sanitario posee del mismo. Síndrome castigado por una incomprensión radical y negativista, tal que hay estudios muy serios donde se habla de que el alumnado con esta patología es víctima en un 97% de acoso escolar o bullying, muchas veces propiciado por la falta atroz de medidas tendentes a su inclusión social y educativa, por la falta de medios, profesionales o sencillamente dejadez institucional y como otros afectados por diversos problemas de aprendizaje, conductuales o adaptativos en modo alguno apoyados en sus necesidades educativas específicas y adaptaciones curriculares pertinentes.

He leido en determinados medios de la falta de empatía, interacción comunicativa, deficit de reglas sociales, etc. pero poco se habla de los más de 30.000 bajas anuales que se producen por muertes violentas o suicidas en esa sociedad pistolera.

Se habla de autismo cruel pero poco se habla de dónde procede tal ira, tal agresividad latente y del por qué a menudo se utiliza el lugar de la matanza como campo de sangre despiadada, normalmente colegios donde estos desdichados asesinos in situ fueron alumnos.

Se habla de asesinos enloquecidos pero poco o nada se habla de ciertos antecedentes significativos y a menudo incómodos.

No tengo datos de este caso. Me parece atroz la venganza desatada por este suicida kamikaze soltando tanto odio e ira indiscriminadamente con esas armas que su propia madre y víctima enseñó a usar a este pistolero, hasta entonces anónimo y reservado, pero confieso que me queda el resquemor de que esas pistolas jamás debieron usarse no por un afectado por un Síndrome autístico, sino probablemente por una falta de prevención social y escolar que pudo consentir esta locura transitoria. Locura transitoria que tampoco sería extraño que fuese precedida de un estrés postraumático latente y demasiado tiempo quizás asomando, pero disfrazado por una sociedad que seguramente complace en exceso la tenencia de demasiadas pistolas y violencia…

Al hilo de la cuestión, quedo una reflexión pasada pero muy preocupante…

QUIEN MATÓ A LOS NIÑOS

 

Noticias relacionadas:

http://noticias.lainformacion.com/disturbios-conflictos-y-guerra/agitacion-civil/enfado-por-asociar-el-asesino-de-connecticut-con-el-autismo_YzrOG5YdP4skShoWFSJnF/

viernes, 14 de diciembre de 2012

Atención a la violencia escolar

 

Camilo Ramírez Garza

Las múltiples y muy variadas agresiones que se presentan en el ámbito social también se reproducen en el ámbito educativo; no es casualidad que la violencia escolar (acoso escolar, bullying, exclusión institucional) se realice de manera singular, en estos tiempos, precisamente cuando se han perdido las lógicas que otrora funcionaran para organizar los lazos sociales entre los sujetos.

La declinación de la autoridad es una pérdida de dichos referentes que se manifiesta de manera particular en diversos ámbitos: familiar, religioso, político, y por supuesto, educativo. Pero ¿Cómo es que se ha perdido? El pasaje de lo político a lo empresarial en donde ya no importa la jugada que realice el Estado por el bien común de los ciudadanos, sino el fin (producir negocios, ganancias) justifica el medio (por más rapaz y criminal que parezca) en donde el ciudadano queda transformado en cliente; la transformación de lo privado en lo público, plantea un contexto de excesiva vigilancia donde los agentes educativos, por ejemplo, ya no pueden operar su función, pues van quedando identificados a administradores del conocimiento (presentar, medir y cuantificar) perdiendo parte fundamental de su función docente: ser guía y modelo educativo. Todo esto en un contexto biopolítico que se ofrece con rostro amable, en pro de la salud y el bienestar, la calidad de vida, cuya jugada es hoy más que nunca despojar a lo humano de eso que precisamente le ha hecho humano: el sentido, la subjetividad, el lenguaje, ¡Su voz!, quedando identificado a simple especie, del uno para todos, en base a lógicas biológicas, herramienta de control de los estados totalitarios, de antes y los de ahora con rostro amable y democrático.

Es en este contexto, precisamente donde debemos de replantearnos el sentido de la violencia escolar, como experiencias que manifiestan un malestar no solo individual de quien lo padece día a día, así como quien lo ejerce, sino del colectivo e institucional. La violencia escolar es una muestra y expresión de la violencia social, que se produce a través de políticas públicas rapaces que igualmente bulean a los ciudadanos. Solo que en la escuela se considera –erróneamente- descontextualizada de lo social (modelos y patrones reproducidos por diverso agentes) dándole predominancia a los factores psicológicos y neurológicos, desde una lectura “interna”, como si estos no se produjeran en el contexto social más inmediato, familiar, así como el más amplio. En ese sentido la violencia escolar es expresión singular, entre alumnos, y entre estos y docentes, de las tensiones entre otros lazos sociales, que igualmente revelan la violencia sutil y objetiva de la escuela y del Estado. En cierta forma la violencia singular, de los insultos y de cuerpo a cuerpo entre los alumnos, es una forma de reintroducir lo humano en la vida académica por demás homologada en base a criterios industriales que cuantifican lo humano, así como una manifestación (puesta en acto) de aquello que se recibe de manera velada o abierta por parte de las políticas públicas e institucionales, de parte de políticos, docentes y padres de familia.

En ese sentido, la violencia en las escuelas no solo debe detectarse, detenerse y castigarse, sino sobre todo investigarse y comprenderse como manifestación de un malestar más amplio que intenta revelarnos algo sobre la escuela, la educación y sus avatares, en un continuo social y contextual institucional (la violencia es expresión de las tensiones de los miembros de los grupos que participan en determinada labor) que al integrarse y quedar reconocido, puede entonces ser vía de exploración de lo que tiene lugar en el objeto de educar y los vínculos que suscita.

http://columnacamio.jimdo.com Twitter: @CamiloRamirez_

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Cáncer físico y psicológico: Una enfermedad social involutiva

 

Manuel Rodríguez G.

Leo, con gran decepción, la breve reseña que se hace en el siguiente artículo, respecto a la situación psicológica y emocional que deben soportar no pocos niños afectados por la enfermedad física del cáncer, tras volver a sus respectivas clases, y cómo esa maraña de nutridos cobardes, cínicos y miserables “hombrecitos de bien” reciben a sus obligados compañeros convalecientes y hospitalizados, cual psicoterapia invasiva, lesiva y minante; tanto o más que la enfermedad que les llevó a ser ingresados, al menos a nivel psicológico.

Me temo que esa actitud mísera y grupal hacia estos niños diezmados, son el resultado de esta sociedad insolidaria, vacía, competitiva y trágala que nos está engullendo, cual fagocitosis sin marcha atrás. Los ejemplos en casa, en la escuela, en sociedad, en el trabajo, en el modelo político y ético nos está atrayendo hacia una meta absurda, desvalorizada, vana, artificial y miserable, donde todo parece valer con tal de destacar, con tal de intentar ganar y llegar a un cínico puerto, con tal de ser aceptado en el grupo. Al fin y al cabo el mensaje que queda es el de hay que ganar a costa de lo que sea y de quien sea, hay que competir sin mirar atrás, sin tener que evaluar moralmente los medios, aún a pesar de pisar a quien ose participar en esta absurda carrera del todo vale y tira “pálante”.

El resultado inmediato es la adrenalina que soltarán estos “muchachotes” cuando, cual espectadores activos y pasivos de un circo romano en pleno siglo XXI, abucheen, se burlen, increpen, hostiguen, humillen, desprecien,  excluyan, marginen, atemoricen, hundan  y empujen a estas víctimas (por partida doble) a un cáncer silencioso y cobarde, denominado bullying. Un cáncer silencioso que hará las delicias de ese otro cáncer físico; resultado no atípico ni  improbable, tras somatizaciones en la víctima los estragos de ese tumor psíquico, social y cobarde, pues quizás más de una víctima se entregue y rinda a la enfermedad física, gracias quizás a esa adrenalina soltada por esa joven jauría de alimañas “socializada y educada”, fiel reflejo del modelo en el hogar, en el escolar, social y con claros referentes de la ética y praxis de los líderes políticos que nos manejan.

Obviamente ese esperpéntico circo romano social, aunque muy repetido y consentido por autoridades, enseñantes y demás, JAMÁS, insisto, JAMÁS será visibilizado, JAMÁS será asumido, JAMÁS se habrá verificado, JAMÁS menos aún será confesado y asumido. En definitiva, cual ley mafiosa no escrita, se seguirá produciendo, complaciendo, consintiendo, ocultando … pero eso sí: ¡QUÉ NO SE NOTE, QUE NO SE VEA, QUE NO TRASCIENDA.

En definitiva: JAMÁS HABRÁ EXISTIDO.

Sólo me queda expresar la vergüenza ajena hacia este modelo social e institucional cobarde, competitivo, insolidario y ruin que nos hace involucionar y preguntarnos, ¿dónde quedó la grandeza del ser humano?

 

Fuente vídeo: A través de Facebook

 

 

En EE.UU. los niños con cáncer son víctimas de bullying

 

Los padres denuncian incluso que en algunos casos los compañeros han llegado a decirles a sus hijos que van a morir. Uno de cada tres niños con cáncer es víctima de este maltrato.

Uno de cada tres niños con cáncer es víctima del bullying, así lo revela una encuesta realizada por la Sociedad Norteamericana de Cáncer. Las burlas comienzan cuando los niños regresan a clase después de un tratamiento en el que perdieron el pelo o aumentaron de peso por cuenta de los esteroides.
Los padres denuncian incluso que en algunos casos los compañeros han llegado a decirles a sus hijos que van a morir
. El 36 por ciento de los padres consideran que sus hijos no reciben el suficiente apoyo de los colegios al regresar a clases, para ser aceptados y para recuperar el tiempo perdido durante la enfermedad.
El 62 por ciento de los padres consultados preferirían que sus hijos reciban educación en la casa mientras superan la enfermedad y sus efectos. Coinciden en que las instituciones educativas tienen que trabajar más en la sensibilización de los profesores y estudiantes frente a la enfermedad.

Fuente:

http://www.caracol.com.co/

domingo, 9 de diciembre de 2012

Acoso escolar: Del patio del instituto al ciberespacio

 

Olalla Novoa Ojea

BULL003¿Qué se cuece en el patio de los institutos? No es novedad que en los años en torno a la adolescencia el acoso escolar encuentra un terreno abonado en los jóvenes inseguros que forjan a trompicones su entrada en el mundo de los adultos. Sin embargo, la explosión de las nuevas tecnologías, el acceso masivo a la telefonía móvil e Internet, y el despegue de las redes sociales ha hecho que lo que comenzó en un pasillo o en el patio del instituto rápidamente cobre vida propia en el ciberespacio, donde la realidad se difunde corregida y aumentada.

"Alguien tiene un encontronazo y esa misma tarde cuelga algo en las redes sociales y al día siguiente hay un 'bullying' de todos los demás hacia la víctima. Es inmediato".
Mara Cuadrado, psicóloga especializada en acoso escolar

"El proceso ahora es rapidísimo", explica Mara Cuadrado, psicóloga especializada en la mediación y tratamiento del acoso escolar. "Alguien tiene un encontronazo con otro u otra y esa misma tarde cuelga algo en Internet, en las redes sociales, y al día siguiente hay un 'bullying' de todos los demás hacia la víctima. Es inmediato". En su experiencia, en la última década esto también ha disparado los casos de acoso psicológico frente a los de abuso físico, que se han mantenido estables.

Aterrorizada por desconocidos

Eso, exactamente, le sucedió el año pasado a Marta (nombre ficticio). Tenía 13 años y, cuenta su madre, "siempre sacaba muy buenas notas y le gustaba mucho el colegio". Todo empezó con una niña que la insultaba: "La llamaba hija de puta, marginada..." relata todavía angustiada su progenitora. Pero, de pronto, el asunto escaló: "Yo notaba que me excluía la gente y al ir por los pasillos me insultaba, gente mayor y más pequeña que yo no conocía de nada", dice la cría, con voz tenue al otro lado del hilo telefónico. Por fin descubrieron lo que pasaba. Alguien había subido una foto suya a una popular red social a la que se accede por invitación y Marta se había convertido en objeto de chanza general. A ello se sumaron empujones por las escaleras y un acorralamiento en el patio. Hasta que la niña se partió en mil pedazos.

"Yo notaba que me excluía la gente y al ir por los pasillos me insultaba, gente mayor y más pequeña que yo no conocía."
Marta, 14 años, víctima de acoso escolar

Se le empezó a caer el pelo, y el tratamiento psicológico se convirtió en psiquiátrico. Llegaron las autolesiones, las voces que le hablaban sólo a ella y un terror desmesurado. "Me dan miedo los niños", confiesa esta alumna ejemplar enamorada de los animales. La intervención del centro no hizo sino empeorar la situación, y acabaron por sugerir que el problema era en realidad de la propia niña. Un argumentario habitual en el sector educativo para zanjar el problema, afirma el psicólogo especializado en acoso Iñaki Piñuel.

Ha pasado un año y, aunque la han cambiado de centro, acudir al instituto le desata ataques de pánico. Estrés postraumático. De momento, capea el temporal en casa con los profesores del Servicio de apoyo educativo domiciliario de la Comunidad de Madrid.

"El fenómeno conflictivo que más crece en Internet es el ciberbullying", explica Guillermo Cánovas, director del Centro de Seguridad en Internet para España del programa de la Comisión Europea y presidente de la organización de protección del menor Protégeles.

"El acoso psicológico ha existido siempre pero el ciberbullying es mucho más dramático", advierte Cánovas, que enumera características clave que lo hacen "mucho más dañino y especialmente doloroso". Por un lado, la publicidad: "Es una situación que no se da sólo en el patio del colegio o a la salida de clase, se da en Internet y es público. Lo pueden ver tus amigos, tus padres, tus profesores, mucha otra gente, y es una humillación pública", precisa el experto. No sólo eso, además permite la participación de terceros, que añaden comentarios, burlas, refuerzan lo que otros están diciendo, "de forma que el menor resulta acosado por personas que no conoce ni le conocen".

"La violencia psicológica, como la física, produce nuevos adeptos. La gente se agrega porque ser miembro de la masa linchadora es una forma de integrarse socialmente", explica Piñuel. "Es como una bola de nieve, va a más y no lo puedes parar". Por eso es fundamental atajar el problema a tiempo, dice este experto, autor de un estudio que apunta que un 23% de los niños y adolescentes españoles sufre en silencio conductas de maltrato recurrente en las aulas. Según Piñuel, el sector educativo "minimiza" la realidad del acoso, limitándolo a los casos más extremos. Jesús María Sánchez, presidente de Ceapa (Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos), cree que "el hecho existe, pero no debe de magnificarse como algo que se está viviendo continuamente". Mientras, la defensora del profesor, Inmaculada Suárez, destaca la dificultad en ocasiones de detectar el abuso, y la delicada posición del docente, que debe interpretar si se trata de un enfrentamiento puntual o un caso reiterado de maltrato.

Las armas: del SMS al 'post'

A veces el abuso se produce enviando mensajes amenazadores de móvil, otras, colgando en el perfil virtual de la víctima comentarios humillantes, en ocasiones, como el caso de Marta, el acosado ni siquiera está en la red social, pero usan su imagen para burlarse de él. Y un último tipo, cada vez más frecuente, añade Cánovas, es la usurpación de identidad: "Para causarle un perjuicio crean un perfil falso con el nombre de este menor y lo usan para generarle un conflicto con terceros y que estos, a su vez, le generen un problema en consecuencia".

"La violencia psicológica, como la física, produce nuevos adeptos. La gente se agrega porque ser miembro de la masa linchadora es una forma de integrarse socialmente"
Iñaki Piñuel, psicólogo especializado en acoso

Parte del problema deriva la gran exposición de los niños y adolescentes al móvil e Internet. Gran parte de sus relaciones sociales se desarrollan ahora en este universo virtual y paralelo, ventana constante de exhibición. Y conviene saber dónde poner los límites para evitar males posteriores.

Mara Cuadrado relata, por ejemplo, casos de chantaje en los que una adolescente ha enviado a algún 'ligue' fotos subidas de tono y, al romper con él, éste la amenaza con hacerlas públicas. O los riesgos de la cada vez más común práctica entre los jóvenes de hacerse fotos con ropa provocativa en los probadores de centros comerciales para colgarlas en la web, que en ocasiones van in crescendo y puede dar lugar a imágenes que muestren más de lo que el afectado hubiera a posteriori deseado.

Los episodios de ciberacoso, además, pueden prolongarse en el tiempo, porque depende de dónde estén colgados los contenidos puede ser difícil retirarlos y puede que la situación de acoso "haya terminado en el colegio pero toda la información y burlas siga en Internet, aun habiéndose resuelto el conflicto".

Pero, peor si cabe que todo eso, es el hecho de que no se restringe a los muros del colegio o del instituto. "No descansas", dice Cánovas, el ciberacoso persigue a la víctima hasta el ordenador personal de su dormitorio o viaja con él en el móvil que lleva en el bolsillo.

La única 'ventaja' del ciberacoso es que deja rastro. "En el ciberbullying es preciso recopilar siempre esa evidencia electrónica. Haz un pantallazo, imprímelo, contacta con la red social para que guarden esa información", explica Ana Fernández, coordinadora del departamento jurídico del Centro de Internet segura Protégeles. Piñuel concurre, y destaca que a menudo cuando el acosador sabe que está siendo monitorizado cesa su agresión, por lo que su equipo trabaja con una empresa especializada que registra los contenidos ofensivos, lo comunica automáticamente a la Policía y certifica que no han sido manipulados por el usuario para que sirvan como prueba legal si éste decide interponer algún tipo de denuncia.

Fuente:

http://www.elmundo.es/elmundo/espana.html

sábado, 8 de diciembre de 2012

Trastorno por estrés postraumático en víctimas de acoso

 

 

[clip_image038[4].gif]Los adolescentes que son víctimas de acoso escolar pueden sufrir traumas prolongados

Los investigadores hallaron síntomas del trastorno por estrés postraumático

Los adolescentes que sufren acoso escolar pueden desarrollar los síntomas del trastorno por estrés postraumático, según un estudio reciente.

Los hallazgos sugieren que las víctimas de acoso escolar pueden necesitar ayuda a largo plazo, afirmaron los investigadores de la Universidad de Stavanger, en Noruega.

Observaron a casi 1,000 adolescentes, de 14 y 15 años, y hallaron que un tercio de los que afirmaron haber sido víctimas de acoso escolar tenían los síntomas del trastorno por estrés postraumático (TEPT), como recuerdos recurrentes del acontecimiento y una conducta evitativa.

Los que mostraban los síntomas más acusados eran las víctimas de acoso escolar que a su vez habían acosado a otros. Los investigadores hallaron que las chicas tenían más probabilidades de tener los síntomas del TEPT que los chicos.

El estudio aparece en una edición reciente de la revista Journal of Abnormal Child Psychology.

Los hallazgos son "dignos de tenerse en cuenta, y sorprendentes", señaló en un comunicado de prensa de la universidad el autor del estudio, el psicólogo Thormod Idsoe.

"El acoso escolar se define como la violencia física o mental llevada a cabo durante un largo periodo de tiempo por parte de un individuo o un grupo", explicó. "Se dirige a una persona que no puede defenderse en ese momento. Sabemos que tales experiencias pueden dejar huella en la víctima".

bull004Los síntomas del TEPT pueden crear problemas importantes a los estudiantes.

"Es evidente que los estudiantes que constantemente evocan imágenes o pensamientos de experiencias dolorosas (y que consumen mucha energía eliminándolos) tendrán una menor capacidad para concentrarse en el trabajo escolar", aseguró Idsoe. "Y normalmente esto no es fácil de observar, porque a menudo sufren en silencio".

Idsoe y colegas confían en que su estudio contribuya a una mayor concienciación sobre el hecho de que los niños víctimas de acoso escolar pueden necesitar ayuda incluso cuando ya ha dejado de producirse.

"En tales circunstancias, la responsabilidad de los adultos no se limita a acabar con el acoso escolar", afirmó. "También requiere del seguimiento posterior a las víctimas".

Fuente: HealthDay News

miércoles, 5 de diciembre de 2012

El invisible drama del acoso escolar

 

Pilar Bensusan

imageParece que solamente se dispara la alarma social ante el acoso escolar cuando conocemos sucesos trágicos como el reciente suicidio de una adolescente de 16 años en Ciudad Real, a la que previamente se le había denegado el cambio de centro porque, según el orientador de su instituto, no existía "caso de reiterado y continuo acoso entre iguales".
Lo más lamentable de todo es que el suicidio es el episodio final, el desenlace, para aquellos menores que sufren, muchas veces en silencio, un auténtico calvario, día a día y mes a mes, por las reiteradas burlas, vejaciones, insultos, amenazas, agresiones, etc. de sus compañeros. Suicidios que se podían evitar de existir unos efectivos protocolos de actuación inmediata contra este drama que sufren en silencio un 23,3% de los alumnos de entre 7 y 17 años en España.
El acoso escolar suele ser un drama invisible, ya que es complejo de determinar, no sólo porque muchas veces los chicos acosados tienen miedo a delatar a sus acosadores, sino también porque si, por fin ha sido constatado el acoso por los padres, cuando acuden al centro a denunciar el problema, se encuentran con un muro infranqueable, toda vez que allí suelen negarse categóricamente la existencia de acosos y en caso de que, tras años de requerimientos, se admitan, después de unos cuantos "perdones" suelen dar el asunto por zanjado, sin advertir que se trata de conductas reiteradas en el tiempo que no tardan en volver a surgir tras una breve calma. Además en muchas ocasiones los profesores dan la excusa de que los adolescentes de hoy en día son así…, de que la culpa es del hijo que no se integra, de que su hijo tiene problemas psicológicos, etc., ante lo cual los padres suelen quedar estupefactos.
Ya sea por pasividad, por negación de los hechos o por actuaciones exclusivamente puntuales y no constantes contra el acoso, los centros no suelen ser conscientes de la indefensión total en la que se encuentran los alumnos acosados diariamente, máxime cuando ellos son los responsables de que no exista violencia física ni psíquica en las aulas y de sancionar severamente estas conductas.
Y es que las víctimas del acoso escolar sufren en silencio desprotegidos las 6 horas y media de asistencia al centro, sufren en clase, en los pasillos, en la media hora de recreo, cuando bajan las escaleras, cuando van al baño, y sienten auténtico terror cuando llueve y no les queda otro remedio que compartir pasillo con sus acosadores, puesto que los profesores no les dejan salir al patio ni tampoco quedarse en las aulas.
Es absolutamente intolerable que haya alumnos que prefieran morirse antes de tener que volver al instituto, solamente porque los demás alumnos los consideran "distintos", por ser empollones, raros, sensibles, homosexuales, obesos, o cualquier otra cosa que "moleste" a sus acosadores, por eso hay que abortar el acoso desde su inicio, ya que es preferible excederse por precaución que tener que lamentar que quienes sufran acoso escolar terminen por quitarse la vida.

Fuente:

http://www.granadahoy.com/article/opinion/1401286/invisible/drama/acoso/escolar.html

martes, 4 de diciembre de 2012

La violencia contra homosexuales, mujeres o discapacitados en la Red cuestiona si hay instrumentos legales para enfrentarse al fenómeno

 

DAVID ALANDETE

ciberbull000El acoso al adolescente más débil ha ocurrido en las aulas desde siempre. La violencia psicológica y los insultos contra los homosexuales, las mujeres, los discapacitados o, simplemente, contra aquellos a los que se percibe como raros, no son novedad en los centros educativos. Lo que sí que es nuevo es Internet y su reciente omnipresencia. En una década, el acoso se ha convertido en ciberacoso. Y ahora persigue al adolescente atormentado a todos los lados, permitiendo que el acosador se refugie, si así lo desea, en un cómodo y pérfido anonimato que, en muchas instancias, puede llegar a ser mortal.

Mortal ha sido, de hecho, para Tyler Clementi, de 18 años, sometido a la hiriente persecución de su compañero de habitación en la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey (EE UU). El supuesto acosador, Dharun Ravi, dijo en la red de Twitter, el pasado 19 de septiembre: "Mi compañero me ha pedido el cuarto hasta medianoche. Entré en la habitación de Molly y encendí la cámara. Le vi enrollarse con un tío". Ravi dejó su ordenador encendido en la habitación, con la cámara enfocando a la cama de Clementi, y emitió el encuentro sexual de su compañero en un videochat, desde la habitación de su amiga Molly Wei.

Ravi trató de emitir los encuentros privados e íntimos de Clementi en una segunda ocasión, 72 horas después. En Twitter, anunció: "Todos los que tengáis iChat, contactadme entre las 9.30 y las 12.00 ¡Si, ocurrirá de nuevo!". Clementi se enteró de la burla y, harto del acoso, al día siguiente, colgó un mensaje de desesperación en la red social Facebook: "Salto del puente de George Washington. Lo siento". Su cuerpo no apareció hasta cinco días después, barrido por el río Hudson.

La policía del Condado de Middlesex, en Nueva Jersey, arrestó a Ravi y a Wei y ha presentado cargos contra ellos por violación de la intimidad a través de la emisión de imágenes de vídeo. Ambos se pueden enfrentar a una pena máxima de cinco años de cárcel, si la demanda prospera. Los fiscales están estudiando si añadir un cargo a Ravi por cometer un crimen motivado por el odio y la discriminación. De momento, en EE UU no existe una ley federal que pene el ciberacoso como tal.

El presidente estadounidense, Barack Obama, se refirió al caso Clementi en un mitin televisado a través de MTV, el pasado jueves: "Parte del poder de Internet es que la información fluye y nadie la censura y no la controla ninguna autoridad". Añadió que son las autoridades escolares, junto con las familias, las que deberían ejercer un control mayor sobre las redes sociales. "En los colegios, por ejemplo, deberían instaurarse políticas que aseguren que el acoso, sea a través de Internet o en persona, es inaceptable."

Nacido hace una década, parasitando el reciente auge de Internet como medio de comunicación, el ciberacoso es ya un fenómeno internacional. El semanario The New Yorker le dedicó un breve artículo en junio de 2001, diciendo que las incipientes redes sociales eran la "nueva pared del retrete", donde los adolescentes escribían sus insultos y escribían nombres y números de teléfono para fastidiar a amigos y enemigos.

Contaba The New Yorker que las alumnas del exclusivo colegio de mujeres Marymount, en el Upper East Side de Manhattan, habían creado una página web, dentro del dominio gratuito Freevote.com, para que los centros privados de secundaria eligieran a la estudiante más promiscua. Decían los creadores de aquel foro: "Solo escribe el nombre de la persona del sistema escolar que creas que es la mayor zorra".

Hubo 150 nombres en competición, ordenados de mayor a menor puntuación en promiscuidad. La madre de una de las acosadas decía, sin revelar su nombre, en el semanario: "Ese sitio web es horrible. Con Internet, se ha perdido el civismo. Con este factor del anonimato, se pueden decir y escribir las cosas más horribles. Da miedo".

Aquella madre, que poco sabía de lo que había de llegar, ya veía el potencial de la Red: convertir el acoso escolar en ciberacoso. ¿Son la misma cosa, solo que filtrada a través de un proveedor de Internet? No, dicen muchos expertos. "El ciberacoso es más persistente", opina Justin Patchin, profesor de derecho criminal de la Universidad de Wisconsin-Eau Claire y co-director del Centro para la Investigación del Ciberacoso. "Uno podía escapar del acoso tradicional. Eso ya no sucede".
"El acoso tradicional ocurría en la escuela, y el adolescente podía encontrar cierto refugio en su hogar o en otro entorno. Sin embargo, ahora la persecución puede continuar en casa o donde sea, a través del ordenador. Hay otra gran diferencia: el anonimato que a veces facilita la Red. Uno puede crear correos electrónicos o perfiles web falsos y acosar desde ellos a alguien, sin que la víctima de esos ataques sepa de dónde provienen en realidad, desorientándola".

Desorientada estaba Megan Maier antes de suicidarse, en octubre de 2006, a sus 13 años. Esta adolescente de Misuri recibió un día un mensaje a través de la red MySpace: Josh Evans la había añadido. Decía haberse mudado recientemente a la localidad donde vivía Megan y, de momento, no acudía al instituto ni tenia teléfono móvil. Construyeron una amistad virtual. Posteriormente, Josh comenzó a mostrar una cara poco amable. En una ocasión, le dijo: "Todo el mundo sabe quién eres. Eres una mala persona y todo el mundo te odia. Púdrete el resto de tu vida. El mundo sería mejor sin ti". Hablaron unos días más, por chat. Megan se suicidó días después.

Los padres de Megan descubrieron los agresivos mensajes de Josh en su ordenador. Una investigación policial les llevó, seis meses después, a la puerta de la vecina. Allí vivía una compañera de instituto y ex amiga de Maier. Pero no había sido esa adolescente quien había escrito aquellos mensajes. Según la investigación policial, había sido su madre, Lori Drew, de 47 años. Había creado a Josh como una estrategia para ver si Megan insultaba a su hija.

En Misuri, como en el ámbito federal, no había entonces ninguna ley para penar el ciberacoso. Drew fue juzgada por fraude online en 2008. Quedó absuelta e impune. Desde entonces, Misuri ha aprobado una ley contra el ciberacoso, junto con una decena más de Estados. En el plano federal, la representante por California Linda Sánchez ha presentado un proyecto en el Congreso, bajo el nombre Ley Megan Maier, que penaría los casos de acoso por Internet con hasta dos años de cárcel.

"Sé, después de haberme reunido con niños, padres, profesores y agentes policiales, que hay cada vez más gente joven que sufre el ciberacoso. Ese ciberacoso no es una broma inocua ni es válido como ritual de iniciación. Es peligroso, tanto a nivel físico como mental", dijo Sánchez cuando presentó la ley.

La burla y la atracción sexual son semillas germinales de Facebook, la red que conecta ya a más de 500 millones de usuarios. Su fundador, Mark Zuckerberg, creó en 2003, cuando era estudiante en la Universidad de Harvard, una página web titulada Facemash, para comparar a personas del mismo sexo en virtud de su atractivo. Así, se iría creando una competición en la que quedarían, finalmente, solo los más guapos.

Según dice el escritor David Kirkpatrick en la cronología autorizada El efecto Facebook: "Las fotos para Facemash procedían de los facebooks (orlas en formato libro) que mantenía cada fraternidad de Harvard donde vivían los universitarios. Se trataba de las fotos que se tomaba a los alumnos el mismo día que llegaban para la orientación académica, un tipo de instantáneas con poses patosas y embarazosas que a nadie le gustaría ver circulando".

Zuckerberg recibió quejas de las agrupaciones Fuerza Latina y la Asociación de Mujeres Negras de Harvard. Se le llamó sexista y racista. La junta directiva le convocó a una audiencia y le acusó de violar la seguridad de la red universitaria, de infringir derechos de autor con el uso de las fotos y de vulnerar el derecho a la intimidad de los demás alumnos. Se añadió un aviso a su expediente. Zuckerberg descubrió, con este experimento, el gran poder de las redes sociales. En enero, en una conferencia tecnológica organizada por TechCrunch, dijo: "Hoy en día los usuarios se sienten más cómodos compartiendo más información, de forma más abierta. Las normas sociales han evolucionado".
Esa es la filosofía de quien rige la mayor red social del mundo, un sitio web que ha apuntalado revoluciones políticas y que ha unido a ciudadanos en causas nobles como la oposición al terrorismo, pero que a la vez puede ser usado para actos tan punzantes como crear una página en que se insulte a un compañero de clase. Es cierto, lo dañino es el comportamiento. Pero todavía queda la duda de si el medio intensifica esas heridas o no.

Cuando el hijo es el atacante

¿Qué sucede cuando el propio hijo no es el acosado, sino el acosador, refugiado tras la pantalla de su ordenador? Según la reputada profesora Elizabeth Englander, directora del Centro para la Reducción de las Agresiones de Massachusetts, en el Bridgewater State College, para muchos padres es difícil asumir que su hijo puede ser el atacante. "Es normal que los padres tiendan a defender en seguida a su hijo", explica. "Es duro aceptar que un hijo está haciendo algo cruel, pero es un primer paso importantísimo que aportará muchos beneficios".

Englander admite que muchos niños hacen cosas online que jamás harían en la vida real. "Es el anonimato, la percepción errónea de que las cosas que se hacen en Internet no son tan dañinas como las que se hacen en el cara a cara. Al escribir algo en una red social, el adolescente no recibe una reacción física inmediata y puede mostrarse más desinhibido. Es importante que los padres le expliquen que sus acciones, sean en el medio que sean, pueden tener un efecto dañino".

Para ello, la experta recomienda que si se sorprende al propio hijo acosando a otro adolescente lo mejor es restringirle el acceso a las redes sociales durante una temporada. "Es importante que se le deje claro que lo irá recuperando según aprenda las normas adecuadas en la interacción online", explica Englander. "A partir de entonces, los padres pueden ir dándole pequeños espacios de tiempo cada día, para que aprenda a recuperar el privilegio de interactuar en sus perfiles".

En ello coinciden educadores, psicólogos y políticos: como sucedía en los casos de acoso infantil tradicional, los de toda la vida, las formas más efectivas de combatir el ciberacoso son la información y la educación. Es bueno que padres y tutores sepan qué perfiles abren los niños, qué redes sociales frecuentan, cuántas horas al día dedican a ello. Y es todavía mejor que les enseñen que en la vida virtual, los insultos duelen tanto como en la vida real.


http://www.elpais.com/articulo/sociedad/ciberacoso/ceba/adolescente/elpepisoc/20101025elpepisoc_1/Tes

domingo, 2 de diciembre de 2012

"No hay ningún centro educativo que esté libre del problema del 'bullying"

 

El 35% de los escolares ha tenido alguna vez experiencias de acoso, aunque sólo entre el 2 y el 5% trasciende a la opinión pública por su gravedad, dice la experta.

Ángel Robles

 

Rosario Ortega. /José Martínez

Cuando la catedrática Rosario Ortega empezó a estudiar el acoso escolar a principios de los 90, nada se sabía sobre la violencia en los colegios españoles. Dos décadas después, el problema sigue vigente, como lo demuestran casos como el denunciado recientemente en el colegio Salesianos de Córdoba. "Es importante que los centros no miren para otros lados, que hablen con los padres", aconseja la experta.

-Cada vez que trasciende un caso de bullying, se crea una gran alarma social. ¿Se trata de un fenómeno frecuente o hay muchos casos que no afloran por el temor de las propias víctimas?
-Casos que acaben en suicidio u homicidio son muy pocos, pero aunque sólo hubiera uno ya sería importante.

 -¿Ha empeorado la convivencia escolar en los últimos años o siempre ha habido este tipo de casos, aunque antes no se identificaran como bullying?
-No tengo datos para afirmar que ha empeorado la convivencia ni que haya aumentado el bullying, más bien tengo datos al contrario. El bullying tradicional, el directo, de hecho, ha disminuido, pero es cierto que paralelamente ha aumentado el cyberbullying. Y estoy convencida de que era peor cuando la sociedad no conocía este problema y permanecía oculto.

 -¿Qué aconseja que deben hacer los padres si descubren que su hijo es víctima de acoso o violencia en el ámbito escolar?
-Inmediatamente deben ir a hablar con el tutor y con el director del centro, aunque lo primero es hablar francamente con el hijo y conocer los detalles, sobre todo el tiempo y el tipo de agresión al que está siendo sometido y conocer quién lo sabe, pues los compañeros cómplices juegan un papel determinante. No hay que aceptar simplemente que nos digan que son cosas de niños, que no hay que preocuparse. Hay que ocuparse, hay que exigir el compromiso de los responsables escolares de que van a actuar inmediatamente y, sobre todo, hay que proteger a la víctima, apoyarla. Son momentos muy delicados cuando la víctima denuncia, porque el agresor puede tener la tentación de aumentar su acoso para asustarla en este momento crítico. A la víctima no se le puede dejar a su suerte mientras los adultos dilatan la intervención. Evidentemente, hay que saber evaluar el riesgo y no ser alarmista, pero tampoco hay que ser confiado en que las cosas van a cambiar por sí solas.

 -Y, desde el punto de vista del menor acosador, ¿cómo deben reaccionar los progenitores?
-Es, si cabe, más duro para los padres descubrir que su hijo es un acosador escolar, porque no estamos hablando de que haya tenido una pelea o de que tenga mal carácter o en alguna ocasión se haya metido en problemas. Un acosador escolar es alguien que de forma prolongada en el tiempo y sofisticada en las formas consigue amedrentar, dominar e intimidar a otro, y ello es síntoma de que su desarrollo psicológico y moral va por muy mal camino. Así que los padres deben tomar en serio el asunto. No se trata sólo de una reacción, hay que actuar de forma sostenida para comprender qué está pasando con un hijo que es claramente identificado como un acosador, porque habrá mucho que hacer para rectificar esa tendencia.

-¿Es un menor acosador un delincuente en potencia?
-Evidentemente, es un proyecto de delincuente juvenil. De hecho, el bullying es considerado como un antecedente directo de la criminalidad juvenil. No quiere decir esto que todo acosador se convierta en un delincuente, quiere decir que la mayoría de los delincuentes juveniles tienen antecedentes de haber estado involucrados en bullying.

-¿Cómo influyen la pandilla y el entorno en los casos de acoso?                                                    Influye mucho. De hecho, el bullying no puede definirse sin considerar el grupo de referencia. Hay acoso prolongado en el tiempo, en parte porque los espectadores próximos consienten, con su silencio y a veces su aprobación, que uno domine a otro, que uno trate de controlar a otro. Cuando en un grupo la mayoría está en contra de esos hechos, el bullying se disuelve

-¿Por qué se producen estos casos de violencia escolar? ¿Cuál es la raíz del problema?
-Las raíces del problema son múltiples e inciden desde factores de personalidad a estilos de comunicación y poder en el contexto social y escolar. Pero, evidentemente, los factores de personalidad tienen mucha fuerza.

-¿Tienen los padres la culpa este tipo de problemas?
-Los padres no tienen la culpa directa, pero sí son responsables de los comportamientos sociales de sus hijos en alguna medida. Unos padres atentos a la vida social y emocional de sus hijos van a saber actuar ante el problema, pero hay otros que ni siquiera conocen la personalidad de sus hijos y que cualquier día se pueden encontrar con esta situación.

 -¿Están los docentes suficientemente formados para detectarlos a tiempo?
-En todas las escuelas debe haber un protocolo para afrontar el fenómeno bullying. Todas deben tener ya un plan de convivencia que incluye instrucciones para la actuación. Evidentemente, en unas escuelas la formación de sus docentes y las políticas de afrontamiento son mejores y en otras peores. Por ejemplo, en muchas se ha formado a los docentes haciéndoles creer que el bullying es un conflicto, que conviene hacer mediación, y en este caso la formación ha sido errónea. El bullying no es un conflicto, sino un abuso de poder.

 -¿Cuáles son los signos a los que los padres y la comunidad educativa deben estar atentos para evitar que los casos particulares de acoso vayan a más?
-Deben estar atentos a las relaciones interpersonales de los escolares entre sí, a que cada chico sea expresivo, nos hable de sus amigos, nos cuente cómo le va, qué tipo de cosas suceden entre ellos, quiénes son más amigos y quiénes menos, cómo resuelve sus conflictos sociales, si hay o no reciprocidad moral entre ellos, si hay alguien que domine o intente dominar y controlar la conducta de otros. En fin, una relación fluida y sencilla pero bien informada sobre la vida social de los escolares.

-Recientemente ha trascendido en Córdoba un caso en el colegio Salesianos, el primero que se ha denunciado en Córdoba. ¿Es tan buena la convivencia en las escuelas de Córdoba o los afectados no se atreven a dar el paso y denunciarlo?
-Las escuelas de Córdoba no son muy diferentes de las otras provincias. Sí es verdad que los centros privados están algo más aislados en cuanto a sus procesos de formación docente y suelen tener procedimientos disciplinares específicos, pero no tengo ninguna razón para pensar que son distintos. Lo que sí es cierto es que cuando un padre denuncia hay que escucharlo y hay que trabajar para clarificar lo que está sucediendo antes de que sea demasiado tarde. Por otro lado, hay bullying en todas las escuelas, aunque algunos centros privados prefieran decir que el suyo está libre de este problema. No hay ningún centro libre de este problema, lo que no quiere decir que no sea posible lograr que cada centro, con sus dispositivos adecuados y la formación docente idónea, no puede lograr que los conflictos sean resueltos antes de que se estructuren formas duras de bullying. El 35% de los alumnos puede tener experiencias bullying, si bien los casos más graves no llegan al 5% del total.

-Las redes sociales están cada vez más presentes en la vida de los menores. ¿Se están convirtiendo también en un nuevo canal para el acoso? ¿Cómo se puede controlar esto?
-Sí, definitivamente, sí. Se puede prevenir, igual que se previene el bullying directo mediante programas adecuados. Nosotros hemos implementado un programa específico que ha tenido bastante éxito en varios centros de Córdoba.

Fuente:

http://www.eldiadecordoba.es/article/cordoba/1410631/no/hay/ningun/centro/educativo/este/libre/problema/bullying.html